Aclaracion:
Bueno todos los personajes y los libros que leen pertenecen a la genialisima JK
Rowling ¿ok? yo solo lo traspaso a un blog para que puedan leerlo de una manera
diferente con las intervenciones de ciertos personajes pertenecientes a ella.
Espero
Disfruten, son un poco largos, pero en cada actualizacion subo un capitulo
entero.
Harry
Potter y la cámara de los secretos.
Capitulo V: "El sauce boxeador
"
-Bueno comencemos con el quinto capitulo- pidió sirius
-espere señor Black ahora vendrá otra visita- los del futuro
se miraron curiosos, la puerta se abrió y entro un joven de cabello largo
pelirrojo, ojos azules, alto y delgado, con una gran sonrisa y grandes
cicatrizes
-¿Bill!?- pregunto Molly- estas hecho un hombre- Bill
respondio a su abrazo, saludo a todos y al ver a Fred se lanzo a sus brazos
-hermano, no cometas incesto, no traiciones a Fleur- todos
rieron
-¿Quién es Fleur?- pregunto Molly y todos los hijos Weasley
pusieron los ojos en blanco
-mi esposa, pero ya la describirán en los libros supongo
-señor Potter- llamo Dumbledore, James y Harry giraron la
cabeza a mirarlo- el señor Harry Potter, ¿le gustaría leer este capitulo?- dijo
con un brillo divertido en sus ojos, Harry leyó el titulo
-solo si mama no me asesina
-¿fue peligroso?
-pues…
-no te asesinare…hasta el final del libro- dijo fulminando
con la mirada a los merodeadores como diciendo “es su culpa”
-el capitulo se llama- esbozo una pequeña sonrisa y miro a
los merodeadores- el sauce boxeador
-oh mierda, recién lees el titulo y ya estoy preocupada-
dijo Lily palida- James abrazame mucho- pidió y el azabache asintió
abrazándola…
El final del verano
llegó más rápido de lo que Harry habría querido. Estaba deseando volver a
Hogwarts, pero por otro lado, el mes que había pasado en La Madriguera había
sido el más feliz de su vida.
Todos los presentes sonrieron, en especial los Weasley
Le resultaba difícil
no sentir envidia de Ron cuando pensaba en los Dursley y en la bienvenida que
le darían cuando volviera a Privet Drive.
Ron no puedo evitar poner expresión de sorpresa…
La última noche, la
señora Weasley hizo aparecer, por medio de un conjuro, una cena suntuosa que
incluía todos los manjares favoritos de Harry y que terminó con un suculento
pudín de melaza.
-me dio hambre- se quejaron la mayoría de los Weasley,
Sirius y ambos Potter, las chicas y los profesores rodearon los ojos
Fred y George
redondearon la noche con una exhibición de las bengalas del doctor Filibuster,
y llenaron la cocina con chispas azules y rojas que rebotaban del techo a las
paredes durante al menos media hora.
Los gemelos se autoapludieron causando la risa del comedor
Después de esto, llegó el momento de tomar una
última taza de chocolate caliente e ir a la cama.
-amo el chocolate caliente- dijo Lily sonriendo anchamente,
los merodeadores la miraban con ternura
-¿lo amas mas que a mi?- dijo james con un puchero
-mi amor…esas cosas ni se preguntan- james saco pecho
orgulloso- claro que amo mas al chocolate caliente- james se cruzo de brazos
ofendido mientras todos reian
A la mañana siguiente, les llevó mucho rato
ponerse en marcha. Se levantaron con el canto del gallo, pero parecía que
quedaban muchas cosas por preparar.
Los weasley y Harry
rieron recordando el verano
La señora Weasley, de
mal humor, iba de aquí para allá como una exhalación, buscando tan pronto unos
calcetines como una pluma. Algunos chocaban en las escaleras,
- Ron ¿recuerdas a
Fres y George?- los que estuvieron presentes rieron
-¿Qué paso?- preguntaron Bill y Charlie
-se chocaron en las escaleras- dijo Ginny- y gritaron ¿Quién
trajo aquí este espejo?
Todos rieron
medio vestidos,
-que incomodo para Hermione y Ginny- razono Marlene
-no creo- dijo Lily- yo he sido amiga de Remus muchos años y
nunca tuve vergüenza con el
-¿Remus te ha visto sin ropa?- dijo Sirius sorprendido, Lily
asintió encogiéndose de hombros
Remus miro temeroso a James
-¿no te ha visto desnuda verdad?- pregunto James
-claro que no, pero si en bueno… cuando me cambiaba y eso
-James…tu sabes que yo jamas la miraría de otra manera
-no me molesta, ni de el ni de sirius, confio ciegamente en
ellos y en ti, pero si otro tipo se te acerca a menos de medio metro lo asesino
-de acuerdo mi amor- Lily lo beso
sosteniendo en la
mano un trozo de tostada, y el señor Weasley, al llevar el baúl de Ginny al
coche a través del patio, casi se rompe el cuello cuando tropezó con una
gallina despistada.
Todos estallaron en carcajadas
A Harry no le entraba en la cabeza que ocho
personas, seis baúles grandes, dos lechuzas y una rata pudieran caber en un pequeño
Ford Anglia.
-magia- dijo Lily con fingida sorpresa haciendo reir a todos
-sabes serias buena merodeadora- razono Sirius
Claro que no había contado con las
prestaciones especiales que le había añadido el señor Weasley.
-¡arhtur!- regaño Molly poniendo los brazon en la cintura
—No le digas a Molly
ni media palabra —susurró a Harry al abrir el maletero y enseñarle cómo lo
había ensanchado mágicamente para que pudieran caber los baúles con toda
facilidad.
Mientras todos reian, Arthur miro a su futuro yerno con una
sonrisa
Cuando por fin
estuvieron todos en el coche, la señora Weasley echó un vistazo al asiento
trasero, en el que Harry, Ron, Fred, George y Percy estaban confortablemente
sentados, unos al lado de otros,
-fue genial- dijeron los gemelos
y dijo:
—Los muggles saben
más de lo que parece, ¿verdad? —Ella y Ginny iban en el asiento delantero, que
había sido alargado hasta tal punto que parecía un banco del parque
-espectacular- dijo Sirius riendo
—. Quiero decir que
desde fuera uno nunca diría que el coche es tan espacioso, ¿verdad? El señor
Weasley arrancó el coche y salieron del patio. Harry se volvió para echar una
última mirada a la casa. Apenas le había dado tiempo a preguntarse cuándo
volvería a verla, cuando tuvieron que dar la vuelta
-¿Qué se olvidaron?- dijo Gideon divertido
, porque a George se
le había olvidado su caja de bengalas del doctor Filibuster.
-¿volvieron por ellas?- pregunto Minerva horrorizada, y
Molly asintió resignada, demostrando que a ella tampoco le habia gustado demasiado
la idea
Cinco minutos
después, el coche tuvo que detenerse en el corral para que Fred pudiera entrar
a coger su escoba.
Todos rieron menos Molly
Y cuando ya estaban
en la autopista, Ginny gritó que se había olvidado su diario y tuvieron que
retroceder otra vez.
Incluso Molly negaba con la cabeza divertida, todos reian
menos Ginny que se acurruco en el pecho de Harry y el la abrazo, aunque paso
desapercibido para todos
Cuando Ginny subió al
coche, después de recoger el diario, llevaban muchísimo retraso y los ánimos
estaban alterados. El señor Weasley miró primero su reloj y luego a su mujer.
—Molly, querida...
-nunca comienzes asi una oración o sabre que algo anda mal-
le informo Molly a su esposo
—No, Arthur.
—Nadie nos vería.
Este botón de aquí es un accionador de invisibilidad que he instalado.
-genial- dijo Frank
Ascenderíamos en el aire, luego volaríamos por
encima de las nubes y llegaríamos en diez minutos. Nadie se daría cuenta...
-no Arthur- dijo Molly
—He dicho que no,
Arthur, no a plena luz del día.
-como si de noche fueras a aceptarlo- dijeron Bill y los
gemelos a coro y se miraron extrañados
Llegaron a Kings
Cross a las once menos cuarto. El señor Weasley cruzó la calle a toda pastilla
para hacerse con unos carritos para cargar los baúles, y entraron todos
corriendo en la estación.
-no se exasperen, a todos les parece que va a hacerceles
tarde- comento Lily y muchos asintieron
Harry ya había cogido
el expreso de Hogwarts el año anterior. La dificultad estaba en llegar al andén
nueve y tres cuartos, que no era visible para los ojos de los muggles.
-ya sabemos- dijeron los merodeadores rodando los ojos
Lo que había que
hacer era atravesar caminando la gruesa barrera que separaba el andén nueve del
diez. No era doloroso, pero había que hacerlo con cuidado para que ningún
muggle notara la desaparición.
-ya sabemos- volvieron a decir los merodeadores
-oigan, que yo no escribi el libro- reprocho Harry
-no es contigo Harry, es con el libro-l le dijo remus
—Percy primero —dijo la señora Weasley,
mirando con inquietud el reloj que había en lo alto, que indicaba que sólo
tenían cinco minutos para desaparecer disimuladamente a través de la barrera.
-¿oigan y Percy cuando aparecerá?- pregunto Ron
-ni idea- respondieron Hermione y Harry
Percy avanzó deprisa y desapareció. A
continuación fue el señor Weasley. Lo siguieron Fred y George.
—Yo pasaré con Ginny,
y vosotros dos nos seguís —dijo la señora Weasley a Harry y Ron, cogiendo a
Ginny de la mano y empezando a caminar.
-¿Cuánto apuesto que la mini pelirroja hubiese preferido
pasar con Harry de la mano?- comento Sirius con una sonrisa picara
-no apuestes nada, en ese momento hubiese dado la vida
porque Harry me de la mano- dijo riendo
-nunca me dijiste nada- Ginny also una ceja- si sabia que te
gustaba no soy tan tonto, pero nunca te acercaste
-harry tenia once, y me acerque a los 16, si no fuera por mi
tu seguirías mirándome y diciéndote a ti mismo “seguro que la quiero y la re
contra celo porque es como una hermanita”- bufo exasperada y Harry rio
-bueno pero si te pedi que fueramos novios y que nos
casaramos…
-no pretenderías que lo haga yo supongo
-no pero…
-pero con cho no te costo nada, con Gabrielle tampoco, con
la chica del bar tampoco, ni cuando invitaste a parvati, luna, o cuando Romilda
Vane andaba tras de ti
-secretos jugosos- comentaron los gemelos weasley y preweet
-ustedes no se metan- dijeron los dos a coro
-si estoy casado con tigo y tuvo hijos hermosos contigo, y
tenemos una vida juntos es porque te amo a ti- Ginny se mordio el labio, y lo
beso largo y lento
-oye ya que es nuestra hermanita- dijeron los hermanos
weasley
En un abrir y cerrar
de ojos ya no estaban.
—Vamos juntos, sólo
nos queda un minuto —dijo Ron a Harry. Harry se aseguró de que la jaula de
Hedwig estuviera bien sujeta encima del baúl, y empujó el carrito contra la
barrera. No le daba miedo; era mucho más seguro que usar los polvos flu. Se
inclinaron sobre la barra de sus carritos y se encaminaron con determinación
hacia la barrera, cogiendo velocidad. A un metro de la barrera, empezaron a
correr y... ¡PATAPUM!
-es broma- dijeron muchos sorprendidos
-no lo fue- dijeron los dos resignados, Dumbledore los
miraba atento
Los dos carritos
chocaron contra la barrera y rebotaron.
-¿Cómo? Y ¿Por qué? –pregunto fabian confundido, todos
pensaban lo mismo, especialmente los profesores y Alastor
El baúl de Ron saltó
y se estrelló contra el suelo con gran estruendo, Harry se cayó y la jaula de
Hedwig, al dar en el suelo, rebotó y salió rodando, con la lechuza dentro dando
unos terribles chillidos.
-no es para menos, pobrecita- comento Amelia
-yo me preocupo mas por los niños- comento Molly
Todo el mundo los miraba, y un guardia que
había allí cerca les gritó:
—¿Qué demonios estáis
haciendo?
—He perdido el
control del carrito —dijo Harry entre jadeos, sujetándose las costillas
mientras se levantaba.
-mi pequeño ¿te golpeaste?- dijo Lily con dulzura y Harry
algo sonrojado por las risas de los gemelos negó con la cabeza
-buena excusa chachorro, vas aprendiendo-felicito Sirius
-Ron salió corriendo
detrás de la jaula de Hedwig, que estaba provocando tal escena que la multitud
hacía comentarios sobre la crueldad con los animales.
—¿Por qué no hemos
podido pasar? —preguntó Harry a Ron.
-eso me pregunto yo- dijo Alastor
-todos realmente- dijo Minerva
—Ni idea.
Muchos rieron
-gran respuesta hermanito- dijeron los gemelos
Ron miró furioso a su
alrededor. Una docena de curiosos todavía los estaban mirando.
—Vamos a perder el tren —se quejó—. No
comprendo por qué se nos ha cerrado el paso. Harry miró el reloj gigante de la
estación y sintió náuseas en el estómago. Diez segundos..., nueve segundos...
Avanzó con el carrito, con cuidado, hasta que llegó a la barrera, y empujó a
continuación con todas sus fuerzas. La barrera permaneció allí, infranqueable.
-¿Por qué puede pasar eso director?
-una magia bastante poderosa diría yo- respondio solamente
el director
-creo que se que pudo pasar- dijo James y todos, menos Lily
y Harry, lo miraron sorprendidos- ¡oigan! Soy muy inteligente, al menos me
alegra que mi familia tenga confianza en mi
Tres segundos..., dos
segundos..., un segundo...
—Ha partido —dijo
Ron, atónito—. El tren ya ha partido. ¿Qué pasará si mis padres no pueden
volver a recogernos?
-si volveríamos Ron- dijo Arthur
-tenia doce ¿se supone que lo supiera?
¿Tienes algo de
dinero muggle? Harry soltó una risa irónica.
-odio esa risa- dijeron Ron y Hermione
-¿la hago seguido?
-no, por eso la odiamos, significa que no tienes idea que
hacer y no seriamos nada sin tu improvisacion
—Hace seis años que
los Dursley no me dan la paga semanal.
-¡que sorpresa!- dijo Sirius atonito
-Canuto son los Dursley ¿Qué te sorprende?- pregunto Remus
-que alguna vez le hayan dado pago semanas
-bueno eso si es sorprendente
-50 centavos, por la pura bondad de su corazón- ironizo
Harry y todos rieron, menos los merodeadores y Lily que lo miraban con tristeza
Ron pegó la cabeza a
la fría barrera.
-No oigo nada —dijo
preocupado—. ¿Qué vamos a hacer? No sé cuánto tardarán mis padres en volver por
nosotros. Echaron un vistazo a la estación. La gente todavía los miraba,
principalmente a causa de los alaridos incesantes de Hedwig.
-¿esa gente no tiene nada que hacer?- dijo Lily comenzando a
molestarse
—A lo mejor
tendríamos que ir al coche y esperar allí —dijo Harry—. Estamos llamando
demasiado la aten...
—¡Harry! —dijo Ron, con los ojos refulgentes—.
¡El coche!
-¡eso es hermano!- dijeron los gemelos chocando las manos
con Ron- ¡sublime!
--¿de que…oh ya recuerdo, pocas veces vi a mama tan molesta-
dijo Bill divertido
-¿Qué hicieron?
-si es lo que yo pienso…-comenzo James
-debe pasar a la historia- concluyo Sirius
—¿Qué pasa con él?
—¡Podemos llegar a
Hogwarts volando!
-¡ronald weasley!- grito su madre- ¡que irresponsabilidad!
—Pero yo creía...
-al menos me alegra que intentaras hacer lo correcto- dijo
Lily
-¿Cómo sabes que yo fui?
-eres hijo de tu padre, despues de todo seria decepcionante
para tu sangre merodeadora que no lo hagas, pero espero que tengas algo de mi
sangre de prefecta perfecta- dijo Lily algo preocupada por como termino el
asunto, James la abrazo
—Estamos en un apuro,
¿verdad? Y tenemos que llegar al colegio, ¿verdad? E incluso a los magos
menores de edad se les permite hacer uso de la magia si se trata de una
verdadera emergencia, sección decimonovena o algo así de la Restricción sobre
Chismes...
-es sorprendente todo lo que sabes sobre leyes, incluso
puedes hacer una laguna legal para hacer una travesura ilegal, eso es
increíble- dijo Arthur haciendo sonrojar a Ron
-arhtur no lo felicites- regaño Molly
-no felicite su travesura, felicite su ingenio
El pánico que sentía
Harry se convirtió de repente en emoción.
-ese es mi cachorro- felicito Sirius, Lily lo miro y solto
un suspiro resignado
—¿Sabes hacerlo
volar?
—Por supuesto —dijo
Ron, dirigiendo su carrito hacia la salida— Venga, vamos, si nos damos prisa
podremos seguir al expreso de Hogwarts. Y abriéndose paso a través de la
multitud de muggles curiosos, salieron de la estación y regresaron a la calle
lateral donde habían aparcado el viejo Ford Anglia. Ron abrió el gran maletero
con unos golpes de varita mágica.
-nos sentimos orgullosos de que seas pariente nuestro-
dijeron los gemelos a coro y se ganaron un golpe de Charlie
-no necesitas hacer cosas peligrosas o estúpidas para que
estemos orgullosos de ti- le dijo Bill
Metieron dentro los baúles, dejaron a Hedwig
en el asiento de atrás y se acomodaron delante.
—Comprueba que no nos
ve nadie —le pidió Ron, arrancando el coche con otro golpe de varita. Harry
sacó la cabeza por la ventanilla; el tráfico retumbaba por la avenida que
tenían delante, pero su calle estaba despejada.
-oh dios- decia Molly nerviosa
—Vía libre —dijo
Harry. Ron pulsó un diminuto botón plateado que había en el salpicadero y el
coche desapareció con ellos. Harry notaba el asiento vibrar debajo de él, oía
el motor, sentía sus propias manos en las rodillas y las gafas en la nariz,
pero, a juzgar por lo que veía, se había convertido en un par de ojos que
flotaban a un metro del suelo en una lúgubre calle llena de coches aparcados.
-tranquila Lily- pidió James a su mujer que estaba palida
—¡En marcha! —dijo a su lado la voz de Ron.
Fue como si el pavimento y los sucios edificios que había a cada lado empezaran
a caer y se perdieran de vista al ascender el coche; al cabo de unos segundos,
tenían todo Londres bajo sus pies, impresionante y neblinoso. Entonces se oyó
un ligero estallido y reaparecieron el coche, Ron y Harry.
-eso les traerá problemas- dijo Dorcas
—¡Vaya! —dijo Ron, pulsando el botón del
accionador de invisibilidad—. Se ha estropeado.
Los dos se pusieron a darle golpes.
-no lo arreglaran
asi- regaño Lily- lo romperán mas
-lo siento mama /sra. Potter- dijeron a coro y se miraron,
era la primera de muchas veces que dirían eso
El coche desapareció, pero luego empezó a
aparecer y desaparecer de forma intermitente.
-loss verán los muggles- dijo Minerva enojada
—¡Agárrate! —gritó
Ron, y apretó el acelerador. Como una bala, penetraron en las nubes algodonosas
y todo se volvió neblinoso y gris.
—¿Y ahora qué?
—preguntó Harry, pestañeando ante la masa compacta de nubes que los rodeaba por
todos lados.
-eso me pregunto yo- dijo Molly mirando a su hijo, quien
trago saliva
—Tendríamos que ver
el tren para saber qué dirección seguir —dijo Ron. —Vuelve a descender, rápido.
Descendieron por debajo de las nubes, y se asomaron mirando hacia abajo con los
ojos entornados.
—¡Ya lo veo! —gritó
Harry—. ¡Todo recto, por allí! El expreso de Hogwarts corría debajo de ellos,
parecido a una serpiente roja.
Los de Slytheryn y los de Gryffindor se miraron mal
-¿me parece a mi o serpiente y roja en la misma oración no
queda bien? – dijo Tonks y todos los leones asintieron
—Derecho hacia el norte —dijo Ron, comprobando
el indicador del salpicadero—. Bueno, tendremos que comprobarlo cada media hora
más o menos. Agárrate. —Y volvieron a internarse en las nubes. Un minuto
después, salían al resplandor de la luz solar.
-genial- dijo Sirius
Aquél era un mundo diferente. Las ruedas del
coche rozaban el océano de esponjosas nubes y el cielo era una extensión
inacabable de color azul intenso bajo un cegador sol blanco.
-que bonito- suspiro Lily y James la miro embobado y luego
palidecio- tranquilo no tendras que conseguirme un auto que vuele para tener
una linda cita, me gustaría un picnic cuando ya esta atardeciendo, siempre
quise una cita as o dormir juntos mientras afuera llueve o que haga mucho frio
y llegar a casa y acurrucarnos en el sof…-Lily se dio cuenta de que habia dicho
todo eso en vez de pensarlo, pero solo James la escucho y la miraba
sorprendido- lo lamento soy algo cursi
-¿cursi? Son las mejores citas que podría haber imaginado,
me gusto la idea del sofá- ella sonrio tímidamente
-te quiero- dijo y se besaron, todos se preguntaban porque
el arranque de amor entre la pareja (recuerden que no escucharon la
conversación)
—Ahora sólo tenemos
que preocuparnos de los aviones —dijo Ron. Se miraron el uno al otro y rieron.
Tardaron mucho en poder parar de reír. Era como si hubieran entrado en un sueño
maravilloso. Aquélla, pensó Harry, era seguramente la manera ideal de viajar:
pasando copos de nubes que parecían de nieve, en un coche inundado de luz solar
cálida y luminosa, con una gran bolsa de caramelos en la guantera e imaginando
las caras de envidia que pondrían Fred y George cuando aterrizaran con suavidad
en la amplia explanada de césped delante del castillo de Hogwarts.
-oye, nos ofendes…-comenzo Fred
-nunca…-siguio George
-de los jamaces- prosigui Fred
-seriamos envidiosos- terminaron los dos a coro
-lo lamentamos- dijeron Harry y Ron
Comprobaban regularmente el rumbo del tren a
medida que avanzaban hacia el norte, y cada vez que bajaban por debajo de las
nubes veían un paisaje diferente. Londres quedó atrás enseguida y fue
reemplazado por campos verdes que dieron paso a brezales de color púrpura, a
aldeas con diminutas iglesias en miniatura y a una gran ciudad animada por
coches que parecían hormigas de variados colores.
-el viaje a Hogwarts es muy largo- razono Remu
Sin embargo, después
de varias horas sin sobresaltos, Harry tenía que admitir que parte de la
diversión se había esfumado.
-se los dije- comento el Licantropo, sirius y james lo
miraron mal
Los caramelos les habían dado una sed tremenda
y no tenían nada que beber.
-¿aquamendi? –dijo James con facilidad
-no podíamos usar magia fuera de Hogwarts- dijo Harry
-es ironico que estando en un auto volador mágico digas eso,
si ya rompiste 50 reglas del colegio, y varias leyes mágicas, no hubiese hecho
daño que tomaras agua- dijo Lily tranquilamente
Harry y Ron se habían despojado de sus
jerséis, pero al primero se le pegaba la camiseta al respaldo del asiento y a
cada momento las gafas le resbalaban hasta la punta de la nariz empapada de
sudor.
-es muy incomodo, se lo que se siente ser miope- dijo James,
Lily rio tiernamente
-a mi me gusta como les quedan las gafas- padre e hijo
sonrieron anchamente
Había dejado de maravillarse con las
sorprendentes formas de las nubes y se acordaba todo el tiempo del tren que
circulaba miles de metros más abajo, donde se podía comprar zumo de calabaza
muy frío del carrito que llevaba una bruja gordita.
-ten jugo- le dijo Lily dándole un vaso con zumo de calabaza
y se sintió muy extraño
¿Por qué motivo no
habrían podido entrar en el andén nueve y tres cuartos?
—No puede quedar muy
lejos ya, ¿verdad? —dijo Ron, con la voz ronca, horas más tarde, cuando el sol
se hundía en el lecho de nubes, tiñéndolas de un rosa intenso—.¿Listo para otra
comprobación del tren? Éste continuaba debajo de ellos, abriéndose camino por
una montaña coronada de nieve. Se veía mucho más oscuro bajo el dosel de nubes.
-¿falta mucho para que pase algo emocionante?- pregunto
Gideon aburrido
Ron apretó el
acelerador y volvieron a ascender, pero al hacerlo, el motor empezó a chirriar.
Harry y Ron se intercambiaron miradas nerviosas.
-¡oh merlin! –dijo Arthur preocupado
—Seguramente es
porque está cansado —dijo Ron—, nunca había hecho un viaje tan largo... Y ambos
hicieron como que no se daban cuenta de que el chirrido se hacía más intenso al
tiempo que el cielo se oscurecía.
-eso es malo- dijo Bill comenzando a preocuparse por su
hermano y Harry
Las estrellas iban
apareciendo en el firmamento. Se hacía de noche. Harry volvió a ponerse el
jersey,
-bien, sino te resfriaras- felicito Lily ante el sonrojo de
Harry y la risa de Ginny
tratando de no dar
importancia al hecho de que los limpiaparabrisas se movían despacio, como en
protesta.
—Ya queda poco —dijo
Ron, dirigiéndose más al coche que a Harry—, ya queda muy poco —repitió, dando
unas palmadas en el salpicadero con aire preocupado. Cuando, un poco más
adelante, volvieron a descender por debajo de las nubes, tuvieron que aguzar la
vista en busca de algo que pudieran reconocer.
-pienso que si Hermione hubiese estado con nosotros hubiese
sido mas fácil- razono Harry
-Hermione no nos hubiese dejado subir al auto- reprocho Ron
—¡Allí! —gritó Harry de forma que Ron y Hedwig dieron un bote—.
¡Allí delante mismo! En lo alto del acantilado que se elevaba sobre el lago,
las numerosas torres y atalayas del castillo de Hogwarts se recortaban contra
el oscuro horizonte. Pero el coche había empezado a dar sacudidas y a perder
velocidad.
-oh dios- dijeron Molly y Lily palideciendo
—¡Vamos! —dijo Ron
para animar al coche, dando una ligera sacudida al volante—. ¡Venga, que ya
llegamos! El motor chirriaba. Del capó empezaron a salir delgados chorros de
vapor.
-oh no- ahora los merodeadores y los weasley también se
preocupaban
Harry se agarró muy
fuerte al asiento cuando se orientaron hacia el lago. El coche osciló de manera
preocupante. Mirando por la ventanilla, Harry vio la superficie calma, negra y
cristalina del agua, un par de kilómetros por debajo de ellos. Ron aferraba con
tanta fuerza el volante, que se le ponían blancos los nudillos de las manos.
-se te lastimaran las manos- dijo inconsientemente Hermione
ganándose un abrazo de su marido
El coche volvió a
tambalearse. —¡Vamos! —dijo Ron. Sobrevolaban el lago. El castillo estaba justo
delante de ellos. Ron apretó el pedal a fondo.
-¡no!- dijeron los gemelos preweet
Oyeron un estruendo
metálico, seguido de un chisporroteo, y el motor se paró completamente.
-maldicion- dijo
George
—¡Oh! —exclamó Ron,
en medio del silencio. El morro del coche se inclinó irremediablemente hacia
abajo. Caían, cada vez más rápido, directos contra el sólido muro del castillo.
-¡no!- dijo Bill preocupado
—¡Noooooo! —gritó
Ron, girando el volante; esquivaron el muro por unos centímetros cuando el
coche viró describiendo un pronunciado arco y planeó sobre los invernaderos y
luego sobre la huerta y el oscuro césped, perdiendo altura sin cesar. Ron soltó
el volante y se sacó del bolsillo de atrás la varita mágica.
-¡James haz algo!- dijo Lily preocupada
-¿Qué quieres que haga? ¡es un libro!- dijo el merodeador
sin saber que hacer para ayudar a su hijo y tranquilizar a su esposa
—¡ALTO! ¡ALTO!
—gritó, dando unos golpes en el salpicadero y el parabrisas, pero todavía
estaban cayendo en picado, y el suelo se precipitaba contra ellos...
—¡CUIDADO CON EL
ÁRBOL! —gritó Harry, cogiendo el volante, pero era demasiado tarde.
-¡la puta madre!- rugio Remus
-¿Qué te ocurre?- dijo Sirius
-el capitulo se llama el Sauce Boxeador!- dijo desesperado
-maldicion- dijeron a coro James y sirius
¡¡PAF!! Con gran
estruendo, chocaron contra el grueso tronco del árbol y se dieron un gran
batacazo en el suelo. Del abollado capó salió más humo; Hedwig daba chillidos
de terror; a Harry le había salido un doloroso chichón del tamaño de una bola
de golf en la cabeza,
-oh te lastimaste, ¿vez porque no quiero que haga travesuras
de ese tipo? Se lastimo! Podría haberse roto el cuello- decia Lily enojada y
triste
-solo fue un chichon y unos rasguños, he pasado cosas peores
tranquila- dijo Harry
-ese es el problema, si yo hubiese estado viva nada malo te
hubiese pasado, no tendrías ni un solo moretón, pero no, mientras tu estabas en
peligro yo estaba pudriéndome en la tumba- las lagrimas amenzaban con salir
-princesa yo también me siento asi, se que es horrible, pero
respira todo eso cambiara ¿si? Confía en mi, todo estará bien, ya descubriremos
que salio mal y lo cambiaremos, te lo prometo- Lily asintió y se abrazo a James
con todas sus fuerzas
al golpearse contra
el parabrisas; y, a su lado, Ron emitía un gemido ahogado de desesperación.
-¿estas bien?- pregunto Fred inmediatamente
—¿Estás bien? —le
preguntó Harry inmediatamente.
—¡Mi varita mágica!
—dijo Ron con voz temblorosa—. ¡Mira mi varita! Se había partido prácticamente
en dos pedazos, y la punta oscilaba, sujeta sólo por unas pocas astillas.
- Harry abrió la boca
para decir que estaba seguro de que podrían recomponerla en el colegio, pero no
llegó a decir nada. En aquel mismo momento, algo golpeó contra su lado del
coche con la fuerza de un toro que les embistiera y arrojó a Harry sobre Ron,
al mismo tiempo que el techo del coche recibía otro golpe igualmente fuerte.
-el sauce- dijo Sirius palido
—¿Qué ha pasado? Ron
ahogó un grito al mirar por el parabrisas, y Harry sacó la cabeza por la
ventanilla en el preciso momento en que una rama, gruesa como una serpiente
pitón, golpeaba en el coche destrozándolo.
-¡mierda!- bufo Arthur
El árbol contra el
que habían chocado les atacaba. El tronco se había inclinado casi el doble de
lo que estaba antes, y azotaba con sus nudosas ramas pesadas como el plomo cada
centímetro del coche que tenía a su alcance.
—¡Aaaaag! —gritó Ron,
Molly apretó la mano de su hijo con fuerza
cuando una rama retorcida golpeó en su puerta
produciendo otra gran abolladura; el parabrisas tembló entonces bajo una lluvia
de golpes de ramitas, y una rama gruesa como un ariete aporreó con tal furia el
techo, que pareció que éste se hundía.
—¡Escapemos! —gritó
Ron,
-¿A dónde?- grito James deseperado
empujando la puerta
con toda su fuerza, pero inmediatamente el salvaje latigazo de otra rama lo
arrojó hacia atrás, contra el regazo de Harry.
—¡Estamos perdidos!
—gimió, viendo combarse el techo. De repente el suelo del coche comenzó a
vibrar: el motor se ponía de nuevo en funcionamiento.
-¿esta funcionando por si solo?- pregunto Charlie atonito
—¡Marcha atrás!
—gritó Harry, y el coche salió disparado. El árbol aún trataba de golpearles, y
pudieron oír crujir sus raíces cuando, en un intento de arremeter contra el
coche que escapaba, casi se arranca del suelo.
—Por poco —dijo Ron
jadeando—. ¡Así se hace, coche!
Todos suspiraron aliviados
El coche, sin
embargo, había agotado sus fuerzas. Con dos golpes secos, las puertas se
abrieron y Harry sintió que su asiento se inclinaba hacia un lado y de pronto
se encontró sentado en el húmedo césped.
-¿¡el coche los hecho?!- dijo Tonks divertida
Unos ruidos sordos le
indicaron que el coche estaba expulsando el equipaje del maletero; la jaula de
Hedwig salió volando por los aires y se abrió de golpe, y la lechuza salió
emitiendo un fuerte chillido de enojo y voló apresuradamente y sin parar en
dirección al castillo.
-¿de verdad? ¿el auto tiene vida?- dijo Marlene atónita
A continuación, el coche, abollado y echando
humo, se perdió en la oscuridad, emitiendo un ruido sordo y con las luces de
atrás encendidas como en un gesto de enfado.
Incluso Dumbledore parecía algo sorprendido
—¡Vuelve! —le gritó
Ron, blandiendo la varita rota—. ¡Mi padre me matará! Pero el coche desapareció
de la vista con un último bufido del tubo de escape.
-sabes que yo no te regañare mucho ¿verdad?
—¿Es posible que tengamos esta suerte?
—preguntó Ron embargado por la tristeza mientras se inclinaba para recoger a
Scabbers, la rata—.De todos los árboles con los que podíamos haber chocado,
tuvimos que dar contra el único que devuelve los golpes.
Varios rieron
Se volvió para mirar
el viejo árbol, que todavía agitaba sus ramas pavorosamente.
—Vamos —dijo Harry,
cansado—. Lo mejor que podemos hacer es ir al colegio. No era la llegada
triunfal que habían imaginado. Con el cuerpo agarrotado, frío y magullado, cada
uno cogió su baúl por la anilla del extremo, y los arrastraron por la ladera
cubierta de césped, hacia arriba, donde les esperaban las inmensas puertas de
roble de la entrada principal.
-Bueno ya están a salvo- dijo Lily aliviada
—Me parece que ya ha
comenzado el banquete —dijo Ron, dejando su baúl al principio de los escalones
y acercándose sigilosamente para echar un vistazo a través de una ventana
iluminada—¡Eh, Harry, ven a ver esto... es la Selección!
-Mi selección- dijo Ginny alegre
Harry se acercó a
toda prisa, y juntos contemplaron el Gran Comedor. Sobre cuatro mesas
abarrotadas de gente, se mantenían en el aire innumerables velas, haciendo
brillar los platos y las copas. Encima de las cabezas, el techo encantado que
siempre reflejaba el cielo exterior estaba cuajado de estrellas.
-nunca cambiaran eso- dijo Sirius sonriendo alegremente
A través de la
confusión de los sombreros negros y puntiagudos de Hogwarts, Harry vio una
larga hilera de alumnos de primer curso que, con caras asustadas, iban entrando
en el comedor.
-seguro ni me viste- dijo resignada Ginny y Harry negó con
la cabeza
Ginny estaba entre
ellos; era fácil de distinguir por el color intenso de su pelo,
Ginny abrió la boca sorprendida, luego miro a Harry y
comenzó a besarlo, dejando a sus hermanos y a la mayoría de los hombres en el
comedor con la boca abierta
-ya entiendo como tuvieron 4 hijos- dijo Remus divertido
-las pelirrojas son asi…intensas- dijo Sirius divertido
-bueno Molly tiene 7 hijos, Ginny 4 –James se sonrojo un
poco- y Lily…
-y la peli peli debe ser un fuego- dijo el ojigris mirando a
Lily que se sonrojo y oculto su rostro en el cuello de James
que revelaba su
pertenencia a la familia Weasley. Mientras tanto, la profesora McGonagall, una
bruja con gafas y con el pelo recogido en un apretado moño, ponía el famoso
Sombrero Seleccionador de Hogwarts sobre un taburete, delante de los recién
llegados. Cada año, este sombrero viejo, remendado, raído y sucio, distribuía a
los nuevos estudiantes en cada una de las cuatro casas de Hogwarts: Gryffindor,
Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin.
-la ultima Weasley de nuestra generación- dijo Ginny, y sus
hermanos la miraron con ternura
Harry se acordaba bien de cuando se lo había
puesto, un año antes, y había esperado muy quieto la decisión que el sombrero
pronunció en voz alta en su oído. Durante unos escasos y horribles segundos,
había temido que lo fuera a destinar a Slytherin, la casa que había dado más
magos y brujas tenebrosos que ninguna otra, pero había acabado en Gryffindor,
-porque tu eres un gryffindor Harry, como yo y tu mama y tu
padrino y tu tio y tu esposa y tus hermanos postizos y tus abuelos y tu mejor
amigo y tu mejor amiga y…
-amor ya entendio – corto Lily
con Ron, Hermione y
el resto de los Weasley. En el último trimestre, Harry y Ron habían contribuido
a que Gryffindor ganara el campeonato de las casas, venciendo a Slytherin por
primera vez en siete años. Habían llamado a un chaval muy pequeño, de pelo
castaño, para que se pusiera el sombrero.
-¿colin? –pregunto Ginny con mirada triste y Harry asintió
-¿murio verdad?- dijo Amelia algo triste
-asesinado- escupio Ron amargamente
Harry desvió la
mirada hacia el profesor Dumbledore, el director, que se hallaba contemplando
la Selección desde la mesa de los profesores, con su larga barba plateada y sus
gafas de media luna brillando a la luz de las velas. Varios asientos más allá,
Harry vio a Gilderoy Lockhart, vestido con una túnica color aguamarina.
-idiota- bufaron Harry y James
-¿haran eso cada vez que lo nombren?- pregunto Lily y rodo
los ojos cuando los dos potter asintieron tercamente
Y al final estaba
Hagrid, grande y peludo, apurando su copa.
—Espera... —dijo
Harry a Ron en voz baja—. Hay una silla vacía en la mesa de los profesores.
¿Dónde está Snape? Severus Snape era el profesor que menos le gustaba a Harry.
Y Harry resultó ser el alumno que menos le gustaba a Snape, que daba clase de
Pociones y era cruel, sarcástico y sentía aversión por todos los alumnos que no
fueran de Slytherin,
-lo describió perfectamente- dijo Sirius por lo bajo
la casa a la que
pertenecía.
—¡A lo mejor está
enfermo! —dijo Ron, esperanzado.
-Ron nunca le desees cosas malas a nadie- regaño su madre
—¡Quizá se haya ido
—dijo Harry—, porque tampoco esta vez ha conseguido el puesto de profesor de
Defensa Contra las Artes Oscuras!
-tienes sueños maravillosos- felicito James
—O quizá lo han
echado —dijo Ron con entusiasmo—. Como todo el mundo lo odia...
—O tal vez —dijo una
voz glacial detrás de ellos— quiera averiguar por qué no habéis llegado
vosotros dos en el tren escolar.
-oh oh- dijo Marlene
Harry se dio media
vuelta. Allí estaba Severus Snape, con su túnica negra ondeando a la fría
brisa. Era un hombre delgado de piel cetrina, nariz ganchuda y pelo negro y
grasiento que le llegaba hasta los hombros,
-la misma descripción que le hacia James- dijo Lily por lo
bajo
y en aquel momento
sonreía de tal modo que Ron y Harry comprendieron inmediatamente que se habían
metido en un buen lío.
-es que se metieron en un gran lio- dijo Minerva
—Seguidme —dijo Snape.
Sin atreverse a mirarse el uno al otro, Harry y Ron siguieron a Snape escaleras
arriba hasta el gran vestíbulo iluminado con antorchas, donde las palabras
producían eco. Un delicioso olor de comida flotaba en el Gran Comedor, pero
Snape los alejó de la calidez y la luz y los condujo abajo por la estrecha
escalera de piedra que llevaba a las mazmorras.
-tendran muchos problemas- dijo Molly- y bien merecidos
—¡Adentro! —dijo,
abriendo una puerta que se encontraba a mitad del frío corredor, y señalando su
interior. Entraron temblando en el despacho de Snape. Los sombríos muros
estaban cubiertos por estantes con grandes tarros de cristal, dentro de los
cuales flotaban cosas verdaderamente asquerosas,
-¡te fuiste a meter a la boca del lobo!- dijo Sirius mirando
mal a Snape y remus lo miro mal- sin ofender a los presentes- agrego mirando a
un furibundo Remus
cuyo nombre en aquel
momento a Harry no le interesaba en absoluto. La chimenea estaba apagada y
vacía. Snape cerró la puerta y se volvió hacia ellos.
—Así que —dijo con
voz melosa— el tren no es un medio de transporte digno para el famoso Harry
Potter y su fiel compañero Weasley.
-¡no fue por eso!- dijeron Arthur y James a la vez
Queríais hacer una
llegada a lo grande, ¿eh, muchachos?
—No, señor, fue la
barrera en la estación de Kings Cross lo que...
—¡Silencio! —dijo
Snape con frialdad—. ¿Qué habéis hecho con el coche? Ron tragó saliva. No era
la primera vez que a Harry le daba la impresión de que Snape era capaz de leer
el pensamiento. Pero enseguida comprendió, cuando Snape desplegó un ejemplar de
El Profeta Vespertino de aquel mismo día.
-¿salio en las noticias?- dijo James haciendo una mueca, si
no fuera porque eso seria darle la razón a snape hubiese aceptado que habían
llegado demasiado lejos
—Os han visto —les
dijo enfadado, enseñándoles el titular: «MUGGLES» DESCONCERTADOS POR UN FORD
ANGLIA VOLADOR Y comenzó a leer en voz alta: —«En Londres, dos muggles están
convencidos de haber visto un coche viejo sobrevolando la torre del edificio de
Correos (...) al mediodía en Norfolk, la señora Hetty Bayliss, al tender la
ropa (...) y el señor Angus Fleet, de Peebles, informaron a la policía,
etcétera.» En total, seis o siete muggles. Tengo entendido que tu padre trabaja
en el Departamento Contra el Uso Incorrecto de los Objetos Muggles —dijo,
mirando a Ron y sonriendo de manera aún más desagradable—. Vaya, vaya..., su
propio hijo...
-eso es un golpe bajo- dijo Lily enojad y snape bajo la
cabeza
Harry sintió como si
una de las ramas más grandes del árbol furioso le acabara de golpear en el
estómago. Si alguien averiguara que el señor Weasley había encantado el
coche... No se le había ocurrido pensar en eso...
Los weasley miraron con cariño a Harry y James sonrio
orgulloso
—He percibido, en mi
examen del parque, que un ejemplar muy valioso de sauce boxeador parece haber
sufrido daños considerables —prosiguió Snape.
—Ese árbol nos ha
hecho más daño a nosotros que nosotros a... —se le escapó a Ron.
-genial Ronnie- felicitaron los gemelos
—¡Silencio! —interrumpió
de nuevo Snape—. Por desgracia, vosotros no pertenecéis a mi casa, y la
decisión de expulsaros no me corresponde a mí.
-eres un idiota- bufo Lily- como profesor te corresponde
escuchar su versión, pero no, como James es travieso Harry también lo es ¿no?
-¿travieso?- bufo Snape- ¿travieso? Es un cabron que se la
pasa molestando a todos, un arrogante soberbio y cobarde
-al menos no usa artes oscuras y no es mortifago, y córtate
la lengua antes de llamar cobarde a James, aunque si mal no recuerdo ya tuvimos
esta discusión, cuando me dijiste sangre sucia- dijo con furia, Snape bajo la
cabeza sin saber que decir
Voy a buscar a las
personas a quienes compete esa grata decisión. Esperad aquí. Ron y Harry se
miraron, palideciendo. Harry ya no sentía hambre, sino un tremendo mareo. Trató
de no mirar hacia el estante que había detrás del escritorio de Snape, donde en
un gran tarro con líquido verde flotaba una cosa muy larga y delgada.
-que asco- dijo Tonks y aparto el pastel de calabaza que
estaba comiendo
Si Snape había ido en
busca de la profesora McGonagall, jefa de la casa Gryffindor, su situación no
iba a mejorar mucho. Ella podía ser mejor que Snape, pero era muy estricta.
Diez minutos después, Snape volvió, y se confirmó que era la profesora McGonagall
quien lo acompañaba.
-Minerva jamas expulsaría a un alumno a no ser por algo
relacionado con artes oscuras o dañar a otro- dijo Albus, despues de haber
pasado callado mucho rato analizando la lectura
Harry había visto en
varias ocasiones a la profesora McGonagall enfadada, pero, o bien había
olvidado lo tensos que podía poner los labios, o es que nunca la había visto
tan enfadada. Ella levantó su varita al entrar. Harry y Ron se estremecieron,
pero ella simplemente apuntaba hacia la chimenea, donde las llamas empezaron a
brotar al instante.
-Minnie los escuchara, ella siempre escucha- dijo Sirius y
la profesora sonrio disimuladamente
—Sentaos —dijo ella,
y los dos se retiraron a dos sillas que había al lado del fuego—. Explicaos
—añadió. Sus gafas brillaban inquietantemente. Ron comenzó a narrar toda la
historia, empezando por la barrera de la estación, que no les había dejado
pasar.
—... así que no
teníamos otra opción, profesora, no pudimos coger el tren.
—¿Y por qué no enviasteis una carta por medio
de una lechuza? Imagino que tenéis alguna lechuza —dijo fríamente la profesora
McGonagall a Harry. Harry se quedó mirándola con la boca abierta.
-no se nos ocurrio- dijo Ron bajando la cabeza y Harry asintió
Ahora que la
profesora lo mencionaba, parecía obvio que aquello era lo que tenían que haber
hecho.
—No-no lo pensé...
—Eso —observó la
profesora McGonagall— es evidente. Llamaron a la puerta del despacho y Snape la
abrió, más contento que unas pascuas. Era el director, el profesor Dumbledore.
Harry tenía todo el cuerpo agarrotado. La expresión de Dumbledore era de una
severidad inusitada. Miró de tal forma a los dos alumnos que tenía debajo de su
gran nariz aguileña, que en aquel momento Harry habría preferido estar con Ron
recibiendo los golpes del sauce boxeador.
-Harry no creo que sea para tanto- dijo el director
-parecia decepcionado- explico Harry- hubiese preferido que
me golpee el sauce boxeador
-me parece que me tienes demasiada estima
-mas de la que cree señor, incluso luego de saber toda la
historia de su nariz rota- dijo con una mirada complice, el director se
sorprendio muchísimo, antes de sonreírle sinceramente al chico, nadie en el
comedor, exceptuando Hermione y Ron, entendieron el comentario
Hubo un prolongado
silencio, tras el cual Dumbledore dijo:
—Por favor,
explicadme por qué lo habéis hecho. Habría sido preferible que hubiera gritado.
A Harry le pareció horrible el tono decepcionado que había en su voz. No sabía
por qué, pero no podía mirar a Dumbledore a los ojos, y habló con la mirada
clavada en sus rodillas.
-todo estará bien- dijo Lily tranquilizadoramente
Se lo contó todo a
Dumbledore, salvo lo de que el señor Weasley era el propietario del coche
encantado, simulando que Ron y él se habían encontrado un coche volador a la
salida de la estación.
-no les creyo- dijo Remus
Supuso que Dumbledore
les interrogaría inmediatamente al respecto, pero Dumbledore no preguntó nada
sobre el coche. Cuando Harry acabó, el director simplemente siguió mirándolos a
través de sus gafas.
—Iremos a recoger
nuestras cosas —dijo Ron en un tono de voz desesperado.
—¿Qué quieres decir,
Weasley? —bramó la profesora McGonagall.
—Bueno, nos van a
expulsar, ¿no? —dijo Ron. Harry miró a Dumbledore.
-nos los expulsara- dijo Hermione rodando los ojos
-tenia 12- se justifico Ron haciendo reir a la castaña
—Hoy no, señor
Weasley —dijo Dumbledore—. Pero quiero dejar claro que lo que habéis hecho es
muy grave. Esta noche escribiré a vuestras familias. He de advertiros también
que si volvéis a hacer algo parecido, no tendré más remedio que expulsaros.
-¿Qué?- dijeron todos sorprendidos, Albus se encogio de
hombros, especialmente al ver las miradas fulminantes de Lily y Molly
Por la expresión de
Snape, parecía como si sólo se hubieran suprimido las Navidades. Se aclaró la
garganta y dijo:
—Profesor Dumbledore,
estos muchachos han transgredido el decreto para la restricción de la magia en
menores de edad, han causado daños graves a un árbol muy antiguo y valioso...
Creo que actos de esta naturaleza...
-eres un imbesil- dijo Lily mirando mal a Snape
—Corresponderá a la
profesora McGonagall imponer el castigo a estos muchachos, Severus —dijo
Dumbledore con tranquilidad—. Pertenecen a su casa y están por tanto bajo su
responsabilidad. —Se volvió hacia la profesora McGonagall—. Tengo que regresar
al banquete, Minerva, he de comunicarles unas cuantas cosas. Vamos, Severus,
hay una tarta de crema que tiene muy buena pinta y quiero probarla.
Todos rieron antes las locuras del director
Al salir del
despacho, Snape dirigió a Ron y Harry una mirada envenenada. Se quedaron con la
profesora McGonagall, que todavía los miraba como un águila enfurecida.
—Lo mejor será que
vayas a la enfermería, Weasley, estás sangrando.
-¿Qué?- a Molly se le fue el color de la cara
—No es nada —dijo
Ron, frotándose enseguida con la manga la herida que tenía en la ceja—.
Profesora, quisiera ver la selección de mi hermana.
-ohhh te quiero idiota- dijo Ginny abrazando a su hermano
-gracias…creo- dijo Ron
—La Ceremonia de
Selección ya ha concluido —dijo la profesora McGonagall—. Tu hermana está
también en Gryffindor.
-los gryffindor aplaudieron con fuerza pero nadie mas que
Harry y los weasley
—¡Bien! —dijo Ron.
—Y hablando de
Gryffindor... —empezó a decir severamente la profesora McGonagall. Pero Harry
la interrumpió.
-¿Qué tu que?-
dijeron los gemelos y los merodeadores atonitos
—Profesora, cuando
nosotros cogimos el coche, el curso aún no había comenzado, así que, en
realidad, a Gryffindor no habría que quitarle puntos, ¿no? —dijo, mirándola con
temor.
-eso fue genial- felicito Sirius
La profesora McGonagall le dirigió una mirada
penetrante, pero Harry estaba seguro de que había estado a punto de sonreír.
Tenía los labios menos tensos, eso era evidente.
-por supuesto no hay nada que valore mas que la lealtad-
dijo ella
—No quitaremos puntos
a Gryffindor —dijo ella, y Harry se sintió muy aliviado—. Pero vosotros dos
seréis castigados. Eso era menos malo de lo que Harry se había temido. En
cuanto a que Dumbledore escribiera a los Dursley, le daba lo mismo. Harry sabía
perfectamente que los Dursley lamentarían que el sauce boxeador no lo hubiera
aplastado.
-mierda, James mi amor…recuerdas que te pedi la broma, pues
si quieres usar una imperdonable también tienes mi permiso- dijo acariciándolo
La profesora McGonagall volvió a levantar su
varita y apuntó con ella al escritorio de Snape. Sonó un ¡plop! y apareció un
gran plato de emparedados, dos copas de plata y una jarra de zumo frío de
calabaza.
—Comeréis aquí y
luego os iréis directamente al dormitorio —indicó—. Yo también tengo que volver
al banquete. Cuando la puerta se cerró detrás de ella, Ron profirió un silbido
bajo y prolongado.
-Gracias, les habría hecho mal dormir sin comer, mas despues
de gastar tanta energía…-dijo Molly
- y tenían mucha sed si mal no recuerdo- concluyo Lily
Sus hijos les sonrieron respectivamente
—Creí que no nos
salvábamos —dijo, cogiendo un emparedado.
—Y yo también
—contestó Harry, haciendo lo mismo.
—Pero ¿cómo es
posible que tengamos tan mala suerte? —dijo Ron con la boca llena de jamón y
pollo
-lo mismo me pregunto yo, desde que tengo 11 años- dijo
Hermione y ron y Harry rieron
—. Fred y George
deben de haber volado en ese coche cinco o seis veces y nunca los ha visto
ningún muggle. —Tragó y volvió a dar otro bocado—. ¿Y por qué no pudimos atravesar
la barrera? Harry se encogió de hombros.
—Tendremos que andarnos con mucho cuidado de
ahora en adelante —dijo, tomando un refrescante trago de zumo de calabaza—. Si
al menos hubiéramos podido subir al banquete...
-la profesora no quería que hicieran alarde- dijo Hermione y
Ron la miro sorprendido
—Ella no quería que
hiciéramos ningún alarde —dijo Ron inteligentemente
-oh dios eso fue…- dijo Hermione con expresión extrañada
-si lo se es raro- concluyo Ron
—. No quiere que
nadie llegue a pensar que está bien eso de llegar volando en un coche.
-es que no esta bien- dijo Lily suavemente- no volaras nunca
mas en un auto, a no ser que sea con un adulto- James y Sirius sonrieron
entusiasmados- un adulto responsable- agrego
Cuando hubieron
comido todos los emparedados que podían (en el plato iban apareciendo más,
conforme los engullían), se levantaron y salieron del despacho, y tomaron el
camino que llevaba a la torre de Gryffindor. El castillo estaba en calma,
parecía que el banquete había concluido. Pasaron por delante de retratos
parlantes y armaduras que chirriaban, y subieron por las escaleras de piedra hasta
que llegaron finalmente al corredor donde, oculta detrás de una pintura al óleo
que representaba a una mujer gorda vestida con un vestido de seda rosa, estaba
la entrada secreta a la torre de Gryffindor
-ya no tan secreta- comento Bill mirando receloso al libro
-no importa necesitan la contraseña- dijo charlie
—La contraseña
—exigió ella, al verlos acercarse.
—Esto... —dijo Harry.
No conocían la contraseña del nuevo curso, porque aún no habían visto a ningún
prefecto, pero casi al instante les llegó la ayuda; detrás de ellos oyeron unos
pasos veloces y al volverse vieron a Hermione que corría a ayudarles.
—¡Estáis aquí! ¿Dónde
os habíais metido? Corren los rumores más absurdos... Alguien decía que os
habían expulsado por haber tenido un accidente con un coche volador.
-bueno, no los han expulsado- dijo James
—Bueno, no nos han
expulsado —le garantizó Harry.
-son iguales- dijo Lily divertida
—¿Quieres decir que
habéis venido hasta aquí volando? —preguntó Hermione, en un tono de voz casi
tan duro como el de la profesora McGonagall.
—Ahórrate el sermón
—dijo Ron impaciente— y dinos cuál es la nueva contraseña.
—Es «somormujo» —dijo
Hermione deprisa—, pero ésa no es la cuestión…
-aprende algo Hermione, primero sermón y luego la
contraseña- dijo Remus- lo se por experiencia
No pudo terminar lo
que estaba diciendo, sin embargo, porque el retrato de la señora gorda se abrió
y se oyó una repentina salva de aplausos. Al parecer, en la casa de Gryffindor
todos estaban despiertos y abarrotaban la sala circular común, de pie sobre las
mesas revueltas y las mullidas butacas, esperando a que ellos llegaran.
-¡fiesta!- gritaron los gemelos preweet
Unos cuantos brazos aparecieron por el hueco
de la puerta secreta para tirar de Ron y Harry hacia dentro, y Hermione entró
detrás de ellos.
—¡Formidable! —gritó
Lee Jordan—. ¡Soberbio! ¡Qué llegada! Habéis volado en un coche hasta el sauce
boxeador. ¡La gente hablará de esta proeza durante años!
-me cae bien ese chico- dijo Sirius divertido
—¡Bravo! —dijo un
estudiante de quinto curso con quien Harry no había hablado nunca.
Varios rieron
Alguien le daba palmadas en la espalda como si
acabara de ganar una maratón. Fred y George se abrieron camino hasta la primera
fila de la multitud y dijeron al mismo tiempo:
—¿Por qué no nos llamasteis?
-nunca entendí como hacen para hablar al mismo tiempo- dijo
Hermione
-no lo planeamos- dijeron a coro- nuestros cerebros
funcionan al mismo tiempo- terminaron al mismo tiempo
Ron estaba azorado y
sonreía sin saber qué decir. Harry se fijó en alguien que no estaba en absoluto
contento. Al otro lado de la multitud de emocionados estudiantes de primero,
vio a Percy que trataba de acercarse para reñirles.
-¿por cierto donde esta Percy?- pregunto Bill
-ya vendrá supongo- dijo Charlie encogiéndose de hombros
Harry le dio a Ron
con el codo en las costillas y señaló a Percy con la cabeza. Inmediatamente,
Ron entendió lo que le quería decir.
—Tenemos que
subir..., estamos algo cansados —dijo, y los dos se abrieron paso hacia la
puerta que había al otro lado de la estancia, que daba a una escalera de
caracol y a los dormitorios.
-buena idea- dijo Lily- despues de todo eso tienen que descansar
—Buenas noches —dijo
Harry a Hermione, volviéndose. Ella tenía la misma cara de enojo que Percy.
Consiguieron alcanzar el otro extremo de la sala común, recibiendo palmadas en
la espalda, y al fin llegaron a la tranquilidad de la escalera.
-me recuerda a nosotros despues de una gran travesura- dijo
Sirius
La subieron deprisa,
derechos hasta el final, hasta la puerta de su antiguo dormitorio, que ahora
lucía un letrero que indicaba «Segundo curso». Penetraron en la estancia que ya
conocían; tenía forma circular, con sus cinco camas adoseladas con terciopelo
rojo y sus ventanas elevadas y estrechas.
-amo esas habitaciones- dijo Remus, Ginny y Hermione notaron
como Tonks lo miraba
Les habían subido los
baúles y los habían dejado a los pies de sus camas respectivas. Ron sonrió a
Harry con una expresión de culpabilidad.
—Sé que no tendría
que haber disfrutado de este recibimiento, pero la verdad es que...
-ya paso, disfrútenlo- dijo Lily para sorpresa de los
merodeadores
La puerta del dormitorio se abrió y entraron
los demás chicos del segundo curso de la casa Gryffindor: Seamus Finnigan, Dean
Thomas y Neville Longbottom.
-ya me preguntaba cuando aparecería mi hijo- dijo Frank
sonriendo
—¡Increíble! —dijo
Seamus sonriendo.
—¡Formidable! —dijo Dean.
—¡Alucinante! —dijo
Neville, sobrecogido. Harry no pudo evitarlo. Él también sonrió.
-¡por fin!- dijo James- un capitulo donde mi cachorro
termina feliz
-¿seguimos leyendo?- dijo Lily
-claro, yo leo- dijo bill tomando el libro
Porfaaaaaaaaaaaaaaa actualiza pronto!!! me encanta la historia, y lei en comentarios anteriores que pensas hacer los 7 libros... te tomo la palabra. te voy a publicar en TODOS lo capitulos recordandotelo....
ResponderEliminarsugerencia: ponele mas comentarios muuuchos mas asi es mas interesante :)
oksi..
besooos
pd: lei tu historia de one-shots de lily y james en potterfics pero como no tengo cuenta no te puedo comentar :/. Bueno te queria decir que me encata, mi favorito es el primero y el segundo :) hace mas como esos cuando puedas plisss
JAJA tranquila, aunque me lleve tiempo voy a hacer TODOS los libros, me encanta que leas mis fics, me alegra que te gusten, claro te tomo el pedido xD mil gracias. besos.
ResponderEliminarHolaaaaaaaaaaaaa!
ResponderEliminarPor favor actualiza pronto!! YAse que cuesta! Pero me leí esto entre ayer y hoy!
Amooo tus historias en Potterfics! (Aunque ya te lo dije)
PD: Soy KamiiLupinBlack ;)
plisssssssssssssssssss actualiza alguna de tus historias!!! Entro todos los dias a ver si actualizaste y no hay nada...:'(
ResponderEliminarbueno me encantan TODAS las historias, tambien las de potterfics
plis actualiza que me desesperoooooooooooo
besoo
Lily es tannnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn buenas yo quiero una madre asi
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