Aclaracion:
Bueno todos los personajes y los libros que leen pertenecen a la genialisima JK
Rowling ¿ok? yo solo lo traspaso a un blog para que puedan leerlo de una manera
diferente con las intervenciones de ciertos personajes pertenecientes a ella.
Espero
Disfruten, son un poco largos, pero en cada actualizacion subo un capitulo
entero.
Harry
Potter y la cámara de los secretos.
Capitulo III: "La madriguera"
Entraron por
la puerta dos chicos pelirrojos, exactamente iguales, de ojos azules y sonrisas
picaras, de unos 20 años, los del futuro palidecieron al verlos de nuevo juntos
-Wow Ronnie mira cuanto crecido- dijo Fred, y Ron no pudo
evitar que sus ojos se llenaran de lagrimas y abrazar a su hermano- ya se que
moriré- murmuro Fred- pero eso cambiara, soy demasiado guapo y genial para
morir- George y Ron rieron, Charlie también abrazo a su hermano, y Ginny
sollozo entre sus brazos- tranquila gin gin
-no me llames gin gin, freddie- dijo ella sonriendo entre
las lagrimas
-oh, aquí falta un hermano por saludarme- dijo el pelirrojo
mirando
-Percy y Bill todavía no han llegado- comento Harry
-si eso lo sabia, me referia a ti imbesil- dijo riendo y
Harry se acerco a abrazarlo, se sentía muy culpable por todas esas muertes,
sintió un zape en su cabeza, volteo para ver a Hermione
-¿Por qué me pegas?
-porque se que te estas culpando- dijo molesta
-¿señor weasley?- dijo Albus
-¿si?- dijeron Arthur, Fred, George, Charlie y Ron, y todos
rieron
-el señor Fred Weasley leera este capitulo- anuncio el
director
-de acuerdo- tomo el libro esbozo una sonrisa- La madriguera
—¡Ron! —exclamó Harry, encaramándose a la ventana y
abriéndola para poder hablar con él a través de la reja—. Ron, ¿cómo has
logrado...? ¿Qué...?
-¿escobas?- pregunto Sirius, Harry, Ron y los gemelos negaron
con la cabeza divertidos
Harry se quedó
boquiabierto al darse cuenta de lo que veía. Ron sacaba la cabeza por la
ventanilla trasera de un viejo coche de color azul turquesa que estaba detenido
¡ni más ni menos que en el aire!
-genial- dijeron Sirius, James, Remus y los gemelos prewett
-¿de donde sacaron un coche volador?- pregunto enojada Molly
a sus hijos y Harry miro a Lily
-¿se hicieron daño?- pregunto la ojiverde, Harry negó- oh,
entonces esta bien por mi, no veía la hora de que te fueras de ese infierno-
James la miro sonriente y Sirius sorprendido
Sonriendo a Harry
desde los asientos delanteros, estaban Fred y George,
-fiesta asegurada- dijo Charlie
los hermanos gemelos
de Ron, que eran mayores que él.
- somos increíbles- dijeron a coro los gemelos
—¿Todo bien, Harry?
—¿Qué ha pasado?
—preguntó Ron—. ¿Por qué no has contestado a mis cartas? Te he pedido unas doce veces que vinieras a mi casa a pasar
unos días, y luego mi padre vino un día diciendo que te habían enviado un apercibimiento
oficial por utilizar la magia delante de los muggles.
-fue Dobby- dijeron varios
-en ese entonces no lo sabíamos- dijo Ron
—No fui yo. Pero
¿cómo se enteró?
- seguro que al segundo ya lo sabia todo el ministerio- dijo
Arthur riendo
-menudos cotilleos- ironizo Ginny y todos rieron
—Trabaja en el
Ministerio —contestó Ron—. Sabes que no podemos hacer ningún conjuro fuera del
colegio.
- ¡tiene gracia que tu se lo digas!- repuso James pensando
en el auto
—¡Tiene gracia que tú
me lo digas! —repuso Harry, echando un
vistazo al coche flotante.
-se parece mucho a ti- dijo Lily sonriendo anchamente y
besando a su novio
—¡Esto no
cuenta! —explicó Ron—. Sólo lo hemos
cogido prestado. Es de mi padre, nosotros no lo hemos encantado.
-¡arthur!- dijo enojada Molly
-aun no hago nada- dijo cohibido el pelirrojo ante la risa
de los presentes
Pero hacer magia delante de esos muggles con
los que vives...
—No he sido yo, ya te
lo he dicho..., pero es demasiado largo para explicarlo ahora. Mira, puedes
decir en Hogwarts que los Dursley me tienen encerrado y que no podré volver al
colegio, y está claro que no puedo utilizar la magia para escapar de aquí, porque el ministro
pensaría que es la segunda vez que utilizo conjuros en tres días, de forma
que...
-deja de decir tonterías, te llevaran a su casa y te darán
comida rica- dijo Sirius
—Deja de decir
tonterías —dijo Ron—. Hemos venido para
llevarte a casa con nosotros.
-te lo dije- agrego el ojigris y varios rieron
-nadie te lo rebatio Sirius- dijeron a coro Lily y Hermione
-no molesten a mi segundo suegro- dijo Ginny abrazando a
Sirius
-ella me cae bien- dijo sacándoles la lengua a las prefectas
y Harry rio
—Pero tampoco
vosotros podéis utilizar la magia para sacarme...
—No la necesitamos
—repuso Ron, señalando con la cabeza hacia los asientos delanteros y
sonriendo—. Recuerda a quién he traído conmigo.
-esto será interesante- dijeron los merodeadores a coro
—Ata esto a la reja
—dijo Fred, arrojándole un cabo de cuerda.
—Si los Dursley se
despiertan, me matan
-si los Dursley te hacen algo los descuartizo- dijo Lily con
voz “dulce”, haciendo estremecer a varios
—comentó Harry, atando la soga a uno de los
barrotes. Fred aceleró el coche.
—No te preocupes
—dijo Fred— y apártate. Harry se retiró al fondo de la habitación, donde estaba
Hedwig, que parecía haber comprendido que la situación era delicada y se
mantenía inmóvil y en silencio.
-esa lechuza es brillante- comento Alice
El coche aceleró más
y más, y de pronto, con un sonoro crujido, la reja se desprendió limpiamente de
la ventana mientras el coche salía volando hacia el cielo. Harry corrió a la ventana
y vio que la reja había quedado colgando a sólo un metro del suelo. Entonces
Ron fue recogiendo la cuerda hasta que tuvo la reja dentro del coche.
-un problema menos- dijo Lily con alivio
Harry escuchó
preocupado, pero no oyó ningún sonido que proviniera del dormitorio de los
Dursley. Después de que Ron dejara la reja en el asiento trasero, a su lado,
Fred dio marcha atrás para acercarse tanto como pudo a la ventana de Harry.
—Entra —dijo Ron.
—Pero todas mis cosas
de Hogwarts... Mi varita mágica, mi escoba...
—¿Dónde están?
—Guardadas bajo llave
en la alacena de debajo de las escaleras. Y yo no puedo salir de la habitación.
-eso es un problema- dijo Marlene
-no para nosotros- dijeron Fred y George a coro
—No te preocupes —dijo George desde el asiento
del acompañante
—. Quítate de ahí,
Harry. Fred y George entraron en la habitación de Harry trepando con cuidado
por la ventana.
-impresionante- dijeron Fabian y Gideon
«Hay que reconocer
que lo hacen muy bien», pensó Harry
-muchas gracias- dijeron los pelirrojos
cuando George se sacó del bolsillo una
horquilla del pelo para forzar la cerradura.
-oh yo se hacer eso- dijo Lily y todos la miraron
sorprendidos- de veras, es muy útil
—Muchos magos creen
que es una pérdida de tiempo aprender estos trucos muggles—observó Fred—, pero
nosotros opinamos que vale la pena adquirir estas habilidades, aunque sean un
poco lentas.
-dignos sobrinos nuestros- dijeron los gemelos prewett
orgullosos
Se oyó un ligero
«clic» y la puerta se abrió.
—Bueno, nosotros
bajaremos a buscar tus cosas. Recoge todo lo que necesites de tu habitación y
ve dándoselo a Ron por la ventana —susurró George.
—Tened cuidado con el
último escalón, porque cruje —les susurró Harry mientras los gemelos se
internaban en la oscuridad. Harry fue cogiendo sus cosas de la habitación y se
las pasaba a Ron a través de la ventana. Luego ayudó a Fred y a George a subir
el baúl por las escaleras. Oyó toser al tío Vernon.
-mierda- dijeron muchos por lo bajo
Una vez en el rellano, llevaron el baúl a
través de la habitación de Harry hasta la ventana abierta. Fred pasó al coche
para ayudar a Ron a subir el baúl, mientras Harry y George lo empujaban desde
la habitación.
-me enorgullece que sean tan buen equipo- dijo Molly
-me sorprenden lo habilidosos que son- felicito
Minerva- ¿a que casa pertenecen?
-Gryffindor- dijeron sacando pecho orgullosos
Centímetro a
centímetro, el baúl fue deslizándose por la ventana. Tío Vernon volvió a toser.
—Un poco más —dijo jadeando Fred, que desde el coche tiraba del baúl—, empujad
con fuerza... Harry y George empujaron con los hombros, y el baúl terminó de
pasar de la ventana al asiento trasero del coche.
-¡ahora váyanse!- grito Sirius
-¡eso es!- apoyo Lily
—Estupendo, vámonos
—dijo George en voz baja. Pero al subir al alféizar de la ventana, Harry oyó un
potente chillido detrás de él, seguido por la atronadora voz de tío Vernon.
-¡la lechuza!- dijo James
-¿te olvidabas de Hedwig?- preguntaron Ginny y Hermione
sorprendidas
—¡ESA MALDITA
LECHUZA!
-¡maldigo la hora en que la idiota de mi hermana cruzo la
barrera de las especies y se caso con un cachalote!- grito Lily molesta, y
causo la risa de muchos
—¡Me olvidaba de
Hedwig! Harry cruzó a toda velocidad la habitación al tiempo que se encendía la
luz del rellano. Cogió la jaula de Hedwig, volvió velozmente a la ventana, y se
la pasó a Ron.
-¡oh dios!- dijo Lily- James escúchame cielo ¿Cómo cuantas
bromas has hecho?
-decenas, tal vez cientos ¿Por qué?
-quiero que le hagas a vernon dursley todas las bromas que
se te ocurran, todas. Y Sirius, Remus, Fabian y Gideon pueden ayudarte, no les
pondremos limites ¿verdad Molly?
-claro que no, y Fred y George también pueden ayudarlos
-genial- dijeron los bromistas
en su oído Harry estaba subiendo al alféizar
cuando tío Vernon aporreó la puerta, y ésta se abrió de par en par. Durante una
fracción de segundo, tío Vernon se quedó inmóvil en la puerta;
-imbesil- bufo Ron
luego soltó un mugido como el de un toro
furioso y, abalanzándose sobre Harry, lo agarró por un tobillo.
-voy a terminar por asesinarlo- dijo furioso Sirius
Ron, Fred y George lo asieron a su vez por los
brazos, y tiraban de él todo lo que podían.
-van a hacerle daño- dijo Lily preocupada por su hijo
—¡Petunia! —bramó tío
Vernon—. ¡Se escapa! ¡SE ESCAPA!
-no es un prisionero- dijo enfadado Arthur, James estaba con
el ceño fruncido aguantando la furia para no ir y partirle la cabeza a Vernon
Dursley
Pero los Weasley
tiraron con más fuerza, y el tío Vernon tuvo que soltar la pierna de Harry.
-¡si!- grito todo el comedor alegre
Tan pronto como éste se encontró dentro del
coche y hubo cerrado la puerta con un portazo, gritó Ron: —¡Fred, aprieta el
acelerador! Y el coche salió disparado en dirección a la luna. Harry no podía
creérselo: estaba libre.
-¡eso es mi pequeño!-dijeron james y Lily a coro
Bajó la ventanilla y, con el aire azotándole
los cabellos, volvió la vista para ver alejarse los tejados de Privet Drive.
-libertad, conozco el sentimiento- dijo Sirius sonriente
-todavia recuerdo que habíamos quedado de ir a casa de James
y había pasado una semana y Sirius no llegaba- relato remus
-y un dia tocan el timbre, abro la puerta y tenia a canuto
debajo de la lluvia, con la espalda sangrante y sonrisa de cachorro- siguió
James
-nunca olvidare que te dije- dijo el ojigris nostalgicamente
-“¿oye cornamenta tienes una cama de mas? Es que en el apuro
por fugarme olvide la mia”- recitaron los dos amigos y todos sonrieron
-¿con la espalda sangrante?-pregunto Lily
-mis adorables padres eran magos tenebrosos, y les encantaba
practicar sus torturas conmigo, después de todo, yo era solo un traidor de la
sangre, aunque ese dia mi padre disfruto jugando con sus látigos, mi madre se excedió
al lanzarme 3 cruciatus
-¡oh Merlin! ¿te castigaban con cruciatus?- pregunto Minerva
-desde los once,cuando entre en gryffindor- todos lo miraban
con pena
Tío Vernon, tía
Petunia y Dudley estaban asomados a la ventana de Harry, alucinados.
—¡Hasta el próximo
verano! —gritó Harry.
-¡eso es!- dijeron Fabian y Fred y se miraron divertidos
Los Weasley se rieron a carcajadas, y Harry se
recostó en el asiento, con una sonrisa de oreja a oreja.
—Suelta a Hedwig —dijo a Ron— y que nos siga volando.
Lleva un montón de tiempo sin poder estirar las alas. George le pasó la
horquilla a Ron y, en un instante, Hedwig salía alborozada por la ventanilla y
se quedaba planeando al lado del coche, como un fantasma.
-¿Por qué un fantasma seguiría un auto?- pregunto Amelia
-¿Por qué un fantasma no lo haría?- pregunto Xeno lovegood y
fijo su vista en la rubia que se mordio el labio y sonrio
-esos dos terminan juntos- dijeron por lo bajo Ginny y Lily
mientras Hermione asentia
— Entonces, Harry,
¿por qué...? —preguntó Ron impaciente—. ¿Qué es lo que ha ocurrido? Harry les
explicó lo de Dobby, la advertencia que le había hecho y el desastre del pudín
de violetas. Cuando terminó, hubo un silencio prolongado.
-odio cuando la gente hace silencios largos- dijeron Harry y
Sirius al mismo tiempo
-¿Por qué será?- dijeron Hermione y Remus, todos rieron
—Muy sospechoso —dijo finalmente Fred
—Me huele mal
—corroboré George
-el que lo olio lo hizo- dijo Tonks y todos rieron
—. ¿Así que ni siquiera
te dijo quién estaba detrás de todo?
—Creo que no podía
—dijo Harry—, ya os he dicho que cada vez que estaba a punto de irse de la
lengua, empezaba a darse golpes contra la pared. Vio que Fred y George se
miraban.
-con el tiempo uno se acostumbra a esas miradas- dijeron a
coro Charlie, Ron y Ginny
—¿Creéis que me
estaba mintiendo? —preguntó Harry
-Dobby seria incapaz señor Harry Potter, Dobby no podía decirle
mas de lo que le dije
-tranquilo Dobby, yo no te conocía en ese entonces
—Bueno —repuso Fred—,
tengamos en cuenta que los elfos domésticos tienen mucho poder mágico, pero
normalmente no lo pueden utilizar sin el permiso de sus amos. Me da la
impresión de que enviaron al viejo Dobby para impedirte que regresaras a
Hogwarts.
-No, señores, Dobby no le mintió a Harry Potter, Dobby nunca
le mentiría a Harry Potter aunque después tuviera que castigarse, Dobby le es
leal a Harry Potter
Una especie de broma. ¿Hay alguien en el
colegio que tenga algo contra ti?
—Sí —respondieron Ron
y Harry al unísono.
—Draco Malfoy —dijo
Harry—. Me odia.
—¿Draco Malfoy? —dijo
George, volviéndose—. ¿No es el hijo de Lucius Malfoy?
-de tal palo tall astilla- dijeron Arthur y Ron a coro
—Supongo que sí,
porque no es un apellido muy común —contestó Harry—. ¿Por qué lo preguntas?
—He oído a mi padre
hablar mucho de él —dijo George—. Fue un destacado partidario de
Quien-tú-sabes.
-Que interesante- dijo Alastor y Malfoy trago grueso
—Y cuando desapareció Quien-tú-sabes —dijo
Fred, estirando el cuello para hablar con Harry—, Lucius Malfoy regresó
negándolo todo.
-¿Por qué no me sorprende?- ironizo James
Mentiras... Mi padre
piensa que él pertenecía al círculo más próximo a Quien-tú-sabes. Harry ya
había oído estos rumores sobre la familia de Malfoy, y no le habían sorprendido
en absoluto.
-idiotas- bufo Dorcas
En comparación con
Malfoy, Dudley Dursley era un muchacho bondadoso, amable y sensible.
—No sé si los Malfoy
poseerán un elfo —dijo Harry.
-uno no, decenas de elfos esclavos a mi voluntad- dijo con arrogancia
-callate imbesil- espetaron furiosas Ginny, Lily y Hermione,
y Malfoy se acerco a Narcissa algo asustado
—Bueno, sea quien
sea, tiene que tratarse de una familia de magos de larga tradición, y tienen
que ser ricos —observó Fred.
-sangre pura- dijo con desprecio Sirius
-no cometas el mismo error Sirius- dijo Ginny- yo, todos los
weasley, los longbottom, los potter, somos sangre pura y muy buena gente
-sabes a lo que me referiero mini pelirroja- repuso el
ojigris- los maniáticos con ideales mortifigos, no tengo nada en contra de las
familias antiguas de magos
—Sí, mamá siempre está diciendo que querría
tener un elfo doméstico que le planchase la ropa —dijo George
Molly miro disculpante a Hermione
-yo no pretendo que dejen de existir los elfos domesticos o
que dejen de trabajar, yo lo que quiero es que se los trate como seres
vivientes que tienen derecho a descansar, a un sueldo, a unas vacaciones y que
no los tengan como esclavos, yo no estoy en contra de su trabajo, estoy en
contra de que los torturen y maltraten
-la señorita Granger es muy buena con los elfos- dijo con
los ojos llorosos- Dobby se lo agradece
— Pero lo único que
tenemos es un espíritu asqueroso y malvado en el ático,
James y Sirius sonrieron anchamente y con los ojos brillosos
miraron a Lily
-no chicos no pueden tener un espíritu asqueroso y malvado
en el atico- dijo la pelirroja
-pero…
-no
-y si…
-no, pero los dejare tener una mascota y no Sirius, no
puedes tener un dragon- el ojigris hizo un puchero
y el jardín lleno de
gnomos. Los elfos domésticos están en grandes casas solariegas y en castillos y
lugares así, y no en casas como la nuestra.
-a mi me encanta la madriguera- dijeron Harry y Hermione a
coro y los Weasley les sonrieron
Harry estaba callado.
A juzgar por el hecho de que Draco Malfoy tenía normalmente lo mejor de lo
mejor, su familia debía de estar forrada de oro mágico.
-claramente- dijeron con arrogancia Lucius y Narcissa
Podía imaginárselo
dándose aires en una gran mansión. También parecía encajar con el tipo de cosas
que Malfoy podría hacer, el enviar a un criado para que impidiera que Harry
volviese a Hogwarts. ¿Había sido un estúpido al dar crédito a Dobby?
-tranquilo Dobby, todavía no te conocía, ahora confio
ciegamente en ti- dijo el ojiverde al ver al elfo al borde del llanto
—De cualquier manera,
estoy muy contento de que hayamos podido rescatarte —dijo Ron
—. Me estaba
preocupando que no respondieras a mis cartas. Al principio le echaba la culpa a
Errol...
-¿Quién es Errol?- pregunto James
—¿Quién es Errol? —
pregunto Harry
-Sabes es sorprendente la cantidad de veces que tu, Sirius y
Harry piensan igual- le dijo Marlene a James
—Nuestra lechuza
macho. Pero está viejo. No sería la primera vez que le da un colapso al hacer
una entrega. Así que intenté pedirle a Percy que me prestara a Hermes...
-¿Quién?- pregunto Sirius y Harry lo miro sonriendo
—¿Quién?
-eso es- dijeron los merodeares felices mientras Lily miraba
divertida a su hijo
—La lechuza que
nuestros padres compraron a Percy cuando lo nombraron prefecto —dijo Fred desde
el asiento delantero.
—Pero Percy no me la
quiso dejar —añadió Ron— Dijo que la necesitaba él.
—Este verano, Percy
se está comportando de forma muy rara —dijo George, frunciendo el entrecejo—
-esperemos que no sea nada malo- dijo Molly preocupada
Ha estado enviando montones de cartas y
pasando muchísimo tiempo encerrado en su habitación... No puede uno estar todo
el día sacando brillo a la insignia de prefecto.
Muchos rieron
Te estás desviando
hacia el oeste, Fred —añadió, señalando un indicador en el salpicadero. Fred
giró el volante.
—¿Vuestro padre sabe
que os habéis llevado el coche? —preguntó Harry, adivinando la respuesta.
Todos, menos Molly y Hermione, rieron
- ¿lily tu también?- pregunto Molly mirando a la pelirroja
-dejalos divertirse, mientras no se hagan daño y aprueben
sus materias esta bien para mi- respondio sonriendo
—Esto..., no
—contestó Ron— esta noche tenía que trabajar. Espero que podamos dejarlo en el
garaje sin que nuestra madre se dé cuenta de que nos lo hemos llevado.
-no funcionara- dijeron todos los hijos weasley, Hermione y
ron
—¿Qué hace vuestro
padre en el Ministerio de Magia?
—Trabaja en el
departamento más aburrido —contestó Ron—: el Departamento Contra el Uso
Incorrecto de los Objetos Muggles.
Sirius rio- no se
para que preguntas si no sabes lo que es- Harry rio
—¿El qué?
Todos rieron por lo dicho por sirius
—Se trata de cosas
que han sido fabricadas por los muggles pero que alguien las encanta, y que
terminan de nuevo en una casa o una tienda muggle. Por ejemplo, el año pasado
murió una bruja vieja, y vendieron su juego de té a un anticuario. Una mujer
muggle lo compró, se lo llevó a su casa e intentó servir el té a sus amigos.
Fue una pesadilla. Nuestro padre tuvo que trabajar horas extras durante varías
semanas.
-¿Qué ocurrio?- pregunto Lily
—¿Qué ocurrió?
-Bueno esto ya me esta asustando-dijo Harry y todos
sonrieron
—Pues que la tetera
se volvió loca y arrojó un chorro de té hirviendo por toda la sala, y un hombre
terminó en el hospital con las tenacillas para coger los terrones de azúcar
aferradas a la nariz.
Los bromistas rieron
-tendriamos que hacerlo- dijo Remus y Minerva lo fulmino con
la mirada- es decir…eso estuvo muy mal-
eso causo mas risas
Nuestro padre estaba
desesperado, en el departamento solamente están él y un viejo brujo llamado
Perkins, y tuvieron que hacer encantamientos para borrarles la memoria y otros
trucos para que no se acordaran de nada.
—Pero vuestro
padre..., este coche... Fred se rió.
-no deberías tenerlo Arthur- dijo enfadada Molly- tu y tus
cacharros muggles
-no son cacharros, son muy inter…si cielo- dijo resignado al
ver la cara de su esposa
—Sí, le vuelve loco
todo lo que tiene que ver con los muggles, tenemos el cobertizo lleno de
chismes muggles. Los coge, los hechiza y los vuelve a poner en su sitio. Si
viniera a inspeccionar a casa, tendría que arrestarse a sí mismo.
-eso seria comico- dijeron los gemelos prewett y los gemelos
weasley
A nuestra madre la saca de quicio.
—Ahí está la
carretera principal —dijo George, mirando hacia abajo a través del parabrisas
— Llegaremos dentro
de diez minutos... Menos mal, porque se está haciendo de día. Un tenue
resplandor sonrosado aparecía en el horizonte, al este. Fred dejó que el coche
fuera perdiendo altura, y Harry vio a la escasa luz del amanecer el mosaico que
formaban los campos y los grupos de árboles.
-no hay nada mas divertido que pasar las vacaciones con
amigos- dijo Sirius
—Vivimos un poco
apartados del pueblo —explicó George— En Ottery Saint Catchpole.
El coche volador descendía más y más. Entre
los árboles destellaba ya el borde de un sol rojo y brillante.
—¡Aterrizamos!
—exclamó Fred cuando, con una ligera sacudida, tomaron contacto con el suelo.
Molly suspiro aliviada
Aterrizaron junto a
un garaje en ruinas en un pequeño corral, y Harry vio por vez primera la casa
de Ron. Parecía como si en otro tiempo hubiera sido una gran pocilga de piedra,
pero aquí y allá habían ido añadiendo tantas habitaciones que ahora la casa
tenía varios pisos de altura y estaba tan torcida que parecía sostenerse en pie
por arte de magia,
-genial- dijeron todos en el gran comedor, menos Lucius,
Narcissa y Severus, los weasley se sonrojaron terriblemente
y Harry sospechó que así era probablemente.
Cuatro o cinco chimeneas coronaban el tejado. Cerca de la entrada, clavado en
el suelo, había un letrero torcido que decía «La Madriguera».
Todos aplaudieron con ganas
En torno a la puerta
principal había un revoltijo de botas de goma y un caldero muy oxidado. Varias
gallinas gordas de color marrón picoteaban a sus anchas por el corral.
-que bonito lugar- dijo Lily
-estas mas que invitada- dijo Molly sonriendo
—No es gran cosa
—Es una maravilla —repuso Harry, contento,
acordándose de Privet Drive.
Los weasley le sonrieron a Harry
Salieron del coche.
—Ahora tenemos que
subir las escaleras sin hacer el menor ruido —advirtió Fred—, y esperar a que
mamá nos llame para el desayuno. Entonces tú, Ron, bajarás las escaleras dando
saltos y diciendo: «¡Mamá, mira quién ha llegado esta noche!» Ella se pondrá
muy contenta, y nadie tendrá que saber que hemos cogido el coche.
-No funcionara- dijeron los merodeadores
-¿Por qué lo dices?- pregunto Ginny
-los planes nunca funcionan y peor aun si suenan fáciles-
todos tuvieron que darles la razón
—Bien —dijo Ron—. Vamos, Harry, yo duermo en
el... De repente, Ron se puso de un color verdoso muy feo y clavó los ojos en
la casa. Los otros tres se dieron la vuelta. La señora Weasley iba por el
corral espantando a las gallinas, y para tratarse de una mujer pequeña, rolliza
y de rostro bondadoso, era sorprendente lo que podía parecerse a un tigre de
enormes colmillos.
Todos rieron y Molly se sonrojo
—¡Ah! —musitó Fred.
—¡Dios mío! —exclamó
George.
La señora Weasley se paró delante de ellos,
con las manos en las caderas, y paseó la mirada de uno a otro. Llevaba un
delantal estampado de cuyo bolsillo sobresalía una varita mágica. —Así que...
—dijo.
—Buenos días, mamá
—saludó George, poniendo lo que él consideraba que era una voz alegre y
encantadora.
-nunca se como reaccionar cuando me atrapa- murmuro por lo
bajo el gemelo y Fred asintió
-se lo que se siente- apoyo Gideon
—¿Tenéis idea de lo
preocupada que he estado? —preguntó la señora Weasley en un tono aterrador.
—Perdona, mamá, pero es que, mira, teníamos
que... Aunque los tres hijos de la señora Weasley eran más altos que su madre,
se amilanaron cuando descargó su ira sobre ellos.
-no quisiera estar en sus zapatos- dijeron los merodeadores,
los prewett, neville, y varios mas
—¡Las camas vacías! ¡Ni una nota! El coche no
estaba..., podíais haber tenido un accidente... Creía que me volvía loca, pero
no os importa, ¿verdad?... Nunca, en toda mi vida... Ya veréis cuando llegue a
casa vuestro padre, un disgusto como éste nunca me lo dieron Bill, ni Charlie,
ni Percy...
—Percy, el prefecto perfecto —murmuró Fred.
-mal movimiento- suspiro su padre y Molly lo fulmino con la
mirada
—¡PUES PODRÍAS SEGUIR
SU EJEMPLO! —gritó la señora Weasley, dándole golpecitos en el pecho con el
dedo — Podríais haberos matado o podría haberos visto alguien, y vuestro padre
haberse quedado sin trabajo por vuestra culpa... Les pareció que la reprimenda
duraba horas. La señora Weasley enronqueció de tanto gritar y luego se plantó
delante de Harry, que retrocedió asustado.
-no te regañara- dijeron los Weasley
—Me alegro de verte, Harry, cielo —dijo—. Pasa
a desayunar.
-mi mama siempre prefirió a Sirius- dijo James haciendo un
puchero y todos rieron
-mama dorea- suspiro Sirius con cariño, mientras Remus reia
y Lily abrazaba a James
La señora Weasley se
encaminó hacia la casa y Harry la siguió, después de dirigir una mirada azorada
a Ron, que le respondió animándolo con un gesto de la cabeza. La cocina era
pequeña y todo en ella estaba bastante apretujado. En el medio había una mesa
de madera que se veía muy restregada, con sillas alrededor.
Los Weasley se avergonzaron
Harry se sentó
tímidamente, mirando a todas partes. Era la primera vez que estaba en la casa
de un mago. El reloj de la pared de enfrente sólo tenía una manecilla y carecía
de números. En el borde de la esfera había escritas cosas tales como «Hora del
té», «Hora de dar de comer a las gallinas» y «Te estás retrasando».
-Quiero uno de esos- dijeron varias mujeres en el comedor
Sobre la repisa de la chimenea había unos
libros en montones de tres, libros que tenían títulos como La elaboración de
queso mediante la magia, El encantamiento en la repostería o Por arte de magia:
cómo preparar un banquete en un minuto.
-yo se que con magia es mas rápido, pero a mi me encanta
cocinar a lo muggle
-¿cocinas rico?- preguntaron anelantes James, Harry y Sirius
-delicioso- dijo Remus y james lo miro interrogante- fui a
comer a lo de Lily una que otra vez
Y, a menos que Harry
hubiera escuchado mal, la vieja radio que había al lado del fregadero acababa
de anunciar que a continuación emitirían el programa «La hora de las brujas,
con la popular cantante hechicera Celestina Warbeck». La señora Weasley
preparaba el desayuno sin poner demasiada atención en lo que hacía, y en el
rato que tardó en freír las salchichas echó unas cuantas miradas de
desaprobación a sus hijos.
-Prefiero las miradas de desaprobación, furia, castigo,
antes que la de decepcion de mama dorea o la de Minnie
-¿mia?- pregunto sorprendida la profesora
-aja, para los que crecimos sin una familia, Dumbledore y
Minnie se convierten en algo similares a padres y no hay nada mas feo que
decepcionar a minnie- dijo el ojigris encogiéndose de hombros, Dumblledore
tenia un brillo en los ojos y Minerva parecía querer abrazar a Sirius
De vez
en cuando murmuraba: «cómo se os pudo ocurrir» o «nunca lo hubiera creído».
—Tú no tienes la
culpa, cielo —aseguró a Harry, echándole en el plato ocho o nueve salchichas—.
Arthur y yo también hemos estado muy preocupados por ti. Anoche mismo estuvimos
comentando que si Ron seguía sin tener noticias tuyas el viernes, iríamos a
buscarte para traerte aquí. Pero…
-¿Qué hubiese tenido eso de divertido?- pregunto Fred pero
se cayo ante la mirada de su madre
—dijo mientras le servía tres huevos fritos—
cualquiera podría haberos visto atravesar medio país volando en ese coche e
infringiendo la ley.. Entonces, como si fuera lo más natural, dio un golpecito
con la varita mágica en el montón de platos sucios del fregadero, y éstos comenzaron
a lavarse solos, produciendo un suave tintineo.
-es de lo mas normal- dijo Molly confundida
-no para alguien que se ha criado con muggles amor- dijo
Arthur y su esposa asintió
—¡Estaba nublado, mamá! —dijo Fred.
-nunca la lleves la contra cuando esta enfadada- dijo Fabian
—¡No hables mientras comes! —le interrumpió la
señora Weasley.
—¡Lo estaban matando
de hambre, mamá! —dijo George.
-bueno en eso tenían razón- dijo Molly
—¡Cállate tú también! —atajó la señora Weasley,
pero cuando se puso a cortar unas rebanadas de pan para Harry y a untarlas con
mantequilla, la expresión se le enterneció.
-gracias por todo lo que haces por el, Molly- dijo Lily
-no hay de que- dijo Molly
En aquel momento
apareció en la cocina una personita bajita y pelirroja,
-oh por dios, que no sea demasiado vergonzoso- dijo Ginny
poniendo la cabeza entre las manos
-oye, eras tierna- dijo Harry abrazándola
-mentiroso, hacia el ridículo cada vez que te veía- dijo la
pelirroja haciendo un puchero
-y ahora eres mi esposa amor- dijo el riendo y dándole un
beso
que llevaba puesto un
largo camisón y que, dando un grito, se volvió corriendo.
Todos rieron y Ginny murmuro algo como “podría haber sido
peor”
—Es Ginny —dijo Ron a
Harry en voz baja—, mi hermana. Se ha pasado el verano hablando de ti.
-gracias por eso Ron- ironizo Ginny
—Sí, debe de estar
esperando que le firmes un autógrafo, Harry —dijo Fred con una sonrisa,
-a ti también, hermanos de pacotilla- bufo y todos rieron
pero se dio cuenta de que su madre lo miraba y
hundió la vista en el plato sin decir ni una palabra más. No volvieron a hablar
hasta que hubieron terminado todo lo que tenían en el plato, lo que les llevó
poquísimo tiempo.
-eso es mucho- dijeron los que conocían las raciones de la
mama Weasley
—Estoy que reviento
—dijo Fred, bostezando y dejando finalmente el cuchillo y el tenedor—. Creo que
me iré a la cama y..
-¿de verdad crees que te dejara hacerlo?- dijo Dorcas
divertida
—De eso nada —interrumpió la señora Weasley—.
Si te has pasado toda la noche por ahí, ha sido culpa tuya. Así que ahora vete
a desgnomizar el jardín, que los gnomos se están volviendo a desmadrar.
-y tu que querias ir a la cama- dijo Remus
-—Pero, mamá...
—Y vosotros dos, id
con él —dijo ella, mirando a Ron y Fred
—. Tú sí puedes irte
a la cama, cielo —dijo a Harry—. Tú no les pediste que te llevaran volando en
ese maldito coche.
-Dorea siempre hacia eso conmigo- dijo Remus sonriendo
-mama era muy ingenua- dijeron a coro Sirius y James-
siempre pensó que nosotros te arrastrábamos a las travesuras y tu ibas por
gusto- termino Sirius y Remus le saco la lengua
Pero Harry, que no
tenía nada de sueño, dijo con presteza:
—Ayudaré a Ron, nunca
he presenciado una desgnomización.
—Eres muy amable,
cielo, pero es un trabajo aburrido —dijo la señora Weasley—. Pero veamos lo que
Lockhart dice sobre el particular.
El trio gruño
Y cogió un pesado volumen de la repisa de la
chimenea. George se quejó.
—Mamá, ya sabemos desgnomizar
un jardín. Harry echó una mirada a la cubierta del libro de la señora Weasley.
Llevaba escritas en letras doradas de fantasía las palabras «Gilderoy Lockhart:
Guía de las plagas en el hogar».
-todo el mundo sabe hacerlo- dijo Alice
-yo no- comento Lily y varios la miraron sorprendidos- hago
vida de muggle recuerdan? No tenemos gnomos
Ocupaba casi toda la
portada una fotografía de un mago muy guapo de pelo rubio ondulado y ojos
azules y vivarachos. Como todas las fotografías en el mundo de la magia, ésta
también se movía: el mago, que Harry supuso que era Gilderoy Lockhart, guiñó un
ojo a todos con descaro.
-ya se quien es- dijo Marlene- ¿lils recuerdas ese rubio en
el callejón diagon que te invito a salir?
-Mar, demasiados chicos han invitado a salir a Lily, Amos,
Jake, Liam, Josh, Tomhas…
-no, yo digo el idiota que le pidió su espejo para peinarse
las cejas
-suena a algo que Lockhart haría- dijo Hermione por lo bajo
-aah yo lo recuerdo- dijo Alice- el que le guiñaba el ojo a
todo el mundo
-Robert, Dan, David…-seguia nombrando Dorcas
-bueno ya para Dorcas- dijo Lily mirando como james se ponía
rojo de furia y apretaba los puños
-¿te han invitado a salir? –dijo apretado las mandíbulas-
voy a asesinarlos, cortarlos en pedacitos y darcelos de comer a los hipogrifos
y…
-James- llamo Lily, al ver que este la ignoraba y seguía
despotricando contra los chicos, lo beso descaradamente dejando al chico con
sonrisa boba y produciendo varios chiflidos- te amo y estoy enamorada de ti
desde 3 año, nunca acepte salir con nadie porque me gustas tu desde que soy
pequeña, ahora respira y sigamos leyendo
-solo si me das otro beso- murmuro por lo bajo
-todos los que tu quieras
La señora Weasley le
sonrió abiertamente.
—Es muy bueno —dijo
ella—, conoce al dedillo todas las plagas del hogar, es un libro estupendo...
—A mamá le gusta
—dijo Fred, en voz baja pero bastante audible.
-¡Fred!- dijo Molly ruborizada, Arthur cerro los puños y los
gemelos prewett rieron
—No digas tonterías,
Fred —dijo la señora Weasley, ruborizándose—. Muy bien, si crees que sabes más
que Lockhart, ponte ya a ello; pero ¡ay de ti si queda un solo gnomo en el
jardín cuando yo salga!
-siempre vuelven- dijo resignado Frank
Entre quejas y
bostezos, los Weasley salieron arrastrando los pies, seguidos por Harry. El
jardín era grande y a Harry le pareció que era exactamente como tenía que ser
un jardín.
-eres muy amable Harry-dijo Arthur
A los Dursley no les
habría gustado; estaba lleno de maleza y el césped necesitaba un recorte, pero
había árboles de tronco nudoso junto a los muros, y en los arriates, plantas
exuberantes que Harry no había visto nunca, y un gran estanque de agua verde
lleno de ranas.
-deberia darte a Trevor, quien sabe, tal vez si consigue una
novia ya no se escape tanto- dijo Neville y todos rieron
—Los muggles también
tienen gnomos en sus jardines, ¿sabes? —dijo Harry a Ron mientras atravesaban
el césped.
-si los muñecos pansones y barbudos- dijo James sonriendo, habiendo
recuperado el buen humor ya que Lily lo abrazaba con cariño y lo besaba
constantemente, lo que siempre deseo James
—Sí, ya he visto esas
cosas que ellos piensan que son gnomos —dijo Ron, inclinándose sobre una mata
de peonías—. Como una especie de papás Noel gorditos con cañas de pescar...
-buena descripción- rio Charlie
Se oyó el ruido de un
forcejeo, la peonía se sacudió y Ron se levantó, diciendo en tono grave:
—Esto es un gnomo.
—¡Suéltame!
¡Suéltame! —chillaba el gnomo. Desde luego, no se parecía a papá Noel: era
pequeño y de piel curtida, con una cabeza grande y huesuda, parecida a una
patata.
-me encantan las descripciones de Harry- dijo Ted divertido
Ron lo sujetó con el
brazo estirado, mientras el gnomo le daba patadas con sus fuertes piececitos.
Ron lo cogió por los tobillos y lo puso cabeza abajo.
—Esto es lo que
tienes que hacer —explicó. Levantó al gnomo en lo alto («¡suéltame!», decía
éste) y comenzó a voltearlo como si fuera un lazo. Viendo el espanto en el
rostro de Harry
y el de Lily
Ron añadió—: No les duele. Pero los tienes que
dejar muy mareados para que no puedan volver a encontrar su madriguera.
Entonces soltó al gnomo y éste salió volando por el aire y cayó en el campo que
había al otro lado del seto, a unos siete metros, con un ruido sordo.
-¿siete metros?- dijo decepcionado Charlie
—¡De pena! —dijo
Fred—. ¿Qué te apuestas a que lanzo el mío más allá de aquel tocón? Harry
aprendió enseguida que no había que sentir compasión por los gnomos y decidió
lanzar al otro lado del seto al primer gnomo que capturase, pero éste,
percibiendo su indecisión, le hundió sus afiladísimos dientes en un dedo, y le
costó mucho trabajo sacudírselo...
-la sangre de gnomo es muy beneficios…-comenzo a decir
Xenofilius
-de eso nada, me importa un comino los beneficios mi hijo no
andara por ahí dejándose morder por bichos subnormales- dijo Lily
y eso lo incluye a su padrino- agrego Tonks y todos rieron,
incluido Sirius
-yo no muerdo- dijo el ojigris- a menos que alguna chica me
lo pida, pero eso es otra historia- Tonks lo miro confusa
-sigamos con la lectura- dijo Andromeda fulminando con la
mirada a sirius
—Caramba, Harry...,
eso habrán sido casi veinte metros...
-genial- dijo James
Pronto el aire se
llenó de gnomos volando.
—Ya ves que no son
muy listos —observó George, cogiendo cinco o seis gnomos a la vez— En cuanto se
enteran de que estamos desgnomizando, salen a curiosear. Ya deberían haber
aprendido a quedarse escondidos en su sitio.
-yo creo que les gusta- dijo Remus
Al poco rato vieron
que los gnomos que habían aterrizado en el campo, que eran muchos, empezaban a
alejarse andando en grupos, con los hombros caídos.
—Volverán —dijo Ron, mientras contemplaban
cómo se internaban los gnomos en el seto del otro lado del campo—. Les gusta
este sitio... Papá es demasiado blando con ellos, porque piensa que son
divertidos...
-¡arthur!- dijo Molly, medio divertida medio molesta
En aquel momento se oyó la puerta principal de
la casa.
—¡Ya ha llegado!
—dijo George—. ¡Papá está en casa! Y fueron corrieron a su encuentro.
-¿Qué lindo verdad? –dijo James y Lily lo miro curiosa- ya
sabes, llegar de trabajo y que toda tu familia vaya recibirte y eso…
-tranquilo mi amor, nosotros también formaremos una familia
linda y grande- dijo abrazándolo
El señor Weasley
estaba sentado en una silla de la cocina, con las gafas quitadas y los ojos
cerrados. Era un hombre delgado, bastante calvo, pero el escaso pelo que le
quedaba era tan rojo como el de sus hijos.
Arthur se sonrojo un poco
Llevaba una larga
túnica verde polvorienta y estropeada de viajar.
—¡Qué noche!
—farfulló, cogiendo la tetera mientras los muchachos se sentaban a su
alrededor—. Nueve redadas. ¡Nueve! Y el viejo Mundungus Fletcher intentó
hacerme un maleficio cuando le volví la espalda. El señor Weasley tomó un largo
sorbo de té y suspiró.
—¿Encontraste algo, papá? —preguntó Fred con
interés.
—Sólo unas llaves que
merman y una tetera que muerde —respondió el señor Weasley en un bostezo
Varios rieron
—. Han ocurrido, sin
embargo, algunas cosas bastante feas que no afectaban a mi departamento. A
Mortlake lo sacaron para interrogarle sobre unos hurones muy raros, pero eso
incumbe al Comité de Encantamientos Experimentales, gracias a Dios.
—¿Para qué sirve que
unas llaves encojan? —preguntó George.
-para atormermentar a los muggles- dijo Arthur
—Para atormentar a
los muggles —suspiró el señor Weasley
-wow papa, parece que estas de acuerdo contigo mismo- dijo
Charlie
—. Se les vende una
llave que merma hasta hacerse diminuta para que no la puedan encontrar nunca
cuando la necesitan... Naturalmente, es muy difícil dar con el culpable porque
ningún muggle quiere admitir que sus llaves merman; siempre insisten en que las
han perdido. ¡Jesús! No sé de lo que serían capaces para negar la existencia de
la magia, aunque la tuvieran delante de los ojos... Pero no os creeríais las
cosas que a nuestra gente le ha dado por encantar...
—¿COMO COCHES, POR
EJEMPLO?
-te veo en un embrollo papa- dijeron los gemelos divertidos
-no quisiera estar en tu lugar- dijo Fabian
-ni yo cuñado- agrego Gideon
La señora Weasley
había aparecido blandiendo un atizador como si fuera una espada. El señor
Weasley abrió los ojos de golpe y dirigió a su mujer una mirada de
culpabilidad.
—¿Co-coches, Molly cielo?
Todos reian
—Sí, Arthur, coches
—dijo la señora Weasley, con los ojos brillándole—. Imagínate que un mago se
compra un viejo coche oxidado y le dice a su mujer que quiere llevárselo para
ver cómo funciona, cuando en realidad lo está encantando para que vuele. El
señor Weasley parpadeó.
-esto se pondrá bueno- dijo Charlie riendo
—Bueno, querida, creo
que estarás de acuerdo conmigo en que no ha hecho nada en contra de la ley,
aunque quizá debería haberle dicho la verdad a su mujer... Verás, existe una laguna
jurídica... siempre y cuando él no utilice el coche para volar. El hecho de que
el coche pueda volar no constituye en sí...
Todos reian a carcajadas
—¡Señor Weasley ya se
encargó personalmente de que existiera una laguna jurídica cuando usted redactó
esa ley! —gritó la señora Weasley—. ¡Sólo para poder seguir jugando con todos
esos cachivaches muggles que tienes en el cobertizo! ¡Y; para que lo sepas,
Harry ha llegado esta mañana en ese coche en el que tú no volaste!
—¿Harry? —dijo el
señor Weasley mirando a su esposa sin comprender—. ¿Qué Harry?
Todos estallaron en carcajadas
Al darse la vuelta,
vio a Harry y se sobresaltó.
—¡Dios mío! ¿Es Harry
Potter? Encantado de conocerte. Ron nos ha hablado mucho de ti...
—¡Esta noche, tus hijos han ido volando en el
coche hasta la casa de Harry y han vuelto! —gritó la señora Weasley—. ¿No
tienes nada que comentar al respecto?
—¿Es verdad que
hicisteis eso? —preguntó el señor Weasley, nervioso—. ¿Fue bien la cosa?
Todos en el comedor seguían riendo
Qui-quiero decir —titubeó, al ver que su
esposa echaba chispas por los ojos—, que eso ha estado muy mal, muchachos, pero
que muy mal...
-oh dios, esto es demasiado- dijo Dorcas secándose las
lagrimas de la risa
-amo cuando papa hace lo que mama le dice-dijo riendo Ginny
—Dejémosles que lo
arreglen entre ellos —dijo Ron a Harry en voz baja, al ver que su madre estaba
a punto de estallar—. Venga, quiero enseñarte mi habitación. Salieron
sigilosamente de la cocina y, siguiendo un estrecho pasadizo, llegaron a una
escalera torcida que subía atravesando la casa en zigzag. En el tercer rellano
había una puerta entornada. Antes de que se cerrara de un golpe, Harry pudo ver
un instante un par de ojos castaños que estaban espiando.
-eras muy timida- dijo James
mirando con cariño a su nuera
-es que estoy enamorada de el desde los 10 años- dijo ella
sonriendo tiernamente a Harry que la abrazo por la cintura
—Ginny —dijo Ron—. No sabes lo raro que es que
se muestre así de tímida. Normalmente nunca se esconde.
-claro que no tonto, me daba vergüenza que Harry me viera
-y ahora compartes la cama con el todas las noches- dijo
Sirius con una sonrisa picara y Ginny se ruborizo
Subieron dos tramos
más de escalera hasta llegar a una puerta con la pintura desconchada y una
placa pequeña que decía «Habitación de Ronald». Cuando Harry entró, con la
cabeza casi tocando el techo inclinado, tuvo que cerrar un instante los ojos.
Le pareció que entraba en un horno, porque casi todo en la habitación era de
color naranja intenso: la colcha, las paredes, incluso el techo.
-¿Por qué ese color?- pregunto Lily
Luego se dio cuenta
de que Ron había cubierto prácticamente cada centímetro del viejo papel pintado
con pósteres iguales en que se veía a un grupo de siete magos y brujas que
llevaban túnicas de color naranja brillante, sostenían escobas en la mano y
saludaban con entusiasmo.
-¿tu equipo de quiddicht favorito?- pregunto Lily
—¿Tu equipo de quidditch favorito? —le
preguntó Harry
-viste también se
parece a ti- dijo James sonriendo
—Los Chudley Cannons
—confirmó Ron, señalando la colcha naranja, en la que había estampadas dos
letras «C» gigantes y una bala de cañón saliendo disparada—. Van novenos en la
liga. Ron tenía los libros de magia del colegio amontonados desordenadamente en
un rincón, junto a una pila de cómics que parecían pertenecer todos a la serie
Las aventuras de Martin Miggs, el «muggle» loco.
-todavia no salen- dijo Sirius
-creo que no- respondio james
Su varita mágica
estaba en el alféizar de la ventana, encima de una pecera llena de huevos de
rana y al lado de Scabbers, la gorda rata gris de Ron, que dormitaba en la
parte donde daba el sol. Harry echó un vistazo por la diminuta ventana, tras
pisar involuntariamente una baraja de cartas autobarajables que se hallaba
esparcida por el suelo.
-si abremos pasado tiempo planeando cosas en la habitación
de Ron- dijo Hermione nostálgicamente
Abajo, en el campo,
podía ver un grupo de gnomos que volvían a entrar de uno en uno, a hurtadillas,
en el jardín de los Weasley a través del seto.
Molly solto un bufido
Luego se volvió hacia
Ron, que lo miraba con impaciencia, esperando que Harry emitiera su opinión.
—Es un poco pequeña
—se apresuró a decir Ron—, a diferencia de la habitación que tenías en casa de
los muggles. Además, justo aquí arriba está el espíritu del ático, que se pasa
todo el tiempo golpeando las tuberías y gimiendo...
Pero Harry le dijo con una amplia sonrisa:
—Es la mejor casa que
he visto nunca. Ron se ruborizó hasta las orejas.
-fin del capitulo- dijo Fred con una sonrisa
-¿seguimos leyendo?- pregunto Ginny
-almorzemos y luego seguimos- sugirió Minerva
-de acuerdo- dijo Albus- comamos y luego prosigamos con la
lectura.
Fred y George Weasley
Awwwwwwww HARRYXGINNY FOREVER!!! Bueno, me encanto el cap
ResponderEliminarGwuwtdushsuwwtwiw los gemelos!!! Amooooooooo
ResponderEliminarEste capitulo y el 4 del segundo libro me encantan las partes de Ginny, más cuando los personajes reaccionan!!!
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