lunes, 29 de octubre de 2012

Harry Potter y la camara secreta- Cap 5


Aclaracion: Bueno todos los personajes y los libros que leen pertenecen a la genialisima JK Rowling ¿ok? yo solo lo traspaso a un blog para que puedan leerlo de una manera diferente con las intervenciones de ciertos personajes pertenecientes a ella.
Espero Disfruten, son un poco largos, pero en cada actualizacion subo un capitulo entero.

Harry Potter y la cámara de los secretos.

Capitulo V: "El sauce boxeador "

-Bueno comencemos con el quinto capitulo- pidió  sirius
-espere señor Black ahora vendrá otra visita- los del futuro se miraron curiosos, la puerta se abrió y entro un joven de cabello largo pelirrojo, ojos azules, alto y delgado, con una gran sonrisa y grandes cicatrizes
-¿Bill!?- pregunto Molly- estas hecho un hombre- Bill respondio a su abrazo, saludo a todos y al ver a Fred se lanzo a sus brazos
-hermano, no cometas incesto, no traiciones a Fleur- todos rieron
-¿Quién es Fleur?- pregunto Molly y todos los hijos Weasley pusieron los ojos en blanco
-mi esposa, pero ya la describirán en los libros supongo
-señor Potter- llamo Dumbledore, James y Harry giraron la cabeza a mirarlo- el señor Harry Potter, ¿le gustaría leer este capitulo?- dijo con un brillo divertido en sus ojos, Harry leyó el titulo
-solo si mama no me asesina
-¿fue peligroso?
-pues…
-no te asesinare…hasta el final del libro- dijo fulminando con la mirada a los merodeadores como diciendo “es su culpa”
-el capitulo se llama- esbozo una pequeña sonrisa y miro a los merodeadores- el sauce boxeador
-oh mierda, recién lees el titulo y ya estoy preocupada- dijo Lily palida- James abrazame mucho- pidió y el azabache asintió abrazándola…

El final del verano llegó más rápido de lo que Harry habría querido. Estaba deseando volver a Hogwarts, pero por otro lado, el mes que había pasado en La Madriguera había sido el más feliz de su vida.
Todos los presentes sonrieron, en especial los Weasley
Le resultaba difícil no sentir envidia de Ron cuando pensaba en los Dursley y en la bienvenida que le darían cuando volviera a Privet Drive.
Ron no puedo evitar poner expresión de sorpresa…
La última noche, la señora Weasley hizo aparecer, por medio de un conjuro, una cena suntuosa que incluía todos los manjares favoritos de Harry y que terminó con un suculento pudín de melaza.
-me dio hambre- se quejaron la mayoría de los Weasley, Sirius y ambos Potter, las chicas y los profesores rodearon los ojos
Fred y George redondearon la noche con una exhibición de las bengalas del doctor Filibuster, y llenaron la cocina con chispas azules y rojas que rebotaban del techo a las paredes durante al menos media hora.
Los gemelos se autoapludieron causando la risa del comedor
 Después de esto, llegó el momento de tomar una última taza de chocolate caliente e ir a la cama.
-amo el chocolate caliente- dijo Lily sonriendo anchamente, los merodeadores la miraban con ternura
-¿lo amas mas que a mi?- dijo james con un puchero
-mi amor…esas cosas ni se preguntan- james saco pecho orgulloso- claro que amo mas al chocolate caliente- james se cruzo de brazos ofendido mientras todos reian
 A la mañana siguiente, les llevó mucho rato ponerse en marcha. Se levantaron con el canto del gallo, pero parecía que quedaban muchas cosas por preparar.
Los weasley  y Harry rieron recordando el verano
La señora Weasley, de mal humor, iba de aquí para allá como una exhalación, buscando tan pronto unos calcetines como una pluma. Algunos chocaban en las escaleras,
- Ron  ¿recuerdas a Fres y George?- los que estuvieron presentes rieron
-¿Qué paso?- preguntaron Bill y Charlie
-se chocaron en las escaleras- dijo Ginny- y gritaron ¿Quién trajo aquí este espejo?
Todos rieron
medio vestidos,
-que incomodo para Hermione y Ginny- razono Marlene
-no creo- dijo Lily- yo he sido amiga de Remus muchos años y nunca tuve vergüenza con el
-¿Remus te ha visto sin ropa?- dijo Sirius sorprendido, Lily asintió encogiéndose de hombros
Remus miro temeroso a James
-¿no te ha visto desnuda verdad?- pregunto James
-claro que no, pero si en bueno… cuando me cambiaba y eso
-James…tu sabes que yo jamas la miraría de otra manera
-no me molesta, ni de el ni de sirius, confio ciegamente en ellos y en ti, pero si otro tipo se te acerca a menos de medio metro lo asesino
-de acuerdo mi amor- Lily lo beso
sosteniendo en la mano un trozo de tostada, y el señor Weasley, al llevar el baúl de Ginny al coche a través del patio, casi se rompe el cuello cuando tropezó con una gallina despistada.
Todos estallaron en carcajadas
 A Harry no le entraba en la cabeza que ocho personas, seis baúles grandes, dos lechuzas y una rata pudieran caber en un pequeño Ford Anglia.
-magia- dijo Lily con fingida sorpresa haciendo reir a todos
-sabes serias buena merodeadora- razono Sirius
 Claro que no había contado con las prestaciones especiales que le había añadido el señor Weasley.
-¡arhtur!- regaño Molly poniendo los brazon en la cintura
—No le digas a Molly ni media palabra —susurró a Harry al abrir el maletero y enseñarle cómo lo había ensanchado mágicamente para que pudieran caber los baúles con toda facilidad.
Mientras todos reian, Arthur miro a su futuro yerno con una sonrisa
Cuando por fin estuvieron todos en el coche, la señora Weasley echó un vistazo al asiento trasero, en el que Harry, Ron, Fred, George y Percy estaban confortablemente sentados, unos al lado de otros,
-fue genial- dijeron los gemelos
y dijo:
—Los muggles saben más de lo que parece, ¿verdad? —Ella y Ginny iban en el asiento delantero, que había sido alargado hasta tal punto que parecía un banco del parque
-espectacular- dijo Sirius riendo
—. Quiero decir que desde fuera uno nunca diría que el coche es tan espacioso, ¿verdad? El señor Weasley arrancó el coche y salieron del patio. Harry se volvió para echar una última mirada a la casa. Apenas le había dado tiempo a preguntarse cuándo volvería a verla, cuando tuvieron que dar la vuelta
-¿Qué se olvidaron?- dijo Gideon divertido
, porque a George se le había olvidado su caja de bengalas del doctor Filibuster.
-¿volvieron por ellas?- pregunto Minerva horrorizada, y Molly asintió resignada, demostrando que a ella tampoco le habia gustado demasiado la idea
Cinco minutos después, el coche tuvo que detenerse en el corral para que Fred pudiera entrar a coger su escoba.
Todos rieron menos Molly
Y cuando ya estaban en la autopista, Ginny gritó que se había olvidado su diario y tuvieron que retroceder otra vez.
Incluso Molly negaba con la cabeza divertida, todos reian menos Ginny que se acurruco en el pecho de Harry y el la abrazo, aunque paso desapercibido para todos
Cuando Ginny subió al coche, después de recoger el diario, llevaban muchísimo retraso y los ánimos estaban alterados. El señor Weasley miró primero su reloj y luego a su mujer.
—Molly, querida...
-nunca comienzes asi una oración o sabre que algo anda mal- le informo Molly a su esposo
—No, Arthur.
—Nadie nos vería. Este botón de aquí es un accionador de invisibilidad que he instalado.
-genial- dijo Frank
 Ascenderíamos en el aire, luego volaríamos por encima de las nubes y llegaríamos en diez minutos. Nadie se daría cuenta...
-no Arthur- dijo Molly
—He dicho que no, Arthur, no a plena luz del día.
-como si de noche fueras a aceptarlo- dijeron Bill y los gemelos a coro y se miraron extrañados
Llegaron a Kings Cross a las once menos cuarto. El señor Weasley cruzó la calle a toda pastilla para hacerse con unos carritos para cargar los baúles, y entraron todos corriendo en la estación.
-no se exasperen, a todos les parece que va a hacerceles tarde- comento Lily y muchos asintieron
Harry ya había cogido el expreso de Hogwarts el año anterior. La dificultad estaba en llegar al andén nueve y tres cuartos, que no era visible para los ojos de los muggles.
-ya sabemos- dijeron los merodeadores rodando los ojos
Lo que había que hacer era atravesar caminando la gruesa barrera que separaba el andén nueve del diez. No era doloroso, pero había que hacerlo con cuidado para que ningún muggle notara la desaparición.
-ya sabemos- volvieron a decir los merodeadores
-oigan, que yo no escribi el libro- reprocho Harry
-no es contigo Harry, es con el libro-l le dijo remus
 —Percy primero —dijo la señora Weasley, mirando con inquietud el reloj que había en lo alto, que indicaba que sólo tenían cinco minutos para desaparecer disimuladamente a través de la barrera.
-¿oigan y Percy cuando aparecerá?- pregunto Ron
-ni idea- respondieron Hermione y Harry
 Percy avanzó deprisa y desapareció. A continuación fue el señor Weasley. Lo siguieron Fred y George.
—Yo pasaré con Ginny, y vosotros dos nos seguís —dijo la señora Weasley a Harry y Ron, cogiendo a Ginny de la mano y empezando a caminar.
-¿Cuánto apuesto que la mini pelirroja hubiese preferido pasar con Harry de la mano?- comento Sirius con una sonrisa picara
-no apuestes nada, en ese momento hubiese dado la vida porque Harry me de la mano- dijo riendo
-nunca me dijiste nada- Ginny also una ceja- si sabia que te gustaba no soy tan tonto, pero nunca te acercaste
-harry tenia once, y me acerque a los 16, si no fuera por mi tu seguirías mirándome y diciéndote a ti mismo “seguro que la quiero y la re contra celo porque es como una hermanita”- bufo exasperada y Harry rio
-bueno pero si te pedi que fueramos novios y que nos casaramos…
-no pretenderías que lo haga yo supongo
-no pero…
-pero con cho no te costo nada, con Gabrielle tampoco, con la chica del bar tampoco, ni cuando invitaste a parvati, luna, o cuando Romilda Vane andaba tras de ti
-secretos jugosos- comentaron los gemelos weasley y preweet
-ustedes no se metan- dijeron los dos a coro
-si estoy casado con tigo y tuvo hijos hermosos contigo, y tenemos una vida juntos es porque te amo a ti- Ginny se mordio el labio, y lo beso largo y lento
-oye ya que es nuestra hermanita- dijeron los hermanos weasley
En un abrir y cerrar de ojos ya no estaban.
—Vamos juntos, sólo nos queda un minuto —dijo Ron a Harry. Harry se aseguró de que la jaula de Hedwig estuviera bien sujeta encima del baúl, y empujó el carrito contra la barrera. No le daba miedo; era mucho más seguro que usar los polvos flu. Se inclinaron sobre la barra de sus carritos y se encaminaron con determinación hacia la barrera, cogiendo velocidad. A un metro de la barrera, empezaron a correr y... ¡PATAPUM!
-es broma- dijeron muchos sorprendidos
-no lo fue- dijeron los dos resignados, Dumbledore los miraba atento
Los dos carritos chocaron contra la barrera y rebotaron.
-¿Cómo? Y ¿Por qué? –pregunto fabian confundido, todos pensaban lo mismo, especialmente los profesores y Alastor
El baúl de Ron saltó y se estrelló contra el suelo con gran estruendo, Harry se cayó y la jaula de Hedwig, al dar en el suelo, rebotó y salió rodando, con la lechuza dentro dando unos terribles chillidos.
-no es para menos, pobrecita- comento Amelia
-yo me preocupo mas por los niños- comento Molly
 Todo el mundo los miraba, y un guardia que había allí cerca les gritó:
—¿Qué demonios estáis haciendo?
—He perdido el control del carrito —dijo Harry entre jadeos, sujetándose las costillas mientras se levantaba.
-mi pequeño ¿te golpeaste?- dijo Lily con dulzura y Harry algo sonrojado por las risas de los gemelos negó con la cabeza
-buena excusa chachorro, vas aprendiendo-felicito Sirius
-Ron salió corriendo detrás de la jaula de Hedwig, que estaba provocando tal escena que la multitud hacía comentarios sobre la crueldad con los animales.
—¿Por qué no hemos podido pasar? —preguntó Harry a Ron.
-eso me pregunto yo- dijo Alastor
-todos realmente- dijo Minerva
—Ni idea.
Muchos rieron
-gran respuesta hermanito- dijeron los gemelos
Ron miró furioso a su alrededor. Una docena de curiosos todavía los estaban mirando.
 —Vamos a perder el tren —se quejó—. No comprendo por qué se nos ha cerrado el paso. Harry miró el reloj gigante de la estación y sintió náuseas en el estómago. Diez segundos..., nueve segundos... Avanzó con el carrito, con cuidado, hasta que llegó a la barrera, y empujó a continuación con todas sus fuerzas. La barrera permaneció allí, infranqueable.
-¿Por qué puede pasar eso director?
-una magia bastante poderosa diría yo- respondio solamente el director
-creo que se que pudo pasar- dijo James y todos, menos Lily y Harry, lo miraron sorprendidos- ¡oigan! Soy muy inteligente, al menos me alegra que mi familia tenga confianza en mi
Tres segundos..., dos segundos..., un segundo...
—Ha partido —dijo Ron, atónito—. El tren ya ha partido. ¿Qué pasará si mis padres no pueden volver a recogernos?
-si volveríamos Ron- dijo Arthur
-tenia doce ¿se supone que lo supiera?
¿Tienes algo de dinero muggle? Harry soltó una risa irónica.
-odio esa risa- dijeron Ron y Hermione
-¿la hago seguido?
-no, por eso la odiamos, significa que no tienes idea que hacer y no seriamos nada sin tu improvisacion
—Hace seis años que los Dursley no me dan la paga semanal.
-¡que sorpresa!- dijo Sirius atonito
-Canuto son los Dursley ¿Qué te sorprende?- pregunto Remus
-que alguna vez le hayan dado pago semanas
-bueno eso si es sorprendente
-50 centavos, por la pura bondad de su corazón- ironizo Harry y todos rieron, menos los merodeadores y Lily que lo miraban con tristeza
Ron pegó la cabeza a la fría barrera.
-No oigo nada —dijo preocupado—. ¿Qué vamos a hacer? No sé cuánto tardarán mis padres en volver por nosotros. Echaron un vistazo a la estación. La gente todavía los miraba, principalmente a causa de los alaridos incesantes de Hedwig.
-¿esa gente no tiene nada que hacer?- dijo Lily comenzando a molestarse
—A lo mejor tendríamos que ir al coche y esperar allí —dijo Harry—. Estamos llamando demasiado la aten...
 —¡Harry! —dijo Ron, con los ojos refulgentes—. ¡El coche!
-¡eso es hermano!- dijeron los gemelos chocando las manos con Ron- ¡sublime!
--¿de que…oh ya recuerdo, pocas veces vi a mama tan molesta- dijo Bill divertido
-¿Qué hicieron?
-si es lo que yo pienso…-comenzo James
-debe pasar a la historia- concluyo Sirius
—¿Qué pasa con él?
—¡Podemos llegar a Hogwarts volando!
-¡ronald weasley!- grito su madre- ¡que irresponsabilidad!
—Pero yo creía...
-al menos me alegra que intentaras hacer lo correcto- dijo Lily
-¿Cómo sabes que yo fui?
-eres hijo de tu padre, despues de todo seria decepcionante para tu sangre merodeadora que no lo hagas, pero espero que tengas algo de mi sangre de prefecta perfecta- dijo Lily algo preocupada por como termino el asunto, James la abrazo
—Estamos en un apuro, ¿verdad? Y tenemos que llegar al colegio, ¿verdad? E incluso a los magos menores de edad se les permite hacer uso de la magia si se trata de una verdadera emergencia, sección decimonovena o algo así de la Restricción sobre Chismes...
-es sorprendente todo lo que sabes sobre leyes, incluso puedes hacer una laguna legal para hacer una travesura ilegal, eso es increíble- dijo Arthur haciendo sonrojar a Ron
-arhtur no lo felicites- regaño Molly
-no felicite su travesura, felicite su ingenio
El pánico que sentía Harry se convirtió de repente en emoción.
-ese es mi cachorro- felicito Sirius, Lily lo miro y solto un suspiro resignado
—¿Sabes hacerlo volar?
—Por supuesto —dijo Ron, dirigiendo su carrito hacia la salida— Venga, vamos, si nos damos prisa podremos seguir al expreso de Hogwarts. Y abriéndose paso a través de la multitud de muggles curiosos, salieron de la estación y regresaron a la calle lateral donde habían aparcado el viejo Ford Anglia. Ron abrió el gran maletero con unos golpes de varita mágica.
-nos sentimos orgullosos de que seas pariente nuestro- dijeron los gemelos a coro y se ganaron un golpe de Charlie
-no necesitas hacer cosas peligrosas o estúpidas para que estemos orgullosos de ti- le dijo Bill
 Metieron dentro los baúles, dejaron a Hedwig en el asiento de atrás y se acomodaron delante.
—Comprueba que no nos ve nadie —le pidió Ron, arrancando el coche con otro golpe de varita. Harry sacó la cabeza por la ventanilla; el tráfico retumbaba por la avenida que tenían delante, pero su calle estaba despejada.
-oh dios- decia Molly nerviosa
—Vía libre —dijo Harry. Ron pulsó un diminuto botón plateado que había en el salpicadero y el coche desapareció con ellos. Harry notaba el asiento vibrar debajo de él, oía el motor, sentía sus propias manos en las rodillas y las gafas en la nariz, pero, a juzgar por lo que veía, se había convertido en un par de ojos que flotaban a un metro del suelo en una lúgubre calle llena de coches aparcados.
-tranquila Lily- pidió James a su mujer que estaba palida
 —¡En marcha! —dijo a su lado la voz de Ron. Fue como si el pavimento y los sucios edificios que había a cada lado empezaran a caer y se perdieran de vista al ascender el coche; al cabo de unos segundos, tenían todo Londres bajo sus pies, impresionante y neblinoso. Entonces se oyó un ligero estallido y reaparecieron el coche, Ron y Harry.
-eso les traerá problemas- dijo Dorcas
 —¡Vaya! —dijo Ron, pulsando el botón del accionador de invisibilidad—. Se ha estropeado.
 Los dos se pusieron a darle golpes.
-no lo arreglaran asi- regaño Lily- lo romperán mas
-lo siento mama /sra. Potter- dijeron a coro y se miraron, era la primera de muchas veces que dirían eso
 El coche desapareció, pero luego empezó a aparecer y desaparecer de forma intermitente.
-loss verán los muggles- dijo Minerva enojada
—¡Agárrate! —gritó Ron, y apretó el acelerador. Como una bala, penetraron en las nubes algodonosas y todo se volvió neblinoso y gris.
—¿Y ahora qué? —preguntó Harry, pestañeando ante la masa compacta de nubes que los rodeaba por todos lados.
-eso me pregunto yo- dijo Molly mirando a su hijo, quien trago saliva
—Tendríamos que ver el tren para saber qué dirección seguir —dijo Ron. —Vuelve a descender, rápido. Descendieron por debajo de las nubes, y se asomaron mirando hacia abajo con los ojos entornados.
—¡Ya lo veo! —gritó Harry—. ¡Todo recto, por allí! El expreso de Hogwarts corría debajo de ellos, parecido a una serpiente roja.
Los de Slytheryn y los de Gryffindor se miraron mal
-¿me parece a mi o serpiente y roja en la misma oración no queda bien? – dijo Tonks y todos los leones asintieron
 —Derecho hacia el norte —dijo Ron, comprobando el indicador del salpicadero—. Bueno, tendremos que comprobarlo cada media hora más o menos. Agárrate. —Y volvieron a internarse en las nubes. Un minuto después, salían al resplandor de la luz solar.
-genial- dijo Sirius
 Aquél era un mundo diferente. Las ruedas del coche rozaban el océano de esponjosas nubes y el cielo era una extensión inacabable de color azul intenso bajo un cegador sol blanco.
-que bonito- suspiro Lily y James la miro embobado y luego palidecio- tranquilo no tendras que conseguirme un auto que vuele para tener una linda cita, me gustaría un picnic cuando ya esta atardeciendo, siempre quise una cita as o dormir juntos mientras afuera llueve o que haga mucho frio y llegar a casa y acurrucarnos en el sof…-Lily se dio cuenta de que habia dicho todo eso en vez de pensarlo, pero solo James la escucho y la miraba sorprendido- lo lamento soy algo cursi
-¿cursi? Son las mejores citas que podría haber imaginado, me gusto la idea del sofá- ella sonrio tímidamente
-te quiero- dijo y se besaron, todos se preguntaban porque el arranque de amor entre la pareja (recuerden que no escucharon la conversación)
—Ahora sólo tenemos que preocuparnos de los aviones —dijo Ron. Se miraron el uno al otro y rieron. Tardaron mucho en poder parar de reír. Era como si hubieran entrado en un sueño maravilloso. Aquélla, pensó Harry, era seguramente la manera ideal de viajar: pasando copos de nubes que parecían de nieve, en un coche inundado de luz solar cálida y luminosa, con una gran bolsa de caramelos en la guantera e imaginando las caras de envidia que pondrían Fred y George cuando aterrizaran con suavidad en la amplia explanada de césped delante del castillo de Hogwarts.
-oye, nos ofendes…-comenzo Fred
-nunca…-siguio George
-de los jamaces- prosigui Fred
-seriamos envidiosos- terminaron los dos a coro
-lo lamentamos- dijeron Harry y Ron
 Comprobaban regularmente el rumbo del tren a medida que avanzaban hacia el norte, y cada vez que bajaban por debajo de las nubes veían un paisaje diferente. Londres quedó atrás enseguida y fue reemplazado por campos verdes que dieron paso a brezales de color púrpura, a aldeas con diminutas iglesias en miniatura y a una gran ciudad animada por coches que parecían hormigas de variados colores.
-el viaje a Hogwarts es muy largo- razono Remu
Sin embargo, después de varias horas sin sobresaltos, Harry tenía que admitir que parte de la diversión se había esfumado.
-se los dije- comento el Licantropo, sirius y james lo miraron mal
 Los caramelos les habían dado una sed tremenda y no tenían nada que beber.
-¿aquamendi? –dijo James con facilidad
-no podíamos usar magia fuera de Hogwarts- dijo Harry
-es ironico que estando en un auto volador mágico digas eso, si ya rompiste 50 reglas del colegio, y varias leyes mágicas, no hubiese hecho daño que tomaras agua- dijo Lily tranquilamente
 Harry y Ron se habían despojado de sus jerséis, pero al primero se le pegaba la camiseta al respaldo del asiento y a cada momento las gafas le resbalaban hasta la punta de la nariz empapada de sudor.
-es muy incomodo, se lo que se siente ser miope- dijo James, Lily rio tiernamente
-a mi me gusta como les quedan las gafas- padre e hijo sonrieron anchamente
 Había dejado de maravillarse con las sorprendentes formas de las nubes y se acordaba todo el tiempo del tren que circulaba miles de metros más abajo, donde se podía comprar zumo de calabaza muy frío del carrito que llevaba una bruja gordita.
-ten jugo- le dijo Lily dándole un vaso con zumo de calabaza y se sintió muy extraño
¿Por qué motivo no habrían podido entrar en el andén nueve y tres cuartos?
—No puede quedar muy lejos ya, ¿verdad? —dijo Ron, con la voz ronca, horas más tarde, cuando el sol se hundía en el lecho de nubes, tiñéndolas de un rosa intenso—.¿Listo para otra comprobación del tren? Éste continuaba debajo de ellos, abriéndose camino por una montaña coronada de nieve. Se veía mucho más oscuro bajo el dosel de nubes.
-¿falta mucho para que pase algo emocionante?- pregunto Gideon aburrido
Ron apretó el acelerador y volvieron a ascender, pero al hacerlo, el motor empezó a chirriar. Harry y Ron se intercambiaron miradas nerviosas.
-¡oh merlin! –dijo Arthur preocupado
—Seguramente es porque está cansado —dijo Ron—, nunca había hecho un viaje tan largo... Y ambos hicieron como que no se daban cuenta de que el chirrido se hacía más intenso al tiempo que el cielo se oscurecía.
-eso es malo- dijo Bill comenzando a preocuparse por su hermano y Harry
Las estrellas iban apareciendo en el firmamento. Se hacía de noche. Harry volvió a ponerse el jersey,
-bien, sino te resfriaras- felicito Lily ante el sonrojo de Harry y la risa de Ginny
tratando de no dar importancia al hecho de que los limpiaparabrisas se movían despacio, como en protesta.
—Ya queda poco —dijo Ron, dirigiéndose más al coche que a Harry—, ya queda muy poco —repitió, dando unas palmadas en el salpicadero con aire preocupado. Cuando, un poco más adelante, volvieron a descender por debajo de las nubes, tuvieron que aguzar la vista en busca de algo que pudieran reconocer.
-pienso que si Hermione hubiese estado con nosotros hubiese sido mas fácil- razono Harry
-Hermione no nos hubiese dejado subir al auto- reprocho Ron
—¡Allí! —gritó Harry  de forma que Ron y Hedwig dieron un bote—. ¡Allí delante mismo! En lo alto del acantilado que se elevaba sobre el lago, las numerosas torres y atalayas del castillo de Hogwarts se recortaban contra el oscuro horizonte. Pero el coche había empezado a dar sacudidas y a perder velocidad.
-oh dios- dijeron Molly y Lily palideciendo  
—¡Vamos! —dijo Ron para animar al coche, dando una ligera sacudida al volante—. ¡Venga, que ya llegamos! El motor chirriaba. Del capó empezaron a salir delgados chorros de vapor.
-oh no- ahora los merodeadores y los weasley también se preocupaban
Harry se agarró muy fuerte al asiento cuando se orientaron hacia el lago. El coche osciló de manera preocupante. Mirando por la ventanilla, Harry vio la superficie calma, negra y cristalina del agua, un par de kilómetros por debajo de ellos. Ron aferraba con tanta fuerza el volante, que se le ponían blancos los nudillos de las manos.
-se te lastimaran las manos- dijo inconsientemente Hermione ganándose un abrazo de su marido
El coche volvió a tambalearse. —¡Vamos! —dijo Ron. Sobrevolaban el lago. El castillo estaba justo delante de ellos. Ron apretó el pedal a fondo.
-¡no!- dijeron los gemelos preweet
Oyeron un estruendo metálico, seguido de un chisporroteo, y el motor se paró completamente.
-maldicion-  dijo George
—¡Oh! —exclamó Ron, en medio del silencio. El morro del coche se inclinó irremediablemente hacia abajo. Caían, cada vez más rápido, directos contra el sólido muro del castillo.
-¡no!- dijo Bill preocupado
—¡Noooooo! —gritó Ron, girando el volante; esquivaron el muro por unos centímetros cuando el coche viró describiendo un pronunciado arco y planeó sobre los invernaderos y luego sobre la huerta y el oscuro césped, perdiendo altura sin cesar. Ron soltó el volante y se sacó del bolsillo de atrás la varita mágica.
-¡James haz algo!- dijo Lily preocupada
-¿Qué quieres que haga? ¡es un libro!- dijo el merodeador sin saber que hacer para ayudar a su hijo y tranquilizar a su esposa
—¡ALTO! ¡ALTO! —gritó, dando unos golpes en el salpicadero y el parabrisas, pero todavía estaban cayendo en picado, y el suelo se precipitaba contra ellos...
—¡CUIDADO CON EL ÁRBOL! —gritó Harry, cogiendo el volante, pero era demasiado tarde.
-¡la puta madre!- rugio Remus
-¿Qué te ocurre?- dijo Sirius
-el capitulo se llama el Sauce Boxeador!- dijo desesperado
-maldicion- dijeron a coro James y sirius
¡¡PAF!! Con gran estruendo, chocaron contra el grueso tronco del árbol y se dieron un gran batacazo en el suelo. Del abollado capó salió más humo; Hedwig daba chillidos de terror; a Harry le había salido un doloroso chichón del tamaño de una bola de golf en la cabeza,
-oh te lastimaste, ¿vez porque no quiero que haga travesuras de ese tipo? Se lastimo! Podría haberse roto el cuello- decia Lily enojada y triste
-solo fue un chichon y unos rasguños, he pasado cosas peores tranquila- dijo Harry
-ese es el problema, si yo hubiese estado viva nada malo te hubiese pasado, no tendrías ni un solo moretón, pero no, mientras tu estabas en peligro yo estaba pudriéndome en la tumba- las lagrimas amenzaban con salir
-princesa yo también me siento asi, se que es horrible, pero respira todo eso cambiara ¿si? Confía en mi, todo estará bien, ya descubriremos que salio mal y lo cambiaremos, te lo prometo- Lily asintió y se abrazo a James con todas sus fuerzas
al golpearse contra el parabrisas; y, a su lado, Ron emitía un gemido ahogado de desesperación.
-¿estas bien?- pregunto Fred inmediatamente
—¿Estás bien? —le preguntó Harry inmediatamente.
—¡Mi varita mágica! —dijo Ron con voz temblorosa—. ¡Mira mi varita! Se había partido prácticamente en dos pedazos, y la punta oscilaba, sujeta sólo por unas pocas astillas.
- Harry abrió la boca para decir que estaba seguro de que podrían recomponerla en el colegio, pero no llegó a decir nada. En aquel mismo momento, algo golpeó contra su lado del coche con la fuerza de un toro que les embistiera y arrojó a Harry sobre Ron, al mismo tiempo que el techo del coche recibía otro golpe igualmente fuerte.
-el sauce- dijo Sirius palido
—¿Qué ha pasado? Ron ahogó un grito al mirar por el parabrisas, y Harry sacó la cabeza por la ventanilla en el preciso momento en que una rama, gruesa como una serpiente pitón, golpeaba en el coche destrozándolo.
-¡mierda!- bufo Arthur
El árbol contra el que habían chocado les atacaba. El tronco se había inclinado casi el doble de lo que estaba antes, y azotaba con sus nudosas ramas pesadas como el plomo cada centímetro del coche que tenía a su alcance.
—¡Aaaaag! —gritó Ron,
Molly apretó la mano de su hijo con fuerza
 cuando una rama retorcida golpeó en su puerta produciendo otra gran abolladura; el parabrisas tembló entonces bajo una lluvia de golpes de ramitas, y una rama gruesa como un ariete aporreó con tal furia el techo, que pareció que éste se hundía.
—¡Escapemos! —gritó Ron,
-¿A dónde?- grito James deseperado
empujando la puerta con toda su fuerza, pero inmediatamente el salvaje latigazo de otra rama lo arrojó hacia atrás, contra el regazo de Harry.
—¡Estamos perdidos! —gimió, viendo combarse el techo. De repente el suelo del coche comenzó a vibrar: el motor se ponía de nuevo en funcionamiento.
-¿esta funcionando por si solo?- pregunto Charlie atonito
—¡Marcha atrás! —gritó Harry, y el coche salió disparado. El árbol aún trataba de golpearles, y pudieron oír crujir sus raíces cuando, en un intento de arremeter contra el coche que escapaba, casi se arranca del suelo.
—Por poco —dijo Ron jadeando—. ¡Así se hace, coche!
Todos suspiraron aliviados
El coche, sin embargo, había agotado sus fuerzas. Con dos golpes secos, las puertas se abrieron y Harry sintió que su asiento se inclinaba hacia un lado y de pronto se encontró sentado en el húmedo césped.
-¿¡el coche los hecho?!- dijo Tonks divertida
Unos ruidos sordos le indicaron que el coche estaba expulsando el equipaje del maletero; la jaula de Hedwig salió volando por los aires y se abrió de golpe, y la lechuza salió emitiendo un fuerte chillido de enojo y voló apresuradamente y sin parar en dirección al castillo.
-¿de verdad? ¿el auto tiene vida?- dijo Marlene atónita
 A continuación, el coche, abollado y echando humo, se perdió en la oscuridad, emitiendo un ruido sordo y con las luces de atrás encendidas como en un gesto de enfado.
Incluso Dumbledore parecía algo sorprendido
—¡Vuelve! —le gritó Ron, blandiendo la varita rota—. ¡Mi padre me matará! Pero el coche desapareció de la vista con un último bufido del tubo de escape.
-sabes que yo no te regañare mucho ¿verdad?
 —¿Es posible que tengamos esta suerte? —preguntó Ron embargado por la tristeza mientras se inclinaba para recoger a Scabbers, la rata—.De todos los árboles con los que podíamos haber chocado, tuvimos que dar contra el único que devuelve los golpes.
Varios rieron
Se volvió para mirar el viejo árbol, que todavía agitaba sus ramas pavorosamente.
—Vamos —dijo Harry, cansado—. Lo mejor que podemos hacer es ir al colegio. No era la llegada triunfal que habían imaginado. Con el cuerpo agarrotado, frío y magullado, cada uno cogió su baúl por la anilla del extremo, y los arrastraron por la ladera cubierta de césped, hacia arriba, donde les esperaban las inmensas puertas de roble de la entrada principal.
-Bueno ya están a salvo- dijo Lily aliviada
—Me parece que ya ha comenzado el banquete —dijo Ron, dejando su baúl al principio de los escalones y acercándose sigilosamente para echar un vistazo a través de una ventana iluminada—¡Eh, Harry, ven a ver esto... es la Selección!
-Mi selección- dijo Ginny alegre
Harry se acercó a toda prisa, y juntos contemplaron el Gran Comedor. Sobre cuatro mesas abarrotadas de gente, se mantenían en el aire innumerables velas, haciendo brillar los platos y las copas. Encima de las cabezas, el techo encantado que siempre reflejaba el cielo exterior estaba cuajado de estrellas.
-nunca cambiaran eso- dijo Sirius sonriendo alegremente
A través de la confusión de los sombreros negros y puntiagudos de Hogwarts, Harry vio una larga hilera de alumnos de primer curso que, con caras asustadas, iban entrando en el comedor.
-seguro ni me viste- dijo resignada Ginny y Harry negó con la cabeza
Ginny estaba entre ellos; era fácil de distinguir por el color intenso de su pelo,
Ginny abrió la boca sorprendida, luego miro a Harry y comenzó a besarlo, dejando a sus hermanos y a la mayoría de los hombres en el comedor con la boca abierta
-ya entiendo como tuvieron 4 hijos- dijo Remus divertido
-las pelirrojas son asi…intensas- dijo Sirius divertido
-bueno Molly tiene 7 hijos, Ginny 4 –James se sonrojo un poco- y Lily…
-y la peli peli debe ser un fuego- dijo el ojigris mirando a Lily que se sonrojo y oculto su rostro en el cuello de James
que revelaba su pertenencia a la familia Weasley. Mientras tanto, la profesora McGonagall, una bruja con gafas y con el pelo recogido en un apretado moño, ponía el famoso Sombrero Seleccionador de Hogwarts sobre un taburete, delante de los recién llegados. Cada año, este sombrero viejo, remendado, raído y sucio, distribuía a los nuevos estudiantes en cada una de las cuatro casas de Hogwarts: Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin.
-la ultima Weasley de nuestra generación- dijo Ginny, y sus hermanos la miraron con ternura
 Harry se acordaba bien de cuando se lo había puesto, un año antes, y había esperado muy quieto la decisión que el sombrero pronunció en voz alta en su oído. Durante unos escasos y horribles segundos, había temido que lo fuera a destinar a Slytherin, la casa que había dado más magos y brujas tenebrosos que ninguna otra, pero había acabado en Gryffindor,
-porque tu eres un gryffindor Harry, como yo y tu mama y tu padrino y tu tio y tu esposa y tus hermanos postizos y tus abuelos y tu mejor amigo y tu mejor amiga y…
-amor ya entendio – corto Lily
con Ron, Hermione y el resto de los Weasley. En el último trimestre, Harry y Ron habían contribuido a que Gryffindor ganara el campeonato de las casas, venciendo a Slytherin por primera vez en siete años. Habían llamado a un chaval muy pequeño, de pelo castaño, para que se pusiera el sombrero.
-¿colin? –pregunto Ginny con mirada triste y Harry asintió
-¿murio verdad?- dijo Amelia algo triste
-asesinado- escupio Ron amargamente
Harry desvió la mirada hacia el profesor Dumbledore, el director, que se hallaba contemplando la Selección desde la mesa de los profesores, con su larga barba plateada y sus gafas de media luna brillando a la luz de las velas. Varios asientos más allá, Harry vio a Gilderoy Lockhart, vestido con una túnica color aguamarina.
-idiota- bufaron Harry y James
-¿haran eso cada vez que lo nombren?- pregunto Lily y rodo los ojos cuando los dos potter asintieron tercamente
Y al final estaba Hagrid, grande y peludo, apurando su copa.
—Espera... —dijo Harry a Ron en voz baja—. Hay una silla vacía en la mesa de los profesores. ¿Dónde está Snape? Severus Snape era el profesor que menos le gustaba a Harry. Y Harry resultó ser el alumno que menos le gustaba a Snape, que daba clase de Pociones y era cruel, sarcástico y sentía aversión por todos los alumnos que no fueran de Slytherin,
-lo describió perfectamente- dijo Sirius por lo bajo
la casa a la que pertenecía.
—¡A lo mejor está enfermo! —dijo Ron, esperanzado.
-Ron nunca le desees cosas malas a nadie- regaño su madre
—¡Quizá se haya ido —dijo Harry—, porque tampoco esta vez ha conseguido el puesto de profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras!
-tienes sueños maravillosos- felicito James
—O quizá lo han echado —dijo Ron con entusiasmo—. Como todo el mundo lo odia...
—O tal vez —dijo una voz glacial detrás de ellos— quiera averiguar por qué no habéis llegado vosotros dos en el tren escolar.
-oh oh- dijo Marlene
Harry se dio media vuelta. Allí estaba Severus Snape, con su túnica negra ondeando a la fría brisa. Era un hombre delgado de piel cetrina, nariz ganchuda y pelo negro y grasiento que le llegaba hasta los hombros,
-la misma descripción que le hacia James- dijo Lily por lo bajo
y en aquel momento sonreía de tal modo que Ron y Harry comprendieron inmediatamente que se habían metido en un buen lío.
-es que se metieron en un gran lio- dijo Minerva
—Seguidme —dijo Snape. Sin atreverse a mirarse el uno al otro, Harry y Ron siguieron a Snape escaleras arriba hasta el gran vestíbulo iluminado con antorchas, donde las palabras producían eco. Un delicioso olor de comida flotaba en el Gran Comedor, pero Snape los alejó de la calidez y la luz y los condujo abajo por la estrecha escalera de piedra que llevaba a las mazmorras.
-tendran muchos problemas- dijo Molly- y bien merecidos
—¡Adentro! —dijo, abriendo una puerta que se encontraba a mitad del frío corredor, y señalando su interior. Entraron temblando en el despacho de Snape. Los sombríos muros estaban cubiertos por estantes con grandes tarros de cristal, dentro de los cuales flotaban cosas verdaderamente asquerosas,
-¡te fuiste a meter a la boca del lobo!- dijo Sirius mirando mal a Snape y remus lo miro mal- sin ofender a los presentes- agrego mirando a un furibundo Remus
cuyo nombre en aquel momento a Harry no le interesaba en absoluto. La chimenea estaba apagada y vacía. Snape cerró la puerta y se volvió hacia ellos.
—Así que —dijo con voz melosa— el tren no es un medio de transporte digno para el famoso Harry Potter y su fiel compañero Weasley.
-¡no fue por eso!- dijeron Arthur y James a la vez
Queríais hacer una llegada a lo grande, ¿eh, muchachos?
—No, señor, fue la barrera en la estación de Kings Cross lo que...
—¡Silencio! —dijo Snape con frialdad—. ¿Qué habéis hecho con el coche? Ron tragó saliva. No era la primera vez que a Harry le daba la impresión de que Snape era capaz de leer el pensamiento. Pero enseguida comprendió, cuando Snape desplegó un ejemplar de El Profeta Vespertino de aquel mismo día.
-¿salio en las noticias?- dijo James haciendo una mueca, si no fuera porque eso seria darle la razón a snape hubiese aceptado que habían llegado demasiado lejos
—Os han visto —les dijo enfadado, enseñándoles el titular: «MUGGLES» DESCONCERTADOS POR UN FORD ANGLIA VOLADOR Y comenzó a leer en voz alta: —«En Londres, dos muggles están convencidos de haber visto un coche viejo sobrevolando la torre del edificio de Correos (...) al mediodía en Norfolk, la señora Hetty Bayliss, al tender la ropa (...) y el señor Angus Fleet, de Peebles, informaron a la policía, etcétera.» En total, seis o siete muggles. Tengo entendido que tu padre trabaja en el Departamento Contra el Uso Incorrecto de los Objetos Muggles —dijo, mirando a Ron y sonriendo de manera aún más desagradable—. Vaya, vaya..., su propio hijo...
-eso es un golpe bajo- dijo Lily enojad y snape bajo la cabeza
Harry sintió como si una de las ramas más grandes del árbol furioso le acabara de golpear en el estómago. Si alguien averiguara que el señor Weasley había encantado el coche... No se le había ocurrido pensar en eso...
Los weasley miraron con cariño a Harry y James sonrio orgulloso
—He percibido, en mi examen del parque, que un ejemplar muy valioso de sauce boxeador parece haber sufrido daños considerables —prosiguió Snape.
—Ese árbol nos ha hecho más daño a nosotros que nosotros a... —se le escapó a Ron.
-genial Ronnie- felicitaron los gemelos
—¡Silencio! —interrumpió de nuevo Snape—. Por desgracia, vosotros no pertenecéis a mi casa, y la decisión de expulsaros no me corresponde a mí.
-eres un idiota- bufo Lily- como profesor te corresponde escuchar su versión, pero no, como James es travieso Harry también lo es ¿no?
-¿travieso?- bufo Snape- ¿travieso? Es un cabron que se la pasa molestando a todos, un arrogante soberbio y cobarde
-al menos no usa artes oscuras y no es mortifago, y córtate la lengua antes de llamar cobarde a James, aunque si mal no recuerdo ya tuvimos esta discusión, cuando me dijiste sangre sucia- dijo con furia, Snape bajo la cabeza sin saber que decir
Voy a buscar a las personas a quienes compete esa grata decisión. Esperad aquí. Ron y Harry se miraron, palideciendo. Harry ya no sentía hambre, sino un tremendo mareo. Trató de no mirar hacia el estante que había detrás del escritorio de Snape, donde en un gran tarro con líquido verde flotaba una cosa muy larga y delgada.
-que asco- dijo Tonks y aparto el pastel de calabaza que estaba comiendo
Si Snape había ido en busca de la profesora McGonagall, jefa de la casa Gryffindor, su situación no iba a mejorar mucho. Ella podía ser mejor que Snape, pero era muy estricta. Diez minutos después, Snape volvió, y se confirmó que era la profesora McGonagall quien lo acompañaba.
-Minerva jamas expulsaría a un alumno a no ser por algo relacionado con artes oscuras o dañar a otro- dijo Albus, despues de haber pasado callado mucho rato analizando la lectura
Harry había visto en varias ocasiones a la profesora McGonagall enfadada, pero, o bien había olvidado lo tensos que podía poner los labios, o es que nunca la había visto tan enfadada. Ella levantó su varita al entrar. Harry y Ron se estremecieron, pero ella simplemente apuntaba hacia la chimenea, donde las llamas empezaron a brotar al instante.
-Minnie los escuchara, ella siempre escucha- dijo Sirius y la profesora sonrio disimuladamente
—Sentaos —dijo ella, y los dos se retiraron a dos sillas que había al lado del fuego—. Explicaos —añadió. Sus gafas brillaban inquietantemente. Ron comenzó a narrar toda la historia, empezando por la barrera de la estación, que no les había dejado pasar.
—... así que no teníamos otra opción, profesora, no pudimos coger el tren.
 —¿Y por qué no enviasteis una carta por medio de una lechuza? Imagino que tenéis alguna lechuza —dijo fríamente la profesora McGonagall a Harry. Harry se quedó mirándola con la boca abierta.
-no se nos ocurrio- dijo  Ron bajando la cabeza y Harry asintió
Ahora que la profesora lo mencionaba, parecía obvio que aquello era lo que tenían que haber hecho.
—No-no lo pensé...
—Eso —observó la profesora McGonagall— es evidente. Llamaron a la puerta del despacho y Snape la abrió, más contento que unas pascuas. Era el director, el profesor Dumbledore. Harry tenía todo el cuerpo agarrotado. La expresión de Dumbledore era de una severidad inusitada. Miró de tal forma a los dos alumnos que tenía debajo de su gran nariz aguileña, que en aquel momento Harry habría preferido estar con Ron recibiendo los golpes del sauce boxeador.
-Harry no creo que sea para tanto- dijo el director
-parecia decepcionado- explico Harry- hubiese preferido que me golpee el sauce boxeador
-me parece que me tienes demasiada estima
-mas de la que cree señor, incluso luego de saber toda la historia de su nariz rota- dijo con una mirada complice, el director se sorprendio muchísimo, antes de sonreírle sinceramente al chico, nadie en el comedor, exceptuando Hermione y Ron, entendieron el comentario
Hubo un prolongado silencio, tras el cual Dumbledore dijo:
—Por favor, explicadme por qué lo habéis hecho. Habría sido preferible que hubiera gritado. A Harry le pareció horrible el tono decepcionado que había en su voz. No sabía por qué, pero no podía mirar a Dumbledore a los ojos, y habló con la mirada clavada en sus rodillas.
-todo estará bien- dijo Lily tranquilizadoramente
Se lo contó todo a Dumbledore, salvo lo de que el señor Weasley era el propietario del coche encantado, simulando que Ron y él se habían encontrado un coche volador a la salida de la estación.
-no les creyo- dijo Remus
Supuso que Dumbledore les interrogaría inmediatamente al respecto, pero Dumbledore no preguntó nada sobre el coche. Cuando Harry acabó, el director simplemente siguió mirándolos a través de sus gafas.
—Iremos a recoger nuestras cosas —dijo Ron en un tono de voz desesperado.
—¿Qué quieres decir, Weasley? —bramó la profesora McGonagall.
—Bueno, nos van a expulsar, ¿no? —dijo Ron. Harry miró a Dumbledore.
-nos los expulsara- dijo Hermione rodando los ojos
-tenia 12- se justifico Ron haciendo reir a la castaña
—Hoy no, señor Weasley —dijo Dumbledore—. Pero quiero dejar claro que lo que habéis hecho es muy grave. Esta noche escribiré a vuestras familias. He de advertiros también que si volvéis a hacer algo parecido, no tendré más remedio que expulsaros.
-¿Qué?- dijeron todos sorprendidos, Albus se encogio de hombros, especialmente al ver las miradas fulminantes de Lily y Molly
Por la expresión de Snape, parecía como si sólo se hubieran suprimido las Navidades. Se aclaró la garganta y dijo:
—Profesor Dumbledore, estos muchachos han transgredido el decreto para la restricción de la magia en menores de edad, han causado daños graves a un árbol muy antiguo y valioso... Creo que actos de esta naturaleza...
-eres un imbesil- dijo Lily mirando mal a Snape
—Corresponderá a la profesora McGonagall imponer el castigo a estos muchachos, Severus —dijo Dumbledore con tranquilidad—. Pertenecen a su casa y están por tanto bajo su responsabilidad. —Se volvió hacia la profesora McGonagall—. Tengo que regresar al banquete, Minerva, he de comunicarles unas cuantas cosas. Vamos, Severus, hay una tarta de crema que tiene muy buena pinta y quiero probarla.
Todos rieron antes las locuras del director
Al salir del despacho, Snape dirigió a Ron y Harry una mirada envenenada. Se quedaron con la profesora McGonagall, que todavía los miraba como un águila enfurecida.
—Lo mejor será que vayas a la enfermería, Weasley, estás sangrando.
-¿Qué?- a Molly se le fue el color de la cara
—No es nada —dijo Ron, frotándose enseguida con la manga la herida que tenía en la ceja—. Profesora, quisiera ver la selección de mi hermana.
-ohhh te quiero idiota- dijo Ginny abrazando a su hermano
-gracias…creo- dijo Ron
—La Ceremonia de Selección ya ha concluido —dijo la profesora McGonagall—. Tu hermana está también en Gryffindor.
-los gryffindor aplaudieron con fuerza pero nadie mas que Harry y los weasley
—¡Bien! —dijo Ron.
—Y hablando de Gryffindor... —empezó a decir severamente la profesora McGonagall. Pero Harry la interrumpió.
-¿Qué tu que?- dijeron los gemelos y los merodeadores atonitos
—Profesora, cuando nosotros cogimos el coche, el curso aún no había comenzado, así que, en realidad, a Gryffindor no habría que quitarle puntos, ¿no? —dijo, mirándola con temor.
-eso fue genial- felicito Sirius
 La profesora McGonagall le dirigió una mirada penetrante, pero Harry estaba seguro de que había estado a punto de sonreír. Tenía los labios menos tensos, eso era evidente.
-por supuesto no hay nada que valore mas que la lealtad- dijo ella  
—No quitaremos puntos a Gryffindor —dijo ella, y Harry se sintió muy aliviado—. Pero vosotros dos seréis castigados. Eso era menos malo de lo que Harry se había temido. En cuanto a que Dumbledore escribiera a los Dursley, le daba lo mismo. Harry sabía perfectamente que los Dursley lamentarían que el sauce boxeador no lo hubiera aplastado.
-mierda, James mi amor…recuerdas que te pedi la broma, pues si quieres usar una imperdonable también tienes mi permiso- dijo acariciándolo
 La profesora McGonagall volvió a levantar su varita y apuntó con ella al escritorio de Snape. Sonó un ¡plop! y apareció un gran plato de emparedados, dos copas de plata y una jarra de zumo frío de calabaza.
—Comeréis aquí y luego os iréis directamente al dormitorio —indicó—. Yo también tengo que volver al banquete. Cuando la puerta se cerró detrás de ella, Ron profirió un silbido bajo y prolongado.
-Gracias, les habría hecho mal dormir sin comer, mas despues de gastar tanta energía…-dijo Molly
- y tenían mucha sed si mal no recuerdo- concluyo Lily
Sus hijos les sonrieron respectivamente
—Creí que no nos salvábamos —dijo, cogiendo un emparedado.
—Y yo también —contestó Harry, haciendo lo mismo.
—Pero ¿cómo es posible que tengamos tan mala suerte? —dijo Ron con la boca llena de jamón y pollo
-lo mismo me pregunto yo, desde que tengo 11 años- dijo Hermione y ron y Harry rieron
—. Fred y George deben de haber volado en ese coche cinco o seis veces y nunca los ha visto ningún muggle. —Tragó y volvió a dar otro bocado—. ¿Y por qué no pudimos atravesar la barrera? Harry se encogió de hombros.
 —Tendremos que andarnos con mucho cuidado de ahora en adelante —dijo, tomando un refrescante trago de zumo de calabaza—. Si al menos hubiéramos podido subir al banquete...
-la profesora no quería que hicieran alarde- dijo Hermione y Ron la miro sorprendido
—Ella no quería que hiciéramos ningún alarde —dijo Ron inteligentemente
-oh dios eso fue…- dijo Hermione con expresión extrañada
-si lo se es raro- concluyo Ron
—. No quiere que nadie llegue a pensar que está bien eso de llegar volando en un coche.
-es que no esta bien- dijo Lily suavemente- no volaras nunca mas en un auto, a no ser que sea con un adulto- James y Sirius sonrieron entusiasmados- un adulto responsable- agrego
Cuando hubieron comido todos los emparedados que podían (en el plato iban apareciendo más, conforme los engullían), se levantaron y salieron del despacho, y tomaron el camino que llevaba a la torre de Gryffindor. El castillo estaba en calma, parecía que el banquete había concluido. Pasaron por delante de retratos parlantes y armaduras que chirriaban, y subieron por las escaleras de piedra hasta que llegaron finalmente al corredor donde, oculta detrás de una pintura al óleo que representaba a una mujer gorda vestida con un vestido de seda rosa, estaba la entrada secreta a la torre de Gryffindor
-ya no tan secreta- comento Bill mirando receloso al libro
-no importa necesitan la contraseña- dijo charlie
—La contraseña —exigió ella, al verlos acercarse.
—Esto... —dijo Harry. No conocían la contraseña del nuevo curso, porque aún no habían visto a ningún prefecto, pero casi al instante les llegó la ayuda; detrás de ellos oyeron unos pasos veloces y al volverse vieron a Hermione que corría a ayudarles.
—¡Estáis aquí! ¿Dónde os habíais metido? Corren los rumores más absurdos... Alguien decía que os habían expulsado por haber tenido un accidente con un coche volador.
-bueno, no los han expulsado- dijo James
—Bueno, no nos han expulsado —le garantizó Harry.
-son iguales- dijo Lily divertida
—¿Quieres decir que habéis venido hasta aquí volando? —preguntó Hermione, en un tono de voz casi tan duro como el de la profesora McGonagall.
—Ahórrate el sermón —dijo Ron impaciente— y dinos cuál es la nueva contraseña.
—Es «somormujo» —dijo Hermione deprisa—, pero ésa no es la cuestión…
-aprende algo Hermione, primero sermón y luego la contraseña- dijo Remus- lo se por experiencia
No pudo terminar lo que estaba diciendo, sin embargo, porque el retrato de la señora gorda se abrió y se oyó una repentina salva de aplausos. Al parecer, en la casa de Gryffindor todos estaban despiertos y abarrotaban la sala circular común, de pie sobre las mesas revueltas y las mullidas butacas, esperando a que ellos llegaran.
-¡fiesta!- gritaron los gemelos preweet
 Unos cuantos brazos aparecieron por el hueco de la puerta secreta para tirar de Ron y Harry hacia dentro, y Hermione entró detrás de ellos.
—¡Formidable! —gritó Lee Jordan—. ¡Soberbio! ¡Qué llegada! Habéis volado en un coche hasta el sauce boxeador. ¡La gente hablará de esta proeza durante años!
-me cae bien ese chico- dijo Sirius divertido
—¡Bravo! —dijo un estudiante de quinto curso con quien Harry no había hablado nunca.
Varios rieron
 Alguien le daba palmadas en la espalda como si acabara de ganar una maratón. Fred y George se abrieron camino hasta la primera fila de la multitud y dijeron al mismo tiempo:
 —¿Por qué no nos llamasteis?
-nunca entendí como hacen para hablar al mismo tiempo- dijo Hermione
-no lo planeamos- dijeron a coro- nuestros cerebros funcionan al mismo tiempo- terminaron al mismo tiempo  
Ron estaba azorado y sonreía sin saber qué decir. Harry se fijó en alguien que no estaba en absoluto contento. Al otro lado de la multitud de emocionados estudiantes de primero, vio a Percy que trataba de acercarse para reñirles.
-¿por cierto donde esta Percy?- pregunto Bill
-ya vendrá supongo- dijo Charlie encogiéndose de hombros
Harry le dio a Ron con el codo en las costillas y señaló a Percy con la cabeza. Inmediatamente, Ron entendió lo que le quería decir.
—Tenemos que subir..., estamos algo cansados —dijo, y los dos se abrieron paso hacia la puerta que había al otro lado de la estancia, que daba a una escalera de caracol y a los dormitorios.
-buena idea- dijo Lily- despues de todo eso tienen que descansar
—Buenas noches —dijo Harry a Hermione, volviéndose. Ella tenía la misma cara de enojo que Percy. Consiguieron alcanzar el otro extremo de la sala común, recibiendo palmadas en la espalda, y al fin llegaron a la tranquilidad de la escalera.
-me recuerda a nosotros despues de una gran travesura- dijo Sirius
La subieron deprisa, derechos hasta el final, hasta la puerta de su antiguo dormitorio, que ahora lucía un letrero que indicaba «Segundo curso». Penetraron en la estancia que ya conocían; tenía forma circular, con sus cinco camas adoseladas con terciopelo rojo y sus ventanas elevadas y estrechas.
-amo esas habitaciones- dijo Remus, Ginny y Hermione notaron como Tonks lo miraba
Les habían subido los baúles y los habían dejado a los pies de sus camas respectivas. Ron sonrió a Harry con una expresión de culpabilidad.
—Sé que no tendría que haber disfrutado de este recibimiento, pero la verdad es que...
-ya paso, disfrútenlo- dijo Lily para sorpresa de los merodeadores
 La puerta del dormitorio se abrió y entraron los demás chicos del segundo curso de la casa Gryffindor: Seamus Finnigan, Dean Thomas y Neville Longbottom.
-ya me preguntaba cuando aparecería mi hijo- dijo Frank sonriendo
—¡Increíble! —dijo Seamus sonriendo.
 —¡Formidable! —dijo Dean.
—¡Alucinante! —dijo Neville, sobrecogido. Harry no pudo evitarlo. Él también sonrió.
-¡por fin!- dijo James- un capitulo donde mi cachorro termina feliz
-¿seguimos leyendo?- dijo Lily
-claro, yo leo- dijo bill tomando el libro

Bill Weasley






5 comentarios:

  1. Porfaaaaaaaaaaaaaaa actualiza pronto!!! me encanta la historia, y lei en comentarios anteriores que pensas hacer los 7 libros... te tomo la palabra. te voy a publicar en TODOS lo capitulos recordandotelo....
    sugerencia: ponele mas comentarios muuuchos mas asi es mas interesante :)
    oksi..
    besooos


    pd: lei tu historia de one-shots de lily y james en potterfics pero como no tengo cuenta no te puedo comentar :/. Bueno te queria decir que me encata, mi favorito es el primero y el segundo :) hace mas como esos cuando puedas plisss

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  2. JAJA tranquila, aunque me lleve tiempo voy a hacer TODOS los libros, me encanta que leas mis fics, me alegra que te gusten, claro te tomo el pedido xD mil gracias. besos.

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  3. Holaaaaaaaaaaaaa!
    Por favor actualiza pronto!! YAse que cuesta! Pero me leí esto entre ayer y hoy!

    Amooo tus historias en Potterfics! (Aunque ya te lo dije)

    PD: Soy KamiiLupinBlack ;)

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  4. plisssssssssssssssssss actualiza alguna de tus historias!!! Entro todos los dias a ver si actualizaste y no hay nada...:'(
    bueno me encantan TODAS las historias, tambien las de potterfics
    plis actualiza que me desesperoooooooooooo
    besoo

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  5. Lily es tannnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn buenas yo quiero una madre asi

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