jueves, 16 de abril de 2020

Harry Potter y el Caliz de Fuego- Cap 4


Aclaración: Bueno todos los personajes y los libros que leen pertenecen a Jo Rowling, yo solo lo traspaso a un blog para que puedan leerlo de una manera diferente con las intervenciones de ciertos personajes pertenecientes a ella.


Harry Potter y el Caliz de Fuego.


Capitulo IV: "Retorno a la Madriguera"

-Es nuestro momento de leer- Fred tomó el libro, se aclaró la voz con toda parsimonia y se quitó un poco de cabello pelirrojo de la cara. 
-¿Por qué quieres leer tú?- Molly miró sospechosamente a su hijo.
-No podrás golpearnos porque aún no hemos hecho nada madre- cortó George.
-¡Y no lo harán tampoco! Siempre avergonzando a su pobre madre ¿Es que no pueden pensar en mis nervios?

A las doce del día siguiente, el baúl de Harry ya estaba lleno de sus cosas del colegio y de sus posesiones más preciadas: la capa invisible heredada de su padre, la escoba voladora que le había regalado Sirius y el mapa encantado de Hogwarts que le habían dado Fred y George el curso anterior. 

Los merodeadores sonrieron, con ternura, con nostalgia. Aquel muchacho, aquel niño, era un poco de todos. La desfachatez de James, la lealtad de Sirius, la timidez de Remus, la sangre caliente de Lily. La vida los había matado, uno a uno y poco a poco, pero todos estaban vivos en él. 

Había vaciado de todo comestible el espacio oculto debajo de la tabla suelta de su habitación y repasado dos veces hasta el último rincón de su dormitorio para no dejarse olvidados ninguna pluma ni ningún libro de embrujos, y había despegado de la pared el calendario en que marcaba los días que faltaban para el 1 de septiembre, el día de la vuelta a Hogwarts. 

Y sin saberlo, Harry había unido a las dos personas que más se odiaban en aquel salón en una acción tan simple y llena de ilusión. Severus y Sirius recordaron, al mismo tiempo sus tiempos de infancia, con aquel triste pedazo de pergamino que escondía todas sus ilusiones de una vida mejor lejos de los infiernos que eran sus hogares. 

El ambiente en el número 4 de Privet Drive estaba muy tenso. La inminente llegada a la casa de un grupo de brujos ponía nerviosos e irritables a los Dursley. Tío Vernon se asustó mucho cuando Harry le informó de que los Weasley llegarían al día siguiente a las cinco en punto. 

-No entiendo porque alguien podría tenerle miedo a un Weasley- Sirius encogió los hombros- no hay personas mas amables en el mundo.
-Espera al siguiente libro, tus peleas con Molly estremecian las paredes. 
-Y Fred y George pueden ser una amenaza. 
-Escuché eso Percy- el mayor, que se mantenía bastante silencioso, agachó la cabeza- Oye, era una broma Perce. 
Pero no había bromas. Él había traicionado a su familia, por poder, por dinero. Y su hermano moriría frente a él, creyendo que era un imbécil, porque realmente lo era y nada le quitaba ese nudo en el pecho que lo acompañaría hasta su mismísima tumba. 

Espero que le hayas dicho a esa gente que se vista adecuadamente — gruñó de inmediato—. He visto cómo van. Deberían tener la decencia de ponerse ropa normal. 

-Si nos vestimos normales- Molly se veía herida y confusa.
-Señora Weasley, ellos hablan de vestirse a la manera muggle. En realidad, a la manera Dursley. 

Harry tuvo un presentimiento que le preocupó. Muy raramente había visto a los padres de Ron vistiendo algo que los Dursley pudieran calificar de «normal». Los hijos a veces se ponían ropa muggle durante las vacaciones, pero los padres llevaban generalmente túnicas largas en diversos estados de deterioro. 

Lucius bufó. 
-Si pasaran más tiempo intentando usar su apellido para algo en lugar de procrear podrían al menos tener una túnica decente.
-Lucius, mis hijos podrán usar ropa vieja pero al menos no tienen que usar un traje fino para tapar su antebrazo.
-Al menos mi hijo tiene todas sus partes y respira, no como todos los tuyos. 
Draco levantó la mano para callarlo. 
-Durante la batalla de la torre la torre de astronomía, un Weasley tuvo la perfecta oportunidad de asesinarme, a punta de varita y me dejo ir a pesar de lo que había hecho. No te jactes de que estoy vivo como un triunfo porque todo lo que haz hecho en la vida me ha llevado a la cornisa de la muerte. Mamá es quien me ha salvado. Y a ti. 

A Harry no le inquietaba lo que pensaran los vecinos, pero sí lo desagradables que podrían resultar los Dursley con los Weasley si aparecían con el aspecto que aquéllos reprobaron en los brujos. Tío Vernon se había puesto su mejor traje. Alguien podría interpretarlo como un gesto de bienvenida, pero Harry sabía que lo había hecho para impresionar e intimidar. 

-Oh cariño, no debes preocuparte por eso. Nosotros sabemos que un buen árbol puede crecer incluso entre la maleza. Nunca te habríamos juzgado por cómo eran tus tíos y mucho menos por como iban vestidos- Molly apretó el hombro de Harry con cariño maternal. 

Dudley, por otro lado, parecía algo disminuido, lo cual no se debía a que su dieta estuviera por fin dando resultado, sino al pánico. La última vez que Dudley se había encontrado con un mago adulto salió ganando una cola de cerdo que le sobresalía de los pantalones, y tía Petunia y tío Vernon tuvieron que llevarlo a un hospital privado de Londres para que se la extirparan. 

Muchas risas y sonidos de sorpresa se escucharon por el comedor mientras Hagrid se sonrojaba ante la mirada de enojo de Minerva.
-¡Eso ha sido completamente irresponsable de tu parte! ¡Hacer magia frente a muggles, hacerle eso a un niño muggle!
-¡Pero si un mocoso malcriado!
-¡Pero no nos da derecho a usar nuestro poder!
-¡Albus me dio permiso!... Oh lo siento, no debí decir eso ¿verdad? ¿Tendrá usted problemas por mi culpa señor director? No debí…
-Tranquilo Hagrid, estoy seguro que la cola de cerdo fue extirpada exitosamente. 

Por eso no era sorprendente que Dudley se pasara todo el tiempo restregándose la mano nerviosamente por la rabadilla y caminando de una habitación a otra como los cangrejos, con la idea de no presentar al enemigo el mismo objetivo. 

-Ay demonios, suena como la victima perfecta de estos dos- Charlie miró a los gemelos negando con la cabeza.

La comida (queso fresco y apio rallado) transcurrió casi en total silencio. Dudley ni siquiera protestó por ella. Tía Petunia no probó bocado. Tenía los brazos cruzados, los labios fruncidos, y se mordía la lengua como masticando la furiosa reprimenda que hubiera querido echarle a Harry. 

Vendrán en coche, espero —dijo a voces tío Vernon desde el otro lado de la mesa.


-Lo hubiésemos hecho, si dos niños no hubiesen robado el Ford Anglia y hubiesen volado por todo Londres- regañó Molly. 
-Fue culpa de Dobby- se defendió Ron.
-Fue culpa del amo… del Señor Malfoy- corrigió Dobby.
-Puede que haya matado gente y torturado personas, pero no tengo nada que ver con ese viejo cacharro. Yo solo puse el libro en posesión de la niña. 
-Oh genial, ahora es mi culpa. ¡Talen el maldito sauce que lo destrozó!
-El sauce está por Remus, siempre causando problemas el buen Lunático. 

 —Ehhh... —Harry no supo qué contestar. La verdad era que no había pensado en aquel detalle. ¿Cómo irían a buscarlo los Weasley? Ya no tenían coche, porque el viejo Ford Anglia que habían poseído corría libre y salvaje por el bosque prohibido de Hogwarts. 
Sin embargo, el año anterior el Ministerio de Magia le había prestado un coche al señor Weasley. ¿Haría lo mismo en aquella ocasión? 
Creo que sí —respondió al final. El bigote de tío Vernon se alborotó con su resoplido. 

-¿Por qué ponerse un traje fino si vas a tener los bigotes hechos de paja de escoba y llenos de apio rallado? 
Normalmente hubiera preguntado qué coche tenía el señor Weasley, porque solía juzgar a los demás hombres por el tamaño y precio de su automóvil. 

-Juzga a los hombres por el tamaño y el dinero, casi suena como yo- Marlene se rió, mientras Sirius alzaba sus cejas oscuras- Oh vamos, eres rico y apuesto y tu varita no es lo único bien dotada en centímetros. Estaremos bien. 
-Definitivamente no necesitaba esa información.

Pero, en opinión de Harry, a tío Vernon no le gustaría el señor Weasley aunque tuviera un Ferrari. Harry pasó la mayor parte de la tarde en su habitación. No podía soportar la visión de tía Petunia escudriñando a través de los visillos cada pocos segundos como si hubieran avisado que andaba suelto un rinoceronte. 


-Estan Dudley y Vernon en la casa, es normal que los confunda con uno.

A las cinco menos cuarto Harry volvió a bajar y entró en la sala. Tía Petunia colocaba y recolocaba los cojines de manera compulsiva. Tío Vernon hacía como que leía el periódico, pero no movía los minúsculos ojos, y Harry supuso que en realidad escuchaba con total atención por si oía el ruido de un coche. Dudley estaba hundido en un sillón, con las manos de cerdito puestas debajo de él y agarrándose firmemente la rabadilla. Incapaz de aguantar la tensión que había en el ambiente, Harry salió de la habitación y se fue al recibidor, a sentarse en la escalera, con los ojos fijos en el reloj y el corazón latiéndole muy rápido por la emoción y los nervios. Pero llegaron las cinco en punto... y pasaron. Tío Vernon, sudando ligeramente dentro de su traje, abrió la puerta de la calle, escudriñó a un lado y a otro, y volvió a meter la cabeza en la casa. 

-Les daré preparar un viaje con siete muchachitos entre niños y adolescentes y veremos si llegan a tiempo a algun lado- Molly tenía las manos en la cadera, entre enfadada y resignada. 

¡Se retrasan! —le gruñó a Harry. 
Ya lo sé —murmuró Harry—. A lo mejor hay problemas de tráfico, yo qué sé. Las cinco y diez... las cinco y cuarto... Harry ya empezaba a preocuparse. A las cinco y media oyó a tío Vernon y a tía Petunia rezongando en la sala de estar. 
No tienen consideración. 
Podríamos haber tenido un compromiso. 
Tal vez creen que llegando tarde los invitaremos a cenar. 
Ni soñarlo —dijo tío Vernon. Harry lo oyó ponerse en pie y caminar nerviosamente por la sala—. Recogerán al chico y se irán. No se entretendrán.

Lily escondió la cara entre las manos, demasiado apenada con la actitud de Petunia y Vernon como para mirar a los Weasley. Era su hermana después de todo, y ellos eran la familia que le había dado un hogar a su hijo, y su hermana no era capaz de invitarles un simple trozo de tarta. 
 Eso... si es que vienen. A lo mejor se han confundido de día. Me atrevería a decir que la gente de su clase no le da mucha importancia a la puntualidad. O bien es que en vez de coche tienen una cafetera que se les ha avena... ¡Ahhhhhhhhhhhhh! 

-Esto se pondrá bueno- Sirius se frotó las manos como una mosca a punto de posarse sobre un trozo de pastel. 

Harry pegó un salto. Del otro lado de la puerta de la sala le llegó el ruido que hacían los Dursley moviéndose aterrorizados y descontroladamente por la sala. Un instante después, Dudley entró en el recibidor como una bala, completamente lívido. 

¿Qué pasa? —preguntó Harry—. ¿Qué ocurre? 

-¿Qué han hecho?- Molly miró acusadoramente a todos los chicos pelirrojos frente a ella y a su marido.
-Yo estoy con los duendes.
-Rumania.
-Ministerio. 
Fred, George, Ron y Arthur se miraron entre si, eran los únicos que no tenían coartada. 

Pero Dudley parecía incapaz de hablar y, con movimientos de pato y agarrándose todavía las nalgas con las manos, entró en la cocina.

-Ay demonios, esa es una imagen que yo no necesitaba. ¿Mencione que soy vegetariana? No me interesa saber nada sobre nalgas de cerdo y movimientos de pato. 

 En el interior de la chimenea de los Dursley, que tenía empotrada una estufa eléctrica que simulaba un falso fuego, se oían golpes y rasguños. 

-¿Quién quita una chimenea para poner fuego falso?- cuestionó James.
-James, para los muggles no es normal que aparezca un extraño por su chimenea.
-¡Pregúntale a Santa Atroz!
-Claus, Marlene, SANTA CLAUS. ¡Y es una historia de niños!
-¿Santa Claus no existe?- Tonks observó a Lily con los ojos llorosos.
-Ya la cagast…- Sirius cortó su grosería cuando Remus le dio un golpe en la nuca.
-Eso es porque ellos se portan mal, Nymphadora, a las niñas como tu Santa Claus siempre les trae muchos presentes- El hombrelobo le dio un trozo de chocolate a la pequeña que lo miraba como si fuera lo más hermoso del mundo.
-Esto se siente tan mal- Ginny se removió- Si es que Tonks me contaba como tenían sexo, pero demonios, verla de pequeña con Remus… es extraño- Harry suspiró.
-Soy mayor que mis padres, simplemente no lo pienses. 


¿Qué es eso? —preguntó jadeando tía Petunia, que había retrocedido hacia la pared y miraba aterrorizada la estufa—. ¿Qué es, Vernon? La duda sólo duró un segundo. Desde dentro de la chimenea cegada se podían oír voces. 
¡Ay! No, Fred... Vuelve, vuelve. Ha habido algún error. Dile a George que no... ¡Ay! No, George, no hay espacio. Regresa enseguida y dile a Ron... 
A lo mejor Harry nos puede oír, papá... A lo mejor puede ayudarnos a salir... Se oyó golpear fuerte con los puños al otro lado de la estufa. 

Todos comenzaron a reírse, mientras las orejas de los Weasley se tornaban de un idéntico color rojo. 

¡Harry! Harry, ¿nos oyes? Los Dursley rodearon a Harry como un par de lobos hambrientos. 
¿Qué es eso? —gruñó tío Vernon—. ¿Qué pasa? 
Han... han intentado llegar con polvos flu —explicó Harry, conteniendo unas ganas locas de reírse—. Pueden viajar de una chimenea a otra... pero no se imaginaban que la chimenea estaría obstruida. Un momento... Se acercó a la chimenea y gritó a través de las tablas: 

-Oh dios mío- Molly se tapó la cara, roja como un tomate, mientras el salón reía ante la situación a la que los Dursley debían enfrentarse. 

¡Señor Weasley! ¿Me oye? El martilleo cesó. Alguien, dentro de la chimenea, chistó: «¡Shh!» —¡Soy Harry, señor Weasley. ..! La chimenea está cegada. No podrán entrar por aquí. 
¡Maldita sea! —dijo la voz del señor Weasley—. ¿Para qué diablos taparon la chimenea?

-¡Arthur! ¿Luego por qué los niños dicen groserías?
-Oh cariño, Molly, tu sabes que los niños saben más groserías que yo.

Tienen una estufa eléctrica —explicó Harry. —¿De verdad? —preguntó emocionado el señor Weasley
. ¿Has dicho ecléctica? ¿Con enchufe? ¡Santo Dios! ¡Eso tengo que verlo...!

-¡ARTHUR WEASLEY SI ERES PEOR QUE TUS HIJOS!

___________

 Pensemos... ¡Ah, Ron! La voz de Ron se unió a la de los otros. 
—¿Qué hacemos aquí? ¿Algo ha ido mal? 

-Dios santo, ¿Alguien más querrá meterse en la chimenea de esa gente?- Molly alternaba entre la vergüenza y el enojo. 

—No, Ron, qué va —dijo sarcásticamente la voz de Fred—. Éste es exactamente el sitio al que queríamos venir. 
—Sí, nos lo estamos pasando en grande —añadió George, cuya voz sonaba ahogada, como si lo estuvieran aplastando contra la pared. 

George sintió la punta de sus orejas calentarse al escuchar las risas de todos. Tratando de esconder su pena, río como Fred. Su gemelo siempre había sido más impermeable que él ante cualquier cosa. Y por eso estar junto a Fred le daba la dureza que él por si mismo no tenía. 

—Muchachos, muchachos... —dijo vagamente el señor Weasley—. Estoy intentando pensar qué podemos hacer... Sí... el único modo... Harry, échate atrás. Harry se retiró hasta el sofá, pero tío Vernon dio un paso hacia delante. 
—¡Esperen un momento! —bramó en dirección a la chimenea—. ¿Qué es lo que pretenden...? ¡BUM! 

-¡Arthur! ¡No puedes volar nada en una casa sin avisar!- Lily estaba intentando de desaparecer de la tierra, ante la respuesta que vendría de parte de su hermana, mientras James y Sirius parecían estar pasando el mejor día de su vida. Arthur recibía un golpe de su mujer en el brazo, balbuceando disculpas, excusas y argumentos. 

La estufa eléctrica salió disparada hasta el otro extremo de la sala cuando todas las tablas que tapaban la chimenea saltaron de golpe y expulsaron al señor Weasley, Fred, George y Ron entre una nube de escombros y gravilla suelta. 

-¡Esa es una gran entrada!- Bill la estaba pasando en grande. Incluso con su padre siendo regañado, casi podía imaginar aquella chimenea vomitando a todos sus hermanos en una pequeña sala de estar muggle. 

Tía Petunia dio un grito y cayó de espaldas sobre la mesita del café. Tío Vernon la cogió antes de que pegara contra el suelo, y se quedó con la boca abierta, sin habla, mirando a los Weasley, todos con el pelo de color rojo vivo, incluyendo a Fred y George, que eran idénticos hasta el último detalle. 

-¡ESO ES UNA TOTAL FALACIA! Siempre he sido el más apuesto- corrigió Fred.
-Ya quisieras, es obvio que yo soy quien se llevó el encanto. 

—Así está mejor —dijo el señor Weasley, jadeante, sacudiéndose el polvo de la larga túnica verde y colocándose bien las gafas—. ¡Ah, ustedes deben de ser los tíos de Harry! 


-No creo que vayan a ser especialmente amables- Marlene suspiró, ella había tenido la desgracia de conocer a Petunia, varías veces la había cruzado de más pequeña cuando sus padres la obligaban a acompañarlos a despedir a Lily a King Cross, delgada, de ojos vacíos y expresión de desdén. Pero a pesar del profundo desinterés y asco que mostraba por su mundo, Marlene siempre había sabido, aún cuando Lily lo negaba, que lo que movía toda la mezquindad de Petunia Evans era la profunda envidia que sentía por ser parte de aquello que juraba odiar. 


Alto, delgado y calvo, se dirigió hacia tío Vernon con la mano tendida, pero tío Vernon retrocedió unos pasos para alejarse de él, arrastrando a tía Petunia e incapaz de pronunciar una palabra. Tenía su mejor traje cubierto de polvo blanco, así como el cabello y el bigote, lo que lo hacía parecer treinta años más viejo. 


-Presiento que no va a gustarme esta conversación.

—Eh... bueno... disculpe todo esto —dijo el señor Weasley, bajando la mano y observando por encima del hombro el estropicio de la chimenea—. Ha sido culpa mía: no se me ocurrió que podía estar cegada. Hice que conectaran su chimenea a la Red Flu, ¿sabe? Sólo por esta tarde, para que pudiéramos recoger a Harry. Se supone que las chimeneas de los muggles no deben conectarse... pero tengo un conocido en el Equipo de Regulación de la Red Flu que me ha hecho el favor. Puedo dejarlo como estaba en un segundo, no se preocupe. Encenderé un fuego para que regresen los muchachos, y repararé su chimenea antes de desaparecer yo mismo.


Molly sonrió, su esposo estaba siendo perfectamente amable después de todo aquel caos. Pero Arthur sabía que su esposa siempre esperaba lo mejor de las personas, pero no había mucho bien que esperar sacar de Vernon y Petunia Dursley.

Harry sabía que los Dursley no habían entendido ni una palabra. Seguían mirando al señor Weasley con la boca abierta, estupefactos. Con dificultad, tía Petunia se alzó y se ocultó detrás de tío Vernon. 


-No entiendo porque actúa de esa forma, tú eres bruja, debió de verte hacer esas cosas- pero Lily sabía que en parte era culpa suya.

-En mi casa no está permitido hacer magia, no enfrente de Petunia al menos. Mis padres lo adoran pero siempre es un escándalo con Tuney, así que llegamos al acuerdo de no hacerlo frente a ella.  No creo que recuerde ni como se llama este colegio. No debí permitirle hacerme eso ¿sabes? Quizás si yo hubiese sido más dura en cuanto que esto es real y es lo que soy y lo que Harry será… Tal vez ella no sería de esta forma.
-Pelirroja, tú podrías ser de cualquier manera y Petunia seguiría igual- consoló James. 
-Maldita sea Lily ¿En serio no te das cuenta lo que sucede? ¡Petunia siempre envidió que tu seas la bruja y ella la muggle! Y no por la magia precisamente, no es fácil ser tu hermana ¿comprendes? Eres la bonita, la popular, la que todos aman y sumado a eso tienes todo un mundo secreto y emocionante para ti al que ella no puede ni acercarse ¡Es envidia pura! Y se la desquitó con tu hijo porque sabía que sería exactamente igual que tú y que su propio hijo jamás estaría a la altura de Harry. 
Marlene se había quedado sin aire. Llevaba siete años de colegio intentando decirle a Lily que su hermana era una envidiosa que no hacía más que guardar rencor por su propia mediocridad. 

—¡Hola, Harry! —saludó alegremente el señor Weasley—. ¿Tienes listo el baúl? 
—Arriba, en la habitación —respondió Harry, devolviéndole la sonrisa. 

—Vamos por él —dijo Fred de inmediato. Él y George salieron de la sala guiñándole un ojo a Harry. Sabían dónde estaba su habitación porque en una ocasión lo habían ayudado a fugarse de ella en plena noche. A Harry le dio la impresión de que Fred y George esperaban echarle un vistazo a Dudley, porque les había hablado mucho de él.


27 comentarios:

  1. Me encantaaaaa.

    (Cuando he leído que ibas a actualizar, me he emocionado, creyendo que subirías en capítulo 5, hasta que he visto la fecha, y demás XD)

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  2. Esperando la siguiente actualización

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  3. Hola. Qué ilusión me ha hecho ver que habías actualizado ya.

    Espero que estés bien, y puedas seguir con esta historia. Me sigo riendo y disfrutando con sus reacciones.

    Sigue así.

    Un saludo.

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  4. Holaaa otra vez!!! Volviste y me pone muy feliz!!!! Cómo siempre genial, y ya sabes a tu tiempo y si tenemos que esperar lo haremos.

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  5. Espero que actualices pronto! Me leído y releído tu fic como 5 veces ya 😅😅😍😍

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  6. Ahhhh te amo0o0o0o, en serio amo tu historia, la sigo desde siempre me encantaría que la actualizaras uwu.
    Ya dije que te amo? Pues lo hagoo!!
    !!!
    -mariela

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  7. Amoooooo espero la continuacion!! Sigue asii

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  8. Me encanta la historia y los comentarios son geniales tengo ganas de seguir leyendo por favor actualiza pronto

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  9. Es justo como me imaginaba que debía ser ¡no puedo esperar para seguir leyendo!

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  10. ¡Es mejor que el libro! por favor, no abandones la historia me gustaría saber que reacción es la de los padres de Harry cuando sea seleccionado al torneo de los tres magos

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  11. Es impresionante el compromiso que tenés al escribir estos libros. Ya estás en el cuarto y seguís escribiendo, te admiro por lo que haces y seguís haciendo. Muchas gracias por seguir escribiendo que me hace pasar un buen rato el leer esto.

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  12. Sos la primera persona que veo que realmente está comprometida a hacer los 7 libros y terminarlos a pesar de todo el tiempo que ha pasado, además de lo que pudo haber pasado en tu vida en todos estos años, me gusta tu perseverancia y me alegro mucho leer este fanfic. Espero que puedes seguir comprometiendote con este proyecto. Y agradezco el buen rato que me haces pasar.

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  13. Hace años había leído este fic, hoy me acordé de el y me puse al día, leí que tuviste algunos problemas, espero que estes mejor. Por más que pasen los años nosotrxs estaremos aquí, leyendo con la misma emoción que la del primer día. Cuídate mucho ��

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  14. Espero que puedas actualizar pronto ��

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  15. Es como la quinta vez que leo el capitulo, en serio me encanta y tu manera de escribir, tenes tremendo talento. Espero que estes bien y que puedas continuar pronto, adoro esta historia ¿no has conciderado el escribir un libro? Creo que se te daria genial.... te adoro espero que nos leamos pronto 💕💕

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  16. Ya tengo ganas de seguir leyendo el libro que tu propones esta genial. Me gustaría saber las reacciones de los personajes al ver que Peter Pettigrew ayuda a Voldemort

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  17. Hola, de verdad que tu escritura e historia me siguen atrapando como en el primer libro... espero te encuentres bien y ansió seguir leyéndote

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  18. Por favor continúa está muy buena!!

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  19. Llevo desde el 2015 siguiendo esta historia, la he releído mil veces. Espero que la continúes aunque yo en mi imaginación la e ido inventando. Me ayudaste a superar mil cosas con este leyendo HP así que te esperare el tiempo necesario. Hasta entonces gracias por todo.

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  20. Hola queria saber cuando actualiza??

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  21. Hola queria saber escribi aka o tener otro lugar ...q te mejore

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