Aclaracion: Bueno todos los
personajes y los libros que leen pertenecen a la genialisima JK Rowling ¿ok? yo
solo lo traspaso a un blog para que puedan leerlo de una manera diferente con
las intervenciones de ciertos personajes pertenecientes a ella.
Espero Disfruten, son un poco largos,
pero en cada actualización subo un capítulo entero.
Harry Potter y la cámara de los
secretos.
Capitulo XVI:“La cámara secreta "
-¿Señor Malfoy?- Lucius y Draco alzaron la mirada- Lucius,
¿leerás tu?- Malfoy mostró molestia pero termino por tomar el libro.
-La cámara de los secretos- rodó los ojos ante los gemidos
angustiosos y suspiros de preocupación.
—Con la cantidad de veces que hemos estado cerca de ella
en los aseos —dijo Ron con amargura durante el desayuno del día siguiente— y no
se nos ocurrió preguntarle, y ahora ya ves...
-Pobre Myrtle- susurró
Alice.
-Sigue siendo
molesta- bufó Sirius.
-¡Sirius! Tú fuiste
quien tuvo sexo frente a ella- reprochó Lily
-Supérenlo- pidió
Remus con molestia.
La aventura de seguir a las arañas había sido muy dura.
-¿Aventura?-
preguntó Percy incrédulo- Misión suicida, mejor dicho.
Pero ahora, burlar a los profesores para poder meterse en
un lavabo de chicas, pero no uno cualquiera, sino el que estaba junto al lugar
en que había ocurrido el primer ataque, les parecía prácticamente imposible.
-No tanto- considero
James- considerando que eres mi hijo.
En la primera clase que tuvieron, Transformaciones, sin
embargo, sucedió algo que por primera vez en varias semanas les hizo olvidar la
Cámara de los Secretos.
-¿Qué ocurrió?-
preguntaron Fabian y Gideon con curiosidad.
-Ya lo dirá.
A los diez minutos de empezada la clase, la profesora
McGonagall les dijo que los exámenes comenzarían el 1 de junio, y sólo faltaba
una semana.
-¿Examenes?-exclamó
Sirius molesto.
-Sirius, los
exámenes no son para ti. Ademas si dejan el colegio abierto es para que eduquen
a los chicos.
Minerva miró muy
conforme a Lily.
—¿Exámenes? —aulló Seamus Finnigan—. ¿Vamos a tener
exámenes a pesar de todo?
Sonó un fuerte golpe detrás de Harry. A Neville
Longbottom se le había caído la varita mágica, haciendo desaparecer una de las
patas del pupitre.
Neville se sonrojó
furiosamente.
La profesora McGonagall volvió a hacerla aparecer con un
movimiento de su varita y se volvió hacia Seamus con el entrecejo fruncido.
—El único propósito de mantener el colegio en
funcionamiento en estas circunstancias es el de daros una educación —dijo con
severidad— Los exámenes, por lo tanto, tendrán lugar como de costumbre, y
confío en que estéis todos estudiando duro.
-Sonó como lo que
dijo la pelirroja ¡Cornamenta te has enamorado de la reencarnación de Minnie!
-¡Eres idiota! ¡Para
que reencarne debe morir!- lo pensó un momento- ¿asi funciona, no?- Lily rodó
los ojos ante la cara de susto de James.
¡Estudiando duro! Nunca se le ocurrió a Harry que pudiera
haber exámenes con el castillo en aquel estado. Se oyeron murmullos de
disconformidad en toda el aula, lo que provocó que la profesora McGonagall
frunciera el entrecejo aún más.
-Eres inteligente,
no se por qué no te centrabas un poco más en estudiar- cuestionó Hermione.
-Para eso te
teníamos a ti…y porque eres maravillosa- agregó rápidamente ante la mirada
furibunda de la castaña.
—Las instrucciones del profesor Dumbledore fueron que el
colegio prosiguiera su marcha con toda la normalidad posible —dijo ella—. Y
eso, no necesito explicarlo, incluye comprobar cuánto habéis aprendido este
curso.
-Como si fuera
fácil- ironizó Seamus.
Harry contempló el par de conejos blancos que tenía que
convertir en zapatillas.
-¿Los conejitos
sienten lo mismo que yo cuando cambio?- pregunto Tonks.
-Mientras son
animales si, cuando pasan a ser un objeto inanimado, dejan de sentir hasta que
vuelven a ser animales.
¿Qué había aprendido durante aquel curso? No le venía a
la cabeza ni una sola cosa que pudiera resultar útil en un examen. En cuanto a
Ron, parecía como si le acabaran de decir que tenía que irse a vivir al bosque
prohibido.
Varias risitas se
escucharon a lo largo del comedor.
—¿Te parece que puedo hacer los exámenes con esto?
—preguntó a Harry, levantando su varita, que se había puesto a pitar.
-No creo- respondió
Arthur con una mueca.
Tres días antes del primer examen, durante el desayuno,
la profesora McGonagall hizo otro anuncio a la clase.
—Tengo buenas noticias —dijo, y el Gran Comedor, en lugar
de quedar en silencio, estalló en alborozo.
—¡Vuelve Dumbledore! —dijeron varios, entusiasmados.
—¡Han atrapado al heredero de Slytherin! —gritó una chica
desde la mesa de Ravenclaw.
En el gran comedor
pasaba lo mismo, todos estaban gritando con ansiedad sus suposiciones.
-¡Silencio!- ordenó
McGonagall.
—¡Vuelven los partidos de quidditch! —rugió
Wood emocionado.
-Típico- bufaron
Fred y George.
Cuando se calmó el alboroto, dijo la profesora
McGonagall:
—La profesora Sprout me ha informado de que las
mandrágoras ya están listas para ser cortadas. Esta noche podremos revivir a
las personas petrificadas. Creo que no hace falta recordaros que alguno de
ellos quizá pueda decirnos quién, o qué, los atacó. Tengo la esperanza de que
este horroroso curso acabe con la captura del culpable.
Todos aplaudieron
encantados con la noticia, pero nadie mas que Ron y Harry, mirando a Hermione
con cariño. La vida no era la misma sin ella.
Hubo una explosión de alegría. Harry miró a la mesa de
Slytherin y no le sorprendió ver que Draco Malfoy no participaba de ella.
-Idiota- soltó Ron.
Ron, sin embargo, parecía más feliz que en ningún otro
momento de los últimos días.
Hermione lo beso.
— ¡Siendo así, no tendremos que preguntarle a
Myrtle! —dijo a Harry— ¡Hermione tendrá la respuesta cuando la despierten!
-¿Estabas feliz
porque yo volvía o por no hablar por Myrtle?- exigió saber Hermione molesta.
-Siendo sincero, por
ambas. Pero especialmente por ti- corrigió rápidamente.
Aunque se volverá loca cuando se entere de que sólo
quedan tres días para el comienzo de los exámenes. No ha podido estudiar. Sería
más amable por nuestra parte dejarla como está hasta que hubieran terminado.
-¡Ronald!- regaño
Molly indignada.
-Si vamos al caso,
tiene razón- suspiro Ginny ganándose una mirada ofendida de su amiga.
En aquel mismo instante, Ginny Weasley se acercó y
se sentó junto a Ron. Parecía tensa y nerviosa, y Harry vio que se retorcía las
manos en el regazo.
Todos miraron
curiosos a la pelirroja que era abrazada por Harry.
—¿Qué pasa? —le preguntó Ron, sirviéndose más gachas de
avena. Ginny no dijo nada, pero miró la mesa de Gryffindor de un lado a otro
con una expresión asustada que a Harry le recordaba a alguien, aunque no sabía
a quién…
-A Dobby- Ginny lo miro confundida- ya sabes por lo
temerosa.
—Suéltalo ya —le dijo Ron, mirándola.
-Insensible- regaño
Hermione.
Harry comprendió entonces a quién le recordaba Ginny Se
balanceaba ligeramente hacia atrás y hacia delante en la silla, exactamente
igual que lo hacía Dobby cuando estaba a punto de revelar información
prohibida.
-Comparas a una
chica con un elfo domestico y ella se casa contigo, no creo que eso nos
funcione a todos- comentó Charlie.
—Tengo algo que deciros —masculló Ginny, evitando mirar
directamente a Harry.
—¿Qué es? —preguntó Harry, parecía como si Ginny no
pudiera encontrar las palabras adecuadas.
-Me preocupabas,
incluso en aquel entonces- confesó
Harry, besándola en la frente.
—¿Qué? —apremió Ron. Ginny abrió la boca, pero no
salió de ella ningún sonido. Harry se inclinó hacia delante y habló en voz
baja, para que sólo le pudieran oír Ron y Ginny.
—¿Tiene que ver con la Cámara de los Secretos? ¿Has visto
algo o a alguien haciendo cosas sospechosas?
Todos escucharon
atentos a lo que podría decir la pelirroja.
Ginny cogió aire, y en aquel preciso momento apareció
Percy Weasley, pálido y fatigado.
Percy carraspeó,
mientras Fred y George soltaron una carcajada.
—Si has acabado de comer, me sentaré en tu sitio, Ginny.
Estoy muerto de hambre. Acabo de terminar la ronda.
Ginny saltó de la silla como si le hubiera dado la
corriente, echó a Percy una mirada breve y aterrorizada, y salió corriendo. Percy
se sentó y cogió una jarra del centro de la mesa.
-Creo que estaba por
decirle algo importante- se quejó Remus, pero Ginny solo evito la mirada del licántropo.
—¡Percy! —dijo Ron enfadado— ¡Estaba a punto de contarnos
algo importante!
Percy se atragantó en medio de un sorbo de té.
-Creo que ya sabemos
quién era el que hacia algo incorrecto- se burló Bill.
—¿Qué era eso tan importante? —preguntó, tosiendo.
—Yo le acababa de preguntar si había visto algo raro, y
ella se disponía a decir...
—¡Ah, eso! No tiene nada que ver con la Cámara de los
Secretos —dijo Percy.
Ahora Ron, Harry (e
incluso Ginny) se habían sumado a las risas de Fred y George.
—¿Cómo lo sabes? —dijo Ron, arqueando las cejas.
—Bueno, si es imprescindible que te lo diga... Ginny,
esto..., me encontró el otro día cuando yo estaba... Bueno, no importa, el caso
es que... ella me vio hacer algo y yo, hum, le pedí que no se lo dijera
a nadie. Yo creía que mantendría su palabra. No es nada, de verdad, pero
preferiría...
Harry nunca había visto a Percy pasando semejante apuro.
-¿Qué estabas
haciendo?- pregunto Bill, quien ya se reía solo por ver a su hermano tan
sonrojado.
—¿Qué hacías, Percy? —preguntó Ron, sonriendo—. Vamos,
dínoslo, no nos reiremos.
Percy no devolvió la sonrisa.
—Pásame esos bollos, Harry me muero de hambre.
-Cambio de tema
digno de Hagrid- se burló Marlenne.
Harry sabía que todo el misterio podría resolverse al día
siguiente sin la ayuda de Myrtle, pero, si se presentaba, no dejaría escapar la
oportunidad de hablar con ella.
-Eres obstinado como
Lily- comentó Dorcas ganándose una mala mirada de Lily.
Y afortunadamente se presentó, a media mañana, cuando
Gilderoy Lockhart les conducía al aula de Historia de la Magia.
-¿Por qué no me
sorprende que sea culpa de él?- bufó Arthur.
Lockhart, que tan a menudo les había asegurado que todo
el peligro ya había pasado, sólo para que se demostrara enseguida que estaba
equivocado, estaba ahora plenamente convencido de que no valía la pena
acompañar a los alumnos por los pasillos. No llevaba el pelo tan acicalado como
de costumbre, y parecía como si hubiera estado levantado casi toda la noche,
haciendo guardia en el cuarto piso.
Minerva se pellizco
el puente de la nariz, conteniéndose para no insultar a semejante inútil.
—Recordad mis palabras —dijo, doblando con ellos una
esquina—: lo primero que dirán las bocas de esos pobres petrificados será: «Fue
Hagrid.»
-¡Él no lo hizo!-
Hagrid se sintió sorprendido y agradecido de que esa misma replica se haya
escuchado en tantos lugares del comedor.
Francamente, me asombra que la profesora McGonagall
juzgue necesarias todas estas medidas de seguridad.
—Estoy de acuerdo, señor —dijo Harry, y a Ron se le
cayeron los libros, de la sorpresa.
—Gracias, Harry —dijo Lockhart cortésmente.
-¡Señor Potter!-
Minerva se mostraba seriamente ofendida.
-Espere un segundo.
Mientras esperaban que acabara de pasar una larga hilera
de alumnos de Hufflepuff— Nosotros los profesores tenemos cosas mucho más
importantes que hacer que acompañar a los alumnos por los pasillos y quedarnos
de guardia toda la noche...
—Es verdad —dijo Ron, comprensivo—. ¿Por qué no nos deja
aquí, señor? Sólo nos queda este pasillo.
-Los ha dejado solos
¡a niños de doce años!- exclamó Flitwick indignado.
—¿Sabes, Weasley? Creo que tienes razón —respondió
Lockhart— La verdad es que debería ir a preparar mi próxima clase. Y
salió apresuradamente.
—A preparar su próxima clase —dijo Ron con sorna—A
ondularse el cabello, más bien.
-Buena esa,
sobrinito- felicito Fabian.
Dejaron que el resto de la clase pasara delante y luego
enfilaron por un pasillo lateral y corrieron hacia los aseos de Myrtle la
Llorona. Pero cuando ya se felicitaban uno al otro por su brillante idea...
-¿Filch?- sugirió
Dorcas.
-Snape- apostó Mary.
-Minerva- resolvió
Marlenna.
—¡Potter! ¡Weasley! ¿Qué estáis haciendo?
Era la profesora McGonagall, y tenía los labios más
apretados que nunca.
-¡JA!- Marlenne les
saco la lengua infantilmente.
—Estábamos... estábamos... —balbució Ron— Íbamos a ver...
—A Hermione —dijo Harry. Tanto Ron como la profesora
McGonagall lo miraron— Hace mucho que no la vemos, profesora —continuó
Harry, hablando deprisa y pisando a Ron en el pie—, y pretendíamos colarnos en
la enfermería, ya sabe, y decirle que las mandrágoras ya están casi listas y,
bueno, que no se preocupara.
-Esa mentira es
cruel- reprendió Lily.
-Era necesario-
explico Harry- pero no me siento orgulloso de haberla engañado- miro con
disculpa a la profesora.
La profesora McGonagall seguía mirándolo, y por un
momento, Harry pensó que iba a estallar de furia, pero cuando habló lo hizo con
una voz ronca, poco habitual en ella.
—Naturalmente —dijo, y Harry vio, sorprendido, que
brillaba una lágrima en uno de sus ojos, redondos y vivos— Naturalmente,
comprendo que todo esto ha sido más duro para los amigos de los que están... Lo
comprendo perfectamente. Sí, Potter, claro que podéis ver a la señorita Granger.
Informaré al profesor Binns de dónde habéis ido. Decidle a la señora Pomfrey
que os he dado permiso.
-Lo lamento- Minerva
asintió suavemente.
-Comprendo las
circunstancias Señor Potter.
Harry y Ron se alejaron, sin atreverse a creer que se
hubieran librado del castigo. Al doblar la esquina, oyeron claramente a la
profesora McGonagall sonarse la nariz.
—Ésa —dijo Ron emocionado— ha sido la mejor historia que
has inventado nunca.
-No esta bien
mentir- aclaró Harry a la pequeña Tonks que lo miraba admirada.
No tenían otra opción que ir a la enfermería y decir a la
señora Pomfrey que la profesora McGonagall
les había dado permiso para visitar a Hermione. La señora Pomfrey los dejó
entrar, pero a regañadientes.
-Insensible- bufaron
James y Sirius.
—No sirve de nada hablar a alguien petrificado —les dijo,
y ellos, al sentarse al lado de Hermione, tuvieron que admitir que tenía razón.
Era evidente que Hermione no tenía la más remota idea de que tenía visitas, y
que lo mismo daría que lo de que no se preocupara se lo dijeran a la mesilla de
noche.
-Creí que las personas inconscientes oían- comentó Neville.
-Inconscientes si,
pretificados no. Normalmente cuando una persona esta inconsciente su mente
suele reaccionar antes que su cuerpo, por eso escuchan- explicó Lily.
—¿Vería al atacante? —preguntó Ron, mirando con tristeza
el rostro rígido de Hermione—Porque si se apareció sigilosamente, quizá no
viera a nadie...
-Bueno, no lo vi
propiamente dicho- respondió ante las miradas de curiosidad.
Pero Harry no miraba el rostro de Hermione, porque se
había fijado en que su mano derecha, apretada encima de las mantas, aferraba en
el puño un trozo de papel estrujado. Asegurándose de que la señora Pomfrey no
estaba cerca, se lo señaló a Ron.
-¿Papel?- pregunto Alastor,
ya se le hacía molesto no saber qué pasaba.
—Intenta sacárselo —susurró Ron, corriendo su silla para
ocultar a Harry de la vista de la señora Pomfrey. No fue una tarea fácil. La
mano de Hermione apretaba con tal fuerza el papel que Harry creía que al tirar
se rompería.
Hermione rodó los
ojos.
Mientras Ron lo cubría, él tiraba y forcejeaba, y, al
fin, después de varios minutos de tensión, el papel salió. Era una página
arrancada de un libro muy viejo. Harry la alisó con emoción y Ron se inclinó
para leerla también.
Todos estaban
ansiosos por descubrir algo.
De las muchas bestias pavorosas y monstruos terribles
que vagan por nuestra tierra, no hay ninguna más sorprendente ni más letal que
el basilisco, conocido como el rey de las serpientes.
-¡Un basilisco!- Minerva se llevo la mano al pecho horrorizada.
Esta serpiente, que puede alcanzar un tamaño
gigantesco y cuya vida dura varios siglos, nace de un huevo de gallina
empollado por un sapo. Sus métodos de matar son de lo más extraordinario, pues
además de sus colmillos mortalmente venenosos, el basilisco mata con la mirada,
y todos cuantos fijaren su vista en el brillo de sus ojos han de sufrir
instantánea muerte.
Todos se estremecieron.
Las arañas huyen del basilisco, pues es éste su mortal
enemigo, y el basilisco huye sólo del canto del gallo, que para él es mortal.
-Todo tiene sentido, las arañas huyendo al bosque prohibido, los gallos
de Hagrid asesinados- todos estaban asustados, sabiendo que ese monstruo
estaba, en ese momento, escondido en la cámara.
Y debajo de esto, había escrita una sola palabra, con una
letra que Harry reconoció como la de Hermione: «Cañerías.»
-No es posible- Ted
se pellizcó el puente la nariz.
-¿Cómo puede ser que
tres jovencitos de doce años haya descubierto esto si cientos de magos
supuestamente brillantes y aurors cualificados no han podido?- Minerva parecía
indignada.
-Creo que esos magos
supuestamente brillantes y aurors cualificados no tenían a Harry- susurro Albus
mirando orgulloso al pequeño.
Fue como si alguien hubiera encendido la luz de repente
en su cerebro.
—Ron —musitó— ¡Esto es! Aquí está la respuesta. El
monstruo de la cámara es un basilisco, ¡una serpiente gigante! Por eso he oído
a veces esa voz por todo el colegio, y nadie más la ha oído: porque yo
comprendo la lengua pársel...
-Es por eso que
nadie más pudo resolverlo- explico Harry- en el libro aparece lo que yo
escuchaba en mi cabeza, los demás solo escuchaban algún siseo que ignoraban.
Harry miró las camas que había a su alrededor.
—El basilisco mata a la gente con la mirada. Pero no ha
muerto nadie. Porque ninguno de ellos lo miró directo a los ojos.
-No estoy
entendiendo- se quejó Mary.
-Colin lo vio a través de su cámara de fotos. El
basilisco quemó toda la película que había dentro, pero a Colin sólo lo
petrificó.
-¿recordabas todos
los detalles de cada uno de los ataques?- Alastor se veía gratamente
sorprendido.
Justin... ¡Justin debe de haber visto al basilisco a
través de Nick Casi Decapitado! Nick lo vería perfectamente, pero no podía
morir otra vez...
-¿Y los demás?-
exigió saber un Ravenclaw.
-Sigan leyendo.
Y a Hermione y la prefecta de Ravenclaw las hallaron con
aquel espejo al lado. Hermione acababa de enterarse de que el monstruo era un
basilisco. ¡Me apostaría algo a que ella le advirtió a la primera persona a la
que encontró que mirara por un espejo antes de doblar las esquinas! Y entonces
sacó el espejo y...
Hermione asintió
orgullosa de su amigo. Sin embargo, no pudo evitar sentir un estremecimiento al
recordar los ojos amarillentos que la miraba reflejados en el espejo.
Ron se había quedado con la boca abierta.
—¿Y la Señora Norris? —susurró con interés.
-Eso es más difícil-
se quejó Marlenne.
-Tal vez no funciona matando a los gatos- aventuró Mary,
Lily la miró como si hubiese dicho una gran estupidez- Oh vamos, levante la
mano alguien que haya puesto un gato frente a un basilisco y pueda decirme a
ciencia cierta si lo mato o no.
Harry hizo un gran esfuerzo para concentrarse, recordando
la imagen de la noche de Halloween.
—El agua..., la inundación que venía de los aseos de
Myrtle la Llorona. Seguro que la Señora Norris sólo
vio el reflejo...
-Brillante- felicitó
Remus.
Con impaciencia, examinó la hoja que tenía en la mano.
Cuanto más la miraba más sentido le hallaba.
—¡El canto del gallo para él es mortal! —leyó
en voz alta— ¡Mató a los gallos de Hagrid! El heredero de Slytherin no quería
que hubiera ninguno cuando se abriera la Cámara de los Secretos. ¡Las
arañas huyen de él! ¡Todo encaja!
-Todo encaja, ¿pero
quién es el que hace esas cosas? Alguien mato a los gallos y abrió la jodida
cámara- Ginny palideció ante el enojo de James.
—Pero ¿cómo se mueve el basilisco por el castillo? —dijo
Ron—. Una serpiente asquerosa... alguien tendría que verla...
Harry, sin embargo, le señaló la palabra que Hermione
había garabateado al pie de la página.
-Cañerias- susurró
Lily- Hermione descubrió que el basilisco se movía por las cañerías.
-No es que sea algo
muy importante… ¿pero de que maldito tamaño son las cañerías de Hogwarts?
-¿Sirius, realmente
te parece una prioridad?- reclamó la pelirroja molesta.
-¡Dije que no era
importante!
-¡Nada de lo que
dices lo es!
-Basta ustedes dos-
calmó James rodando los ojos.
—Cañerías —leyó—. Cañerías... Ha estado usando las
cañerías, Ron. Y yo he oído esa voz dentro de las paredes...
De pronto, Ron cogió a Harry del brazo.
—¡La entrada de la Cámara de los Secretos! —dijo con la
voz quebrada—. ¿Y si es uno de los aseos? ¿Y si estuviera en...?
—... los aseos de Myrtle la Llorona —terminó
Harry. Durante un rato se quedaron inmóviles, embargados por la emoción, sin
poder creérselo apenas.
-Sabemos donde esta-
Alastor y Minerva parecían haber recibido sus navidades, por fin, después de
tantos años sabían dónde estaba la cámara.
—Esto quiere decir —añadió Harry— que no debo de ser el
único que habla pársel en el colegio. El heredero de Slytherin
también lo hace. De esa forma domina al basilisco.
-Es raro que siendo
tan pocos magos con la habilidad, haya dos en la misma generación, en el mismo
colegio- comentó Frank.
—¿Qué hacemos? ¿Vamos directamente a hablar con
McGonagall?
—Vamos a la sala de profesores —dijo Harry, levantándose
de un salto—Irá allí dentro de diez minutos, ya es casi el recreo.
-Excelente opción-
felicito Molly, más tranquila al saber que su hijo y Harry acudirían a un
adulto.
Bajaron las escaleras corriendo. Como no querían que los
volvieran a encontrar merodeando por otro pasillo, fueron directamente a la
sala de profesores, que estaba desierta. Era una sala amplia con una gran mesa
y muchas sillas alrededor. Harry y Ro caminaron por ella, pero estaban
demasiado nerviosos para sentarse.
-Yo me imaginaba
algo mas especial- bromeó Fabian- quizás un bar de stripers clandestino o algo
así- a pesar de la tensión logro sacar algunas risas.
Pero la campana que señalaba el comienzo del recreo no
sonó. En su lugar se oyó la voz de la profesora McGonagall, amplificada por
medios mágicos.
—Todos los alumnos volverán inmediatamente a los
dormitorios de sus respectivas casas. Los profesores deben dirigirse a la sala
de profesores. Les ruego que se den prisa.
-Eso es malditamente
malo- maldijo Bill
Harry se dio la vuelta hacia Ron.
—¿Habrá habido otro ataque? ¿Precisamente ahora?
—¿Qué hacemos? —dijo Ron, aterrorizado— ¿Regresamos al
dormitorio?
-No creo que sea lo
mejor- Seamus se froto el cuello nervioso.
—No —dijo Harry, mirando alrededor. Había una especie de
ropero a su izquierda, lleno de capas de profesores—Si nos escondemos aquí,
podremos enterarnos de qué ha pasado. Luego les diremos lo que hemos
averiguado.
-¿Qué tienen tú y tu
padre con esconderse por todos lados?- regaño Lily con molestia- James Potter, tú
y tu maldita sangre de busca problemas.
-¡Los problemas me
buscan a mí!- reprocharon ambos Potter al mismo tiempo.
Se ocultaron dentro del ropero.
-¿Qué hace un ropero
ahí?- Tonks guardo silencio ante la mirada de su madre.
Oían el ruido de cientos de personas que pasaban por el
corredor. La puerta de la sala de profesores se abrió de golpe. Por entre los
pliegues de las capas, que olían a humedad, vieron a los profesores que iban
entrando en la sala. Algunos parecían desconcertados, otros claramente
preocupados. Al final llegó la profesora McGonagall.
-McGonagall esta
ahí, no dejara que les pase nada- suspiro aliviada Molly.
-Si es que los ve- murmuró
Charlie.
—Ha sucedido —dijo a la sala, que la escuchaba en silencio—
Una alumna ha sido raptada por el monstruo. Se la ha llevado a la cámara.
-¡Oh por Merlín!-
Albus negó con la cabeza cansinamente mientras Minerva se pellizcaba el puente
de la nariz. Alumnos inocentes no debían morir de nuevo.
El profesor Flitwick dejó escapar un grito. La profesora
Sprout se tapó la boca con las manos. Snape se cogió con fuerza al respaldo de
una silla y preguntó:
—¿Está usted segura?
—El heredero de Slytherin —dijo la profesora McGonagall,
que estaba pálida— ha dejado un nuevo mensaje, debajo del primero: «Sus
huesos reposarán en la cámara porsiempre.»
-Que bastardo, mira que meterse con una niña- todos los
hermanos Weasley palidecieron, sabiendo de quien se trataba.
El profesor Flitwick derramó unas cuantas lágrimas.
—¿Quién ha sido? —preguntó la señora Hooch, que se había
sentado en una silla porque las rodillas no la sostenían— ¿Qué alumna?
—Ginny Weasley —dijo la profesora McGonagall.
Harry notó que Ron se dejaba caer en silencio y se
quedaba agachado sobre el suelo del ropero.
-Oh mis pequeños-
Molly sollozó en el hombro de Arthur.
-Tranquila mamá,
ambos estamos aquí- tranquilizo Ron.
—Tendremos que enviar a todos los estudiantes a casa
mañana —dijo la profesora McGonagall— Éste es el fin de Hogwarts. Dumbledore
siempre dijo...
-Que lo principal es
la seguridad y bienestar de los niños- completó Albus
La puerta de la sala de profesores se abrió bruscamente.
Por un momento, Harry estuvo convencido de que era Dumbledore. Pero era
Lockhart, y llegaba sonriendo.
-¿Ya puedo golpearlo
cuando lo vea?- Lily negó.
-Todavía no, creo
que faltan algunas cosas de su parte que harán que yo lo golpeé.
—Lo lamento..., me quedé dormido... ¿Me he perdido algo
importante?
No parecía darse cuenta de que los demás profesores lo
miraban con una expresión bastante cercana al odio.
Expresión que tenían
gran cantidad de los presentes.
Snape dio un paso hacia delante.
—He aquí el hombre —dijo— El hombre adecuado. El monstruo
ha raptado a una chica, Lockhart. Se la ha llevado a la Cámara de los Secretos.
Por fin ha llegado tu oportunidad. Lockhart palideció.
Sirius frunció el ceño.
-¿Estas pensando en
lo escalofriante de estar del lado de Quejicus?- susurró James.
-No creí conocer a
alguien que me cayera peor.
—Así es, Gilderoy —intervino la profesora Sprout— ¿No
decías anoche que sabías dónde estaba la entrada a la Cámara de los Secretos?
—Yo..., bueno, yo... —resopló Lockhart.
—Sí, ¿y no me dijiste que sabías con seguridad qué era lo
que había dentro? —añadió el profesor Flitwick.
—¿Yo...? No recuerdo...
—Ciertamente, yo sí recuerdo que lamentabas no haber
tenido una oportunidad de enfrentarte al monstruo antes de que arrestaran a
Hagrid —dijo Snape— ¿No decías que el asunto se había llevado mal, y que
deberíamos haberlo dejado todo en tus manos desde el principio?
Lockhart miró los rostros pétreos de sus colegas.
—Yo..., yo nunca realmente... Debéis de haberme
interpretado mal...
—Lo dejaremos todo en tus manos, Gilderoy —dijo la
profesora McGonagall— Esta noche será una ocasión excelente para llevarlo a
cabo. Nos aseguraremos de que nadie te moleste. Podrás enfrentarte al monstruo
tú mismo. Por fin está en tus manos.
Lockhart miró en torno, desesperado, pero nadie acudió en
su auxilio.
-Esto es una
idiotez, él es un inservible, arrogante y mentiroso. Ahora, ¿Pueden ir a buscar
a mi sobrina?- exigió Gideon con molestia, mientras ellos discutían algo podría
haber estado haciéndole quien sabe qué cosa a la pequeña pelirrojita.
Ya no resultaba tan atractivo. Le temblaba el labio, y en
ausencia de su sonrisa radiante, parecía flojo y debilucho.
-Tenía esa expresión
cuando Lily lo rechazó.
—Mu-muy bien —dijo—. Estaré en mi despacho,
pre-preparándome.
Y salió de la sala.
—Bien —dijo la profesora McGonagall, resoplando— eso nos
lo quitará de delante.
-Bien hecho, ahora
vayan por Ginny- pidió Bill pálido. Si bien sabía que su hermana no había
muerto, también sabía que lo había pasado muy mal.
Los Jefes de las Casas deberían ir ahora a informar a los
alumnos de lo ocurrido. Decidles que el expreso de Hogwarts los conducirá a sus
hogares mañana a primera hora de la mañana. A los demás os ruego que os
encarguéis de aseguraros de que no haya ningún alumno fuera de los dormitorios.
-Salvo mi hijo y
Ron, como siempre- bufo Lily asustada.
Los profesores se levantaron y fueron saliendo de uno en
uno. Aquél fue, seguramente, el peor día de la vida de Harry.
Ginny lo miró con
los ojos aguados y él la beso.
-En ese momento no
entendí porque me dolía tanto que te pasara algo- le acarició el cabello
pelirrojo con ternura- ahora lo entiendo muy bien.
Él, Ron, Fred y George se sentaron juntos en un rincón de
la sala común de Gryffindor, incapaces de pronunciar palabra. Percy no estaba
con ellos. Había enviado una lechuza a sus padres y luego se había encerrado en
su dormitorio.
-Eras el mayor-
recriminó Charlie- como se te ocurre dejarlos solos, maldita sea.
Percy bajo la mirada arrepentido.
Ninguna tarde había sido tan larga como aquélla, y nunca
la torre de Gryffindor había estado tan llena de gente y tan silenciosa a la
vez. Cuando faltaba poco para la puesta de sol, Fred y George se fueron a la
cama, incapaces de permanecer allí sentados más tiempo.
-Lo sentimos-
dijeron rápidamente, al ver que Charlie y Bill los miraban mal, definitivamente
ninguno de ellos había sido un gran hermano para Ron.
—Ella sabía algo, Harry —dijo Ron, hablando por primera
vez desde que entraran en el ropero de la sala de profesores—Por eso la han
raptado. No se trataba de ninguna estupidez sobre Percy; había averiguado algo
sobre la Cámara de los Secretos. Debe
de ser por eso, porque ella era... —Ron se frotó los ojos frenético—. Quiero
decir, que es de sangre limpia. No puede haber otra razón.
Ojoloco la miro
esperando una explicación, pero Ginny acurrucada y protegida por los brazos de
Harry.
-Ella esta bien,
esta aquí- intento tranquilizar Remus a los Weasley, que estaban bastante
palidos y preocupados.
Harry veía el sol, rojo como la sangre, hundirse en el
horizonte. Nunca se había sentido tan mal. Si pudiera hacer algo..., cualquier
cosa...
-oh cariño- Lily
miró a Harry entre enternecida y preocupada, sabía como podía ser su hijo, cualquier cosa era realmente cualquier
cosa.
—Harry —dijo Ron—¿crees que existe alguna posibilidad de
que ella no esté...? Ya sabes a lo que me refiero—Harry no supo qué
contestar. No creía que pudiera seguir viva.
Apretó el abrazo a
su alrededor, no sabía que sería de su vida sin ella.
— ¿Sabes qué? —añadió Ron— Deberíamos ir a ver a Lockhart
para decirle lo que sabemos. Va a intentar entrar en la cámara. Podemos decirle
dónde sospechamos que está la entrada y explicarle que lo que hay dentro es un
basilisco.
-¿Lockhart? ¡Vayan
con McGonagall!
Harry se mostró de acuerdo, porque no se le ocurría nada
mejor y quería hacer algo. Los demás alumnos de Gryffindor estaban tan tristes,
y sentían tanta pena de los Weasley, que nadie trató de detenerlos cuando se
levantaron, cruzaron la sala y salieron por el agujero del retrato.
-Ninguno de nosotros
se imagino lo que iban a hacer- aclaró Neville.
-Quizás irían a ver
a Hermione o algo así- continuó Seamus.
Oscurecía mientras se acercaban al despacho de Lockhart.
Les dio la impresión de que dentro había gran actividad: podían oír sonido de
roces, golpes y pasos apresurados.
-Espero que no sea
lo que estoy pensando- Marlenne frunció el ceño.
Harry llamó. Dentro se hizo un repentino silencio. Luego
la puerta se entreabrió y Lockhart asomó un ojo por la rendija.
—¡Ah...! Señor Potter, señor Weasley... —dijo, abriendo
la puerta un poco más—En este momento estaba muy ocupado. Si os dais prisa...
—Profesor, tenemos información para usted —dijo Harry—.
Creemos que le será útil.
—Ah..., bueno..., no es muy.. —Lockhart parecía
encontrarse muy incómodo, a juzgar por el trozo de cara que veían—. Quiero
decir, bueno, bien.
Abrió la puerta y entraron.
-Algo no va bien,
ademas de lo obvio- murmuró Alice.
El despacho estaba casi completamente vacío. En el suelo
había dos grandes baúles abiertos. Uno contenía túnicas de color verde jade,
lila y azul medianoche, dobladas con precipitación; el otro, libros mezclados
desordenadamente. Las fotografías que habían cubierto las paredes estaban ahora
guardadas en cajas encima de la mesa.
-¿Cómo puede
marcharse en un momento así? ¡Maldito cobarde!- Arthur estaba enojado como
pocas veces.
—¿Se va a algún lado? —preguntó Harry.
—Esto..., bueno, sí... —admitió Lockhart, arrancando un
póster de sí mismo de tamaño natural y comenzando a enrollarlo— Una llamada
urgente..., insoslayable..., tengo que marchar...
—¿Y mi hermana? —preguntó Ron con voz entrecortada.
—Bueno, en cuanto a eso... es ciertamente lamentable
—dijo Lockhart, evitando mirarlo a los ojos mientras sacaba un cajón y empezaba
a vaciar el contenido en una bolsa—. Nadie lo lamenta más que yo...
-¡Es mi hermana, no
una jodida varita extraviada!- Bill estaba igual de furioso e indignado que los
demás.
—¡Usted es el profesor de Defensa Contra las Artes
Oscuras! —dijo Harry— ¡No puede irse ahora! ¡Con todas las cosas oscuras que
están pasando!
-Dudo mucho que todo
lo que esta pasando le importe- bufo Remus enfadado.
—Bueno, he de decir que... cuando acepté el empleo...
—murmuró Lockhart, amontonando calcetines sobre las túnicas— no constaba nada
en el contrato... Yo no esperaba...
—¿Quiere decir que va a salir corriendo? —dijo Harry sin
poder creérselo.
-Eso es cobarde
hasta para un gusano como él- definitivamente, si había algo que a James Potter
repugnaba mas que la magia oscura, era la cobardía.
— ¿Después de todo lo que cuenta en sus libros?
—Los libros pueden ser mal interpretados —repuso Lockhart
con sutileza.
-¡ÉL LOS ESCRIBIÓ!-
Hermione parecía haberse olvidado que eso había pasado hace años. Pero ante la
perspectiva de Ginny muriendo mientras Lockhart seguía con su fraude, la
encolerizaba.
—¡Usted los ha escrito! —gritó Harry.
—Muchacho —dijo Lockhart, irguiéndose y mirando a Harry
con el entrecejo fruncido—, usa el sentido común. No habría vendido mis libros
ni la mitad de bien si la gente no se hubiera creído que yo hice todas esas
cosas. A nadie le interesa la historia de un mago armenio feo y viejo, aunque
librara de los hombres lobo a un pueblo. Habría quedado horrible en la portada.
No tenía ningún gusto vistiendo. Y la bruja que echó a la banshee que
presagiaba la muerte tenía un labio leporino. Quiero decir..., vamos, que...
-Merlín, ya es
suficientemente malo que se inventara las historias ¿Pero robarle a otros magos
sus logros?- Marlenne hizo una mueca.
-¿Y donde están esos
magos? ¿Crees que los haya…?- se paso el dedo por el cuello.
-¿Matado? No creo
que sepa hacer una imperdonable.
—¿Así que usted se ha estado llevando la gloria de lo que
ha hecho otra gente? —dijo Harry, que no daba crédito a lo que oía.
—Harry, Harry —dijo Lockhart, negando con la cabeza—, no
es tan simple. Tuve que hacer un gran trabajo. Tuve que encontrar a esas
personas, preguntarles cómo lo habían hecho exactamente y encantarlos con el
embrujo desmemorizante para que no pudieran recordar nada.
-Sucio hijo de p…-
Charlie fue cortado por la mirada fulminante de su madre.
-¿y quién salvara a
mi pequeña?- sollozó.
-Mamá, relájate,
estoy viva- murmuro Ginny.
Si hay algo que me
llena de orgullo son mis embrujos desmemorizantes. Ah..., me ha llevado mucho
esfuerzo, Harry. No todo consiste en firmar libros y fotos publicitarias. Si
quieres ser famoso, tienes que estar dispuesto a trabajar duro.
-¿Trabajar duro? No
creo que sepa lo que significa eso.
Cerró las tapas de
los baúles y les echó la llave.
—Veamos —dijo—. Creo que eso es todo. Sí. Sólo queda un
detalle.
Sacó su varita mágica y se volvió hacia ellos.
-¡Que no se atreva a
tocarle un pelo a mi bebé porque juro que deseara no haber nacido!- Lily estaba
tan molesta que sus mejillas se habían enrojecido por sus gritos.
—Lo lamento profundamente, muchachos, pero ahora os tengo
que echar uno de mis embrujos desmemorizantes. No puedo permitir que reveléis a
todo el mundo mis secretos. No volvería a vender ni un solo libro...
James golpeó la mesa
con frustración.
Harry sacó su varita justo a tiempo.
-Espera un momento,
tenías doce años y te enfrentaste a un mago adulto. Bien hecho muchacho-
felicitó Ojoloco.
-No se puede decir
que Lockhart sea un contrincante, hasta un mocoso de cinco años podría
vencerlo- murmuró con desdén Snape.
Lockhart apenas había alzado la suya cuando Harry gritó:
—¡Expelliarmus!
Lockhart salió despedido hacia atrás y cayó sobre uno de
los baúles. La varita voló por el aire. Ron la cogió y la tiró por la ventana.
-Excelente cachorro-
Sirius estaba orgulloso- tu también amigo del cachorro- Harry negó con la
cabeza, no recordaba una sola ocasión de las que estuvieron juntos en la que
Sirius no lo llamara cachorro, ya era costumbre para él, al punto de decirle a
sus propios hijos: cachorros.
—No debería haber permitido que el profesor Snape nos
enseñara esto —dijo Harry furioso, apartando el baúl a un lado de una patada.
Snape alzó una ceja.
Después de todo, Potter si le prestaba un poco de atención.
Lockhart lo miraba, otra vez con aspecto desvalido. Harry
lo apuntaba con la varita.
—¿Qué queréis que haga yo? —dijo Lockhart con voz débil—.
No sé dónde está la Cámara de los Secretos. No puedo hacer nada.
—Tiene suerte —dijo Harry, obligándole a levantarse a
punta de varita—. Creo que nosotros sí sabemos dónde está. Y qué es lo que hay
dentro. Vamos.
-Oh Harry- Molly lo
estrujó.
Hicieron salir a Lockhart de su despacho, descendieron
por las escaleras más cercanas y fueron por el largo corredor de los mensajes
en la pared, hasta la puerta de los aseos de Myrtle la Llorona.
-¿Podrían explicarme
porque no fueron a buscar a un adulto?- McGonagall se veía molesta.
-Lo intentamos
primero, pero después con lo de Ginny… - Ron balbuceó ante la mirada de la
profesora.
Hicieron pasar a Lockhart delante. A Harry le hizo gracia
que temblara. Myrtle la Llorona estaba sentada sobre la
cisterna del último retrete.
—¡Ah, eres tú! —dijo ella, al ver a Harry—. ¿Qué quieres
esta vez?
—Preguntarte cómo moriste —dijo Harry.
-Que amable Harry-
ironizó Alice.
El aspecto de Myrtle cambió de repente. Parecía como si
nunca hubiera oído una pregunta que la halagara tanto.
-Bizarro- Neville
hizo una mueca.
—¡Oooooooh, fue horrible! —dijo encantada—. Sucedió aquí
mismo. Morí en este mismo retrete. Lo recuerdo perfectamente. Me había escondido
porque Olive Hornby se reía de mis gafas.
-No tiene nada de
malo usar gafas- cortó James con un puchero.
-Claro que no, es
atractivo- cortó Lily. Hary alzó una
ceja.
-En serio, lo es-
secundo Ginny.
La puerta estaba cerrada y yo lloraba, y entonces oí que
entraba alguien. Decían algo raro. Pienso que debían de estar hablando en una
lengua extraña.
-Pársel- murmuró
Remus.
De cualquier manera, lo que de verdad me llamó la
atención es que era un chico el que hablaba. Así que abrí la puerta para
decirle que se fuera y utilizara sus aseos, pero entonces... —Myrtle estaba
henchida de orgullo, el rostro iluminado— me morí.
-¿Tan sencillo?
¿Solo murió?- bufó Lucius.
-¿Esperabas que la
torturase o algo así?- se quejó Astoria- Gracias a Merlín que al menos no fue
doloroso para la pobre chica.
—¿Cómo? —preguntó Harry.
—Ni idea —dijo Myrtle en voz muy baja—. Sólo recuerdo
haber visto unos grandes ojos amarillos. Todo mi cuerpo quedó como paralizado, y
luego me fui flotando... — dirigió a Harry una mirada ensoñadora—. Y luego
regresé. Estaba decidida a hacerle un embrujo a Olive Hornby. Ah, pero ella
estaba arrepentida de haberse reído de mis gafas.
-¿Quién no se
arrepentiría de ser la última persona que insulto a una chica antes de que
muriese?- comentó Marlenne- carga de consciencia grande.
—¿Exactamente dónde viste los ojos? —preguntó Harry
—Por ahí —contestó Myrtle, señalando vagamente hacia el
lavabo que había enfrente de su retrete. Harry y Ron se acercaron a toda prisa.
Lockhart se quedó atrás, con una mirada de profundo terror en el rostro.
-Idiota.
Parecía un lavabo normal. Examinaron cada centímetro de
su superficie, por dentro y por fuera, incluyendo las cañerías de debajo. Y
entonces Harry lo vio: había una diminuta serpiente grabada en un lado de uno
de los grifos de cobre.
-Oh por Merlín-
Molly palideció completamente.
—Ese grifo no ha funcionado nunca —dijo Myrtle con
alegría, cuando intentaron accionarlo.
—Harry —dijo Ron—, di algo. Algo en lengua pársel.
-Brillante- felicitó
Ojoloco, concentrado en la lectura.
—Pero... —Harry hizo un esfuerzo. Las únicas ocasiones en
que había logrado hablar en lengua pársel estaba delante de
una verdadera serpiente.vSe concentró en la diminuta figura, intentando
imaginar que era una serpiente de verdad.
—Ábrete —dijo.
Miró a Ron, que negaba con la cabeza.
—Lo has dicho en nuestra lengua —explicó.
-Mierda.
Harry volvió a mirar a la serpiente, intentando
imaginarse que estaba viva. Al mover la cabeza, la luz de la vela producía la
sensación de que la serpiente se movía.
—Ábrete —repitió.
Pero ya no había pronunciado palabras, sino que había
salido de él un extraño silbido, y de repente el grifo brilló con una luz
blanca y comenzó a girar.
-Carajo- vociferó James-
si no te estuviera frente a ti ahora, estaría teniendo un jodido ataque.
Al cabo de un segundo, el lavabo empezó a moverse. El
lavabo, de hecho, se hundió, desapareció, dejando a la vista una tubería
grande, lo bastante ancha para meter un hombre dentro. Harry oyó que Ron exhalaba un grito ahogado y
levantó la vista. Estaba planeando qué era lo que había que hacer.
-No bajen, maldita
sea- rogó Bill.
-Ginny estaba ahí-
recordó Harry- era mejor morir que abandonarla- la pelirroja lo besó antes de
acurrucarse contra su pecho, se venían unos capítulos muy difíciles para ella.
—Bajaré por él —dijo.
No podía echarse atrás, ahora que habían encontrado la
entrada de la cámara. No podía desistir si existía la más ligera, la más remota
posibilidad de que Ginny estuviera viva.
—Yo también —dijo Ron.
-Los quiero tanto,
como pudieron arriesgarse así- los ojos de Ginny estaban enrojecidos, pero no
lloraba. Y Harry la admiraba por no hacerlo.
Hubo una pausa.
—Bien, creo que no os hago falta —dijo Lockhart, con una
reminiscencia de su antigua sonrisa—Así que me...
-Empújenlo por la
cañería- sugirió la pequeña Tonks.
Puso la mano en el pomo de la puerta, pero tanto Ron como
Harry lo apuntaron con sus varitas.
—Usted bajará delante —gruñó Ron.
Con la cara completamente blanca y desprovisto de varita,
Lockhart se acercó a la abertura.
—Muchachos —dijo con voz débil—, muchachos, ¿de qué va a
servir?
-Para salvar a mi
hija- respondió Arthur furioso con Lockhart.
Harry le pegó en la espalda con su varita. Lockhart metió
las piernas en la tubería.
—No creo realmente... —empezó a decir, pero Ron le dio un
empujón, y se hundió tubería abajo.
-Bien hecho Ronnie-
intentó felicitar Fred, pero estaba tan mal como George y Percy. ¿Dónde demonios
estaban ellos mientras Ron arriesgaba su vida?
Harry se apresuró a seguirlo. Se metió en la tubería y se
dejó caer. Era como tirarse por un tobogán interminable, viscoso y oscuro.
Podía ver otras tuberías que surgían como ramas en todas las direcciones, pero
ninguna era tan larga como aquella por la que iban, que se curvaba y retorcía,
descendiendo súbitamente. Calculaba que ya estaban por debajo incluso de las
mazmorras del castillo. Detrás de él podía oír a Ron, que hacía un ruido sordo
al doblar las curvas.
-¿Todo eso esta bajo
nuestros pies en este momento?- Frank se estremeció, al igual que la mayoría en
el gran comedor.
Y entonces, cuando se empezaba a preguntar qué sucedería
cuando llegara al final, la tubería tomó una dirección horizontal, y él cayó
del extremo del tubo al húmedo suelo de un oscuro túnel de piedra, lo bastante
alto para poder estar de pie.
-La cámara de los
secretos- murmuró Hermione. Una cosa era escuchar la historia, y otra era
saberla con el mínimo detalle de lo que paso aquella noche.
Lockhart se estaba incorporando un poco más allá,
cubierto de barro y blanco como un fantasma. Harry se hizo a un lado y Ron
salió también del tubo como una bala.
—Debemos encontrarnos a kilómetros de distancia del
colegio —dijo Harry, y su voz resonaba en el negro túnel.
—Y debajo del lago, quizá —dijo Ron, afinando la vista
para vislumbrar los muros negruzcos y llenos de barro. Los tres intentaron ver
en la oscuridad lo que había delante.
-Un Hogwarts subterráneo-
a pesar de toda la situación, Sirius no pudo evitar tener un brillo en la
mirada. Había tantos secretos que le faltaban descubrir del castillo.
—¡Lumos! —ordenó Harry a su varita, y la
lucecita se encendió de nuevo
— Vamos —dijo a Ron y a Lockhart, y comenzaron a andar.
Sus pasos retumbaban en el húmedo suelo. El túnel estaba tan oscuro que sólo
podían ver a corta distancia. Sus sombras, proyectadas en las húmedas paredes
por la luz de la varita, parecían figuras monstruosas.
-Tétrico- susurró
Mary.
—Recordad —dijo Harry en voz baja, mientras caminaban con
cautela—: al menor signo de movimiento, hay que cerrar los ojos inmediatamente.
Pero el túnel estaba tranquilo como una tumba, y el
primer sonido inesperado que oyeron fue cuando Ron pisó el cráneo de una rata.
Tonks arrugó la
nariz con asco.
Harry bajó la varita para alumbrar el suelo y vio que
estaba repleto de huesos de pequeños animales. Haciendo un esfuerzo para no
imaginarse el aspecto que podría presentar Ginny si la encontraban, Harry fue
marcándoles el camino. Doblaron una oscura curva.
Ginny sintió como el
cuerpo de Harry se tensaba a su alrededor.
—Harry, ahí hay algo... —dijo Ron con la voz ronca,
cogiendo a Harry por el hombro.
Se quedaron quietos, mirando. Harry podía ver tan sólo la
silueta de una cosa grande y encorvada que yacía de un lado a otro del túnel.
No se movía.
—Quizás esté dormido —musitó, volviéndose a mirar a los
otros dos. Lockhart se tapaba los ojos con las manos. Harry volvió a mirar
aquello; el corazón le palpitaba con tanta rapidez que le dolía.
-Salgan de ese
jodido lugar- rogó James.
Muy despacio, abriendo los ojos sólo lo justo para ver,
Harry avanzó con la varita en alto. La luz iluminó la piel de una serpiente
gigantesca, una piel de un verde intenso, ponzoñoso, que yacía atravesada en el
suelo del túnel, retorcida y vacía. El animal que había dejado allí su muda
debía de medir al menos siete metros.
-La piel del
basilisco- miradas de terror se esparcieron por todo el comedor. Aquel monstruo
estaba bajo ellos en este instante.
—¡Caray! —exclamó Ron con voz débil.
Algo se movió de pronto detrás de ellos. Gilderoy
Lockhart se había caído de rodillas.
—Levántese —le dijo Ron con brusquedad, apuntando a
Lockhart con su varita. Lockhart se puso de pie, pero se abalanzó sobre Ron y
lo derribó al suelo de un golpe.
-Hijo de perra, ¿Quién
se cree para golpear a mi hermano?- defendió George, Ron lo miró con sorpresa- ¿Qué?
Somos hermanos, nadie se mete contigo, salvo nosotros.
Harry saltó hacia delante, pero ya era demasiado tarde.
Lockhart se incorporaba, jadeando, con la varita de Ron en la mano y su sonrisa
esplendorosa de nuevo en la cara.
-Voy a asesinarlo,
lenta y torturasamente- murmuró Lily con la mandíbula apretada.
—¡Aquí termina la aventura, muchachos! —dijo— Cogeré un
trozo de esta piel y volveré al colegio, diré que era demasiado tarde para
salvar a la niña y que vosotros dos perdisteis el conocimiento al ver su cuerpo
destrozado. ¡Despedíos de vuestras memorias!
-¡Bastardo de
mierda!- Sirius se veía furioso, al igual que los demás estudiantes y
profesores.
Levantó en el aire la varita mágica de Ron, recompuesta
con celo, y gritó:
—¡Obliviate!
La varita estalló con la fuerza de una pequeña bomba.
Harry se cubrió la cabeza con las manos y echó a correr hacia la piel de
serpiente, escapando de los grandes trozos de techo que se desplomaban contra
el suelo.
-Mis niños- Molly se dejo abrazar por Arthur.
Enseguida vio que se había quedado aislado y tenía ante
sí una sólida pared formada por las piedras desprendidas.
—¡Ron! —grito—, ¿estás bien? ¡Ron!
—¡Estoy aquí! —La voz de Ron llegaba apagada, desde el
otro lado de las piedras caídas—. Estoy bien. Pero este idiota no. La varita se
volvió contra él.
Suspiraron
aliviados, al menos Ron y Harry no habían sufrido daños.
Escuchó un ruido sordo y un fuerte «¡ay!», como si Ron le
acabara de dar una patada en la espinilla a Lockhart.
Algunas sonrisas
asomaron.
-Bien hecho-
felicitó Fabian.
—¿Y ahora qué? —dijo la voz de Ron, con desespero—. No
podemos pasar. Nos llevaría una eternidad...
Harry miró al techo del túnel. Habían aparecido en él
unas grietas considerables. Nunca había intentado mover por medio de la magia
algo tan pesado como todo aquel montón de piedras, y no parecía aquél un buen
momento para intentarlo. ¿Y si se derrumbaba todo el túnel?
-Es demasiado
peligroso intentarlo- Flitwick frunció el ceño.
Hubo otro ruido sordo y otro ¡ay! provenientes del otro
lado de la pared. Estaban malgastando el tiempo. Ginny ya llevaba horas en la
Cámara de los Secretos. Harry sabía que sólo se podía hacer una cosa.
-Va a marcharse solo
para rescatarla- algunas cicatrices de Remus resaltaron ante su palidez.
—Aguarda aquí —indicó a Ron—. Aguarda con Lockhart. Iré
yo. Si dentro de una hora no he vuelto...
Hubo una pausa muy elocuente.
—Intentaré quitar algunas piedras —dijo Ron, que parecía
hacer esfuerzos para que su voz sonara segura—. Para que puedas... para que
puedas cruzar al volver. Y..
-Y Ginny contigo-
completó.
—¡Hasta dentro de un rato! —dijo Harry, tratando de dar a
su voz temblorosa un tono de confianza. Y partió él solo cruzando la piel de la
serpiente gigante.
Lily soltó un jadeo.
Su pequeño bebé podría haber muerto.
Enseguida dejó de oír el distante jadeo de Ron al
esforzarse para quitar las piedras. El túnel serpenteaba continuamente. Harry
sentía la incomodidad de cada uno de sus músculos en tensión.
-Procura tener la
mente en frío, sino será peor- aconsejo Ojoloco.
Quería llegar al final del túnel y al mismo tiempo le
aterrorizaba lo que pudiera encontrar en él. Y entonces, al fin, al doblar
sigilosamente otra curva, vio delante de él una gruesa pared en la que estaban
talladas las figuras de dos serpientes enlazadas, con grandes y brillantes
esmeraldas en los ojos.
-La entrada- Seamus
tenía un verdoso tono enfermizo.
Harry se acercó a la pared. Tenía la garganta muy seca.
No tuvo que hacer un gran esfuerzo para imaginarse que aquellas serpientes eran
de verdad, porque sus ojos parecían extrañamente vivos.
La tensión podría
cortarse con un cuchillo.
Tenía que intuir lo que debía hacer. Se aclaró la
garganta, y le pareció que los ojos de las serpientes parpadeaban.
—¡Ábrete! —dijo Harry, con un silbido bajo, desmayado.
Severus alzó una
fina ceja negra, después de todo, la cámara era un mito que interesaba
especialmente a los Slytherin.
Las serpientes se separaron al abrirse el muro. Las dos
mitades de éste se deslizaron a los lados hasta quedar ocultas, y Harry,
temblando de la cabeza a los pies, entró.
Molly se abanico la cara con las manos para poder respirar y
Lily maldecía por lo bajo.
-Faltan dos capítulos- anunció Dumbledore.
Hola
ResponderEliminarBueno, amo tu forma de escribir, tambien leeo una tuya en Potterfics mi nombre ahi es ginny3.
Tu idea me gusta porque me encanta este fic y así actualizaras mas seguido, espero que actualizes pronto.
Saludos.
Hola, gracias:3 ¿Lees el Hanny o la de 19 años? en cualquier caso, gracias por leerme. Si, tengo la meta de actualizar mas rapido, y eso me es mas facil subiendo de a poco.
EliminarAbrazos^^
Yo leeo la de 19 años y me gusta mucho.
EliminarSaludos.
Yo leí la de 19 años hace bastante y me encantó, y esta igual.
ResponderEliminarNo pares de escribir por favor :')
No pienso parar, gracias por leerme*-*
EliminarHola me encanta como escribes... te falta mucho para actualizar??? es que y deseo saber como sigue
ResponderEliminarGracias, ya estoy por subir el final del cap:3
EliminarAaay ya volviste! que felicidad. CORTASTE JUSTO EN LA MEJOR PARTE. IMPERDONABLE. 10 puntos menos para Griffyndor. Pero actualizaste, eso serian 15 puntos mas para los leones...
ResponderEliminarBueno me alegro de que volvieras, ya te estaba extrañando <3
James & Lily
Harry & Ginny
<3 <3 <3 <3 <3 <3 <3
Cornamenta
AGH, ES EL PODER DE LOS ESCRITORES, cortar en la mejor parte y matar a los personajes favoritos de todos son las maldades que se nos permiten Dx
EliminarAw<3
Abrazos gigantes^^
solo dos palabras: PROXIMO CAPITULO
ResponderEliminaruna palabra: PRONTO.
EliminarYa quiero saber que dicen los demas cuando sepan quien habrio la Camara de los Secretos!!! Por favor actualiza!! Esta muy bueno este capitulo.
ResponderEliminarOh, algunos van a caerse de sus asientos. Ya subo el final de este cap:3
EliminarHace tanto,que echo de menos todo eso porfa actualize mas a menudo.
ResponderEliminarGracias
Te doy mi palabra que cuando empiece el libro 3 voy a ir mucho mas rapido:3
EliminarHola! Acabo de leer tu historia y me encanto, eres muy clara al escribir y me hacen reir los comentarios de los merodeadores y los gemelos, la lei de corrido y espero que actualices pronto y que comiences el tercer libro.
ResponderEliminarGracias, llega un punto es que es algo dificil no ser repetitiva en este tipo de historias, por eso cuesta un poco. Ya falta poco y empiezo el tercer libro:3
EliminarHola, me encanto la historia, la lei de corrido, :) espero la actualización :D
ResponderEliminarGracias, estoy por actualizar:3
EliminarHola, merodeadora!... me recomendaron tu blog y me ha encantado... AMO A SIRIUS... bueno espero que sigas con esta historia y no la dejes como la mayoría que he leído:(... ESPERO IMPACIENTE EL FINAL DE ESTE CAPITULO Y SIGUIENTE...Alexz...
ResponderEliminarObviamente que la voy a terminar, gracias por leerle y gracias a la persona que me recomendo. Pienso hacer los 7 libros, tarde lo que tarde. Abrazos enormes^^
EliminarWATHS!? CUANTO TARDA UNA PERSONA EN ACTUALIZAR!? 4 MESES!? HACE FALTA!? Osea entiendo que tengas obligaciones y toda la cosa peero... si pones un blog tiene que estar CONSTANTEMENTE activo y las personas que siguen este blog NECESITAN que actualizes.. ¬¬
ResponderEliminarFIN...
Para un segundo, yo actualizo casi semana por medio EN LA MISMA ENTRADA, por eso la entrada es de abril.No es que no actualizo desde el 28 de abril.
EliminarYa lo se, por eso actualizo. Pero ademas de mi vida, tengo mis 3 paginas en facebook, el colegio, mis 2 blogs y mis 4 fanfics... Si entras a mi pagina en facebook, aviso cada vez que subo una parte nueva a la entrada.
Hola... no puedo creer que sea la primera en comentar la actualización... esta genial... porfavor continua pronto... ya quiero que empiecen el tercer libro... actualiza... Alexz...
ResponderEliminarFelicitaciones (? Yo tambien quiero que empiece el tercero, te juro. Abrazos:3
EliminarPorque todos los blogs se quedan en la camara secreta -.- todos los blogs que visite se quedaron en la camara secreta. Que onda? tiene un malefico? decime y les hago un sectum sempra o un avada kedabra ah jaja xd
ResponderEliminarPd: Gracias por hacernos esperar 3 meses en escribir un capitulo -.-
No tengo intenciones de quedarme en ninguno libro. Si, la camara secreta me esta costando mucho porque no es el libro que mas me gusta. Cuando empiece el tercero voy a ir mucho mas rapido, ademas de que vienen Remus y Sirius del futuro.
EliminarEs Lockhart, nadie lo soporta.
Tecnicamente, voy subiendo de a pedazos y posdata, tengo vida fuera de la computadora, a veces tardo, ademas de que tengo otros 4 fics en progreso.
Saludos^^
Es la primera vez que alguien me contesta :D me emocione ah jaj.
EliminarEm no tenia intenciones de ofenderte solo dije lo que me parecia.
Si se que estas subiendo de a pedazos lo dijiste en algun lado pero no me acuerdo donde, (repito:no tenia intenciones de ofenderte).
En fin: sigue con los capitulos que estan buenisimos y me encantan! Besos ^.^
Tranquila, no me sentí ofendida, respondi tus dudas sobre si iba a seguir con los libros y sobre actualizar, yo tambien soy lectora así que se que cuesta esperar las actualizaciones. Gracias, abrazos^^
EliminarSi la verdad es que cuesta esperar,me paso lo mismo con un blog que no actualizo nunca mas,entiendo que tengan obligaciones fuera de la compu y eso :p
Eliminarhacique una pregunta:
¿cuando pensas que podrias terminar? Estoy muy anciosa ah :p besos!!
Me encantoooo... ;)
ResponderEliminar¡Gracias!
Eliminargenial genial genial genial oh dioses!! me he puesto super nerviosa al ver las reacciones... sigue cuanto antes por favor!!!
ResponderEliminar¡Juego con tus emociones! (?)
EliminarYa pronto subo una parte del siguiente capi:3
OMG, desde el principio sigo tu historia y pensé que no actualizabas y hoy he visto tu última entrada y me he dado cuenta de que si estabas actualizando *_* es genial, espero el siguiente cap con ansias!!
ResponderEliminarGracias por leerme, si actualizo bastante seguido en la misma entrada, pero actualizo:3
EliminarAbrazos^^
Porfa masss quiero masss amo esa finc
ResponderEliminarGracias por ella
Ya pronto subo el siguiente capiii
Eliminarhola por favor te pido subí los capítulos esta buenísima y cual es tu historia en potterfics
ResponderEliminarKyaaaa la emocion me puede!
ResponderEliminar